Capítulo 5

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CASO DE LA DESAPARICIÓN DE TAYLOR: Tres días desaparecida.

° Se apuntó al club de lectura en la biblioteca del pueblo. (¿A qué hora iba y cuándo volvía?) (¿Serían las dos horas en las que salía de casa?)
° ¿Quién es Samuel? ¿Amante?
° ¿Sería el bibliotecario amante de Taylor?

INTERROGADOS:

--- Tom.
--- Jessica.
--- Joana (sospechosa).

PRÓXIMOS INTERROGADOS:

--- Erick.
--- Samuel.
--- El bibliotecario.

Revisé mis apuntes mientras esperaba a Erick, el próximo interrogado. Ahora mismo tenía la cabeza hecha un lío. Aunque parecía que los datos iban apareciendo por sí solos. Aún me faltaban cabos por atar.

— ¿Se puede? —Erick se asomó por la puerta y me miró.

Era rubio con mechas castañas. Sus ojos eran grandes y oscuros. La mandíbula la tenía bien pronunciada y tenía un pendiente en su oreja izquierda.

— Adelante —visualicé su brazo, en el que tenía un tatuaje peculiar. Parecía la fecha de algo importante en números Romanos.

— No sabía que contrataban a polis tan guapas —se sentó de forma arrogante y me miró pícaro — contigo no me importaría un interrogatorio de más de tres horas. Pero conozco sitios mejores — miró con desgana a su alrededor para después volver a poner su mirada en mí.

— No voy a permitir tus faltas de respeto y tus comentarios groseros.

— ¿Qué vas a hacer? — se rio inclinándose hacia mí.

— Para empezar abrirte los expedientes que ya tienes por vandalismo y hacer que pases otras tres noches entre rejas — sonreí también inclinandome hacia él — Y quizás... Acusarte por secuestro.

— ¿¡Acusarme por secuestro!? —se dejó caer hacia atrás en la silla y rio irónicamente — Yo no he secuestrado a nadie.

— ¿Ah no? ¿Ni si quiera a tu novia? — yo seguía sonriendo. La psicología inversa siempre funcionaba.

— ¿¡Y por qué iba a secuestrarla!?

— Por celos de saber que se veía con otra persona.

Erick me miró sin saber que decir. Empezó a acariciarse el pelo con ambas manos y suspiró.

— Yo no le he hecho nada a Taylor —me dijo más calmado.

— ¿Pero sí piensas que tenía un amante?

— Después de apuntarse al club de lectura pasaba todo el tiempo hablando con ese tío...

— ¿Qué tío? — le interrumpí. Ahora mi objetivo principal era dar con "ese tío" del que tanto hablaban.

— El bibliotecario, se tiraba horas hablando con él al acabar lo que quién sabe estarían haciendo allí dentro — se mostraba molesto —de todas formas nuestra relación ya estaba prácticamente rota.

— ¿Los viste?

— Si, ella me escribía para que fuera a recogerla y cuando iba, siempre los veía hablando. Taylor se toqueteaba el pelo como cuando lo hacía conmigo para llamarme la atención. ¡Estaba coqueteando!

— ¿A qué hora te decía que fueras a recogerla?

— A las ocho y algo, no recuerdo. Cada día me decía una hora distinta —miró al suelo.

 📖 𝐄𝐥 𝐔𝐥𝐭𝐢𝐦𝐨 𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 📖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora