No termino (+18) Minjoong

Cap. 40

La mañana siguiente llegó sin previo aviso, los rayos del sol filtrándose por la ventana despertaron a Hong con suavidad. Abrió los ojos lentamente y se dio cuenta de que su teléfono yacía en el suelo, sin batería, como si hubiera sido testigo del desenfreno de su agotamiento, confundido y algo desorientado, intentó recordar cuándo había caído en un sueño tan profundo.

Al conectar su teléfono a la corriente, vio que lo último que había hecho era hablar con Mingi, mirando la pantalla iluminada, notó con sorpresa que la llamada había durado más de cinco horas, una sonrisa brotó en sus labios.

Con el corazón aún latiendo con fuerza escribió rápidamente un mensaje: "Gracias por quedarte conmigo anoche".

El día siguiente era domingo así que Hong decidió tomarse un merecido descanso en casa. Había pasado demasiado tiempo sumido en el torbellino de su vida diaria, sin permitirse el lujo de disfrutar de su propia compañía. Desde que había perdido la memoria, su habitación se había convertido en un reflejo de su mente: desordenada y caótica. Así que ese día, con determinación, se puso manos a la obra para organizar su espacio personal.

Los últimos meses habían sido intensos; la pastelería que había abierto se había transformado en un verdadero éxito, lo que significaba que sus días estaban llenos de trabajo y menos tiempo para él mismo.

La siguiente semana había transcurrido rápidamente, llena de compromisos y responsabilidades que lo mantenían alejado de Mingi. Sin embargo, a pesar de la distancia física, sus corazones seguían conectados. Se llamaban, intercambiaban mensajes y hasta hacían videollamadas para mantenerse al tanto de sus vidas.

Además, Hong había estado colaborando con Yugyeom en la creación de nuevas recetas para la pastelería. La emoción estaba en el aire porque en tan solo dos semanas abriría un curso para enseñar repostería a aquellos que compartieran su pasión por el dulce arte de hornear. En las noches, cuando el trabajo le daba un respiro, se robaba unos minutos para verse con Mingi, aunque no podían verse tanto como desearan.

A pesar de que todo parecía ir según lo planeado, en el fondo había un pequeño detalle que se había deslizado entre las sombras: aún no habían mencionado a sus amigos que habían reavivado su relación. Esa conversación, aunque inminente, se había mantenido en la lista de pendientes, como un eco distante en sus mentes. Sabían que eventualmente tendrían que abordarla, pero la incertidumbre y el temor a las reacciones ajenas los mantenía en un limbo de silencio.

Habían decidido celebrar el compromiso de Woo y San en el famoso club de Yeosang, la cita estaba marcada para el sábado de esa semana. A pesar de que Hong estaba abrumado por el trabajo, decidió hacer una excepción y unirse a la celebración; además, había invitado a Yugyeom

El plan era reunirse a las 9 de la noche y cada uno llegaría por su cuenta.

Hong, sumido en la vorágine de trámites que aún tenía pendientes, se apresuró a meterse en su cuarto a las 8:20. Decidió darse un baño rápido, optando por una rutina sencilla, pues la fatiga lo había alcanzado. A las 8:45, salió de su refugio personal sintiéndose un poco más fresco y listo para enfrentar el resto de la noche, con paso decidido, se dirigió a su camioneta, con el destino claro: el club.

Al llegar al club, fue recibido con la calidez habitual por parte del personal, quienes le sonrieron y le indicaron amablemente dónde se estaban llevando a cabo la reunión.

Desde su última visita, el club había experimentado algunas transformaciones; ya no se reunían en la misma sala de siempre, lo que despertó su curiosidad.

Al entrar en la nueva sala, notó que daba directamente al escenario donde los bailarines deleitaban a los asistentes con sus espectáculos, sus amigos ya estaban allí, riendo y disfrutando del ambiente; sin embargo, Yeosang brillaba por su ausencia.