No termino (+18) Minjoong

Cap.- 41

La luz del sol se filtraba a través de las cortinas cuando Hong despertó alrededor de las 10 am. La sed lo atormentaba, y al abrir los ojos, se dio cuenta de que Mingi aún yacía a su lado, sumido en un sueño placentero, la respiración del chico era suave y pesada, Hong sonrió al verlo así, pero su cuerpo le recordaba la intensa noche que habían compartido.

Con un ligero dolor en cada movimiento, Hong se levantó con cuidado, al sentarse en la cama, una punzada en su trasero le hizo recordar la increíble experiencia que habían tenido juntos. A pesar del malestar, no pudo evitar esbozar una sonrisa al recordar cada instante. Se levantó lentamente y se dirigió a la cocina en busca de agua, sintiendo cómo cada paso era un recordatorio del ardor que había dejado esa noche llena de pasión.

Esa mañana era un domingo tranquilo, la luz del sol se filtraba a través de las ventanas, llenando la casa de un cálido resplandor dorado. Sin prisas ni compromisos, se dirigió a la cocina con pasos pausados, allí, llenó un vaso con agua fresca, sintiendo cómo el líquido helado recorría su garganta, revitalizándolo con cada sorbo.

Después de saciar su sed, se dejó llevar por la calma del momento y caminó hacia la sala, al acercarse al gran ventanal, se detuvo un instante para contemplar la ciudad que se extendía ante él.

Al volver a la habitación, notó que Mingi había cambiado de posición en su descanso, allí estaba, reclinado sobre la cama, cubierto solo por sus boxers, con el cabello largo y desordenado que caía suavemente sobre su rostro.

Con una sonrisa en su rostro, tomó su teléfono con un aire de despreocupación y se dirigió de nuevo a la sala. Con el estómago rugiendo suavemente, decidió que era el momento perfecto para hacer una llamada y pedir algo delicioso para comer.

Mientras tanto, Hong seguía absorto en su teléfono, revisando mensajes y notificaciones, cuando de repente escuchó unos pasos pesados que venían del cuarto, se giró y se encontró con Mingi, quien aparecía con el ceño fruncido, el cabello desordenado y aún sin ropa. Su voz sonaba más ronca de lo habitual cuando preguntó: - ¿Por qué te levantaste? - Con un gesto casi infantil, estiró su mano hacia Hong y agregó: - Volvamos a la cama -

Con una sonrisa, Hong respondió: - Mejor ve a vestirte; ya pedí algo de comer -

Mingi soltó un profundo suspiro de queja, sus pasos eran pesados, y su expresión reflejaba una resignación. Al entrar, se puso un pantalón suave y una sudadera.

Después de ese breve esfuerzo, regresó a la sala arrastrando los pies, se dejó caer en el sofá con un plop audible, como si fuera un peso muerto que finalmente se liberaba del cansancio. Un suave suspiro de alivio escapó de sus labios, llenando el aire con una sensación momentánea de paz.

Hong lo miró desde el otro lado del sofá, una sonrisa traviesa iluminando su rostro. Mingi seguía tirado allí, completamente derrotado por el día - Tengo mucho sueño, hoooong - murmuró Mingi, alargando la última sílaba como si intentara atrapar un poco más de tiempo antes de ceder al sueño.

- Te dije que durmiéramos - respondió Hong con tono juguetón

- ¡No es cierto! - replicó Mingi en un tono quejumbroso, girándose para quedar boca arriba. Con un dedo acusador señaló a Hong, como si él fuera el culpable de todos sus males - Me arrastraste a esto... ¡abusaste de mí! - terminó la frase con una leve risa, dejando entrever que, a pesar de su cansancio, el humor seguía siendo el protagonista de aquel momento.

Hong soltó una risa suave ante la acusación de Mingi, disfrutando del momento. - ¿Abusarte? Vamos, solo te hice un favor, si no hubieras estado de terco

Mingi giró los ojos, pero una sonrisa se dibujó en su rostro y se acomodó más en el sofá, sus ojos comenzando a cerrarse lentamente.

- ¿Sabes qué sería genial? - preguntó Hong, apoyándose un poco en el sofá hacia adelante - Una película de terror, así no podrías dormir -