Capítulo 17

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Mi mente parecía una máquina pensante. ¿Sería Héctor el hombre que le compraba la droga a Erick y que con esa misma droga neutralizara a Taylor? Solo había una manera de descubrirlo.

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No me dio tiempo a comer nada, pero aún así no tenía hambre. Las imágenes de la pesadilla me seguian apareciendo, provocándome escalofríos.

Aparqué frente a la biblioteca y entré en busca de Samuel. El estaba frente a una estantería observando lo que me pareció un libro sobre sus manos. Le daba la espalda a la puerta principal. Caminé hacia él a paso ligero y lo abracé por la espalda cerrando los ojos mientras suspiraba.

— Pero bueno... —escuché que cerraba el libro e intentaba girarse para mirarme.

Solté un poco mi agarre para que pudiera girarse y al ver que era yo, me rodeó con sus brazos.

— ¿A qué viene este abrazo? —me preguntó dándome un beso en la cabeza.

— He tenido una pesadilla horrible —yo seguía con los ojos cerrados —pensé que el siguiente en morir eras tú.

Noté como suspiró. Sentía sus manos acariciar mi espalda y las puntas de mi pelo.

— Eso sería imposible —me aseguró haciendo que le mirara. Noté en sus ojos preocupación —tengo a una poli lo suficientemente lista como para que le diera tiempo a ir a por mí.

Sonreí algo más tranquila. Ni siquiera un arma me hacía sentir segura o una placa identificativa. Estaba empezando a acostumbrarme a buscar esa seguridad en sus brazos.

— ¿Has comido algo? —se separó de mi cuerpo caminado hacia la recepción.

— No, no me ha dado tiempo —me senté en una de las sillas observándolo. Sacó una manzana de su mochila y me la dio.

— ¿Cómo quieres descubrir quién es el culpable si no te alimentas bien? —se sentó a mi lado.

Aquella manzana me sabia a gloria. La saboreé como si fuera un caramelo dulce.

“Con que no tenías hambre...”

— Gracias.

Quería disfrutar más tiempo con él pero la entrada de los miembros del club nos interrumpió.

— ¿Ya? —pregunté decepcionada —Samuel comenzó a reír.

— Son las seis menos diez, pequeña —se levantó para recibirlos.

“¿Me acaba de llamar "pequeña"?”

Miré a cada uno de ellos, estaban todos. Michael, Anastasia, Yamir, Héctor y la chica de pelo naranja, la única a la que aun no había interrogado.

Se sentaron en una mesa redonda después de saludarse y sacaron los libros.

“¿Debatir sobre Romeo y Julieta?”

Me coloqué detrás del mostrador junto a Samuel, el cual miraba atento a los integrantes del club mientras forraba libros antiguos. Comencé a ayudarle mientras que pegaba la oreja.

 📖 𝐄𝐥 𝐔𝐥𝐭𝐢𝐦𝐨 𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 📖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora