Los esquemas de mi mente se habían roto. Y las imágenes de los fallecidos me aparecían en los sueños una y otra vez.
Cuando decidí hacerme policía, pensé que iba a ser una heroína y que ayudaría a millones de personas. Pero solo estaba consiguiendo que muriera más gente. Y si no encontraba al culpable...¿Quién sería el siguiente en morir?
Me tumbé en la cama mirando al techo, cansada de todo el día. Tenía las piernas entumecidas y la espalda me dolía al posarla sobre el colchón.
Cerré los ojos y me quedé profundamente dormida.
🔪🔪🔪🔪
Me encontraba caminando por un parque envuelto en una neblina suave y misteriosa.
A lo lejos, vi a mis padres. Estaban sentados en un banco de madera, tomados de la mano, como solían hacerlo cuando yo era niña.
Al verlos, sentí una calidez que hacía tiempo no experimentaba, una especie de paz que me envolvía por completo.
Mi madre, con su sonrisa dulce, me llamó por mi nombre. "Ivy, ven, siéntate con nosotros". Su voz era tan suave, tan familiar, que no pude resistirme. Me acerqué y me senté entre ellos, como si fuera una niña otra vez.
El banco parecía más grande de lo que debería, como si estuviera hecho para acurrucarnos a los tres.
Mi padre me miró con esos ojos llenos de orgullo y amor que siempre habían sido mi refugio. "Estamos tan orgullosos de ti", me dijo, su voz resonaba con una calidez que me hizo temblar. "Sabemos que el camino que has elegido no es fácil, pero estás haciendo lo correcto". Al escuchar sus palabras, sentí que mis ojos se llenaban de lágrimas, no de tristeza, sino de una profunda emoción, una conexión con ellos que creía perdida.
En ese momento, el tiempo dejó de importar. Las preocupaciones y el estrés del día a día se desvanecieron. Solo existíamos nosotros tres, en ese lugar fuera del tiempo.
Era una sensación extraña, sabía que estaba soñando, pero no quería despertar.
Sentía que, por un breve instante, había recuperado algo invaluable.
Pero, poco a poco, la niebla comenzó a disiparse, y con ella, mis padres empezaron a desvanecerse también. "No nos olvides", susurró mi madre mientras sus figuras se disolvían. "Siempre estamos contigo cariño, en cada decisión que tomes, en cada paso que des".
Intenté aferrarme a ellos, detenerlos, pero mis manos pasaron a través de sus formas, como si fueran humo.Y entonces, con un último susurro, el sueño terminó. Abrí los ojos y la luz de la mañana se encontró con mi cara adormilada. Haciendo que sin querer volviera a cerrar los ojos.
Miré el reloj, eran las ocho de la mañana. Echaba de menos a mis padres y tenía ganas de que toda esta pesadilla se acabara.
Cómo de costumbre, me levanté, me di una ducha y bajé al buffet para coger una manzana, ya que aún no estaban los embutidos y el pan preparado. Esos alimentos, según decía la cocinera, se servían más tarde.
Miré el móvil para saber quién me mandaba mensajes.
“Dave no puede pasar ni cinco minutos alejado de mí”.
Mi compañero me había avisado de que ya estaban los informes forenses de Michael y Anastasia. Me había citado con él en la salida de las oficinas médicas.
“Es hora de saber la verdad”.
🔪🔪🔪🔪
— Son unos casos extraños, porque ambos murieron desprevenidos. En su sistema nervioso no mostraron intranquilidad ni angustia, por ejemplo, en el caso de Anastasia. Ella murió apuñalada, murió en el acto. En cambio... Michael fue al que asesinaron primero —el médico forense nos explicaba como si lo entendieramos a la perfección, en cambio Dave y yo nos mirábamos como si estuviéramos participando en una conversación de besugos.
— ¿Tú te estás enterando en algo...? Porque...—Dave me susurró al oído.
— Os lo explicaré de otra forma —el forense pareció darse
cuenta — ¿Veis la espuma que sobresale de la boca de Michael? —nos la señaló y nosotros asentimos, como buenos alumnos — bien, eso significa que murió envenenado. Pero el veneno no es mortal en el momento en el que te lo tomas, sino que primero hace que la persona agonice y sufra horas antes de matarlo. Si nos tomaramos algo así ahora mismo, podríamos estar hasta las cinco de la tarde sintiendo como nuestros pulmones se van encogiendo a la vez que te vas quedando sin aire —ambos nos miramos — Michael, tomó en un pastel, ese veneno y la persona que lo mató espero a que la sustancia hiciera su efecto para poder apuñalar a su pareja delante de sus ojos, ya que sabía que él no podría moverse ni salvarla.— ¡Qué mente más cruel! —me enfadé — ¡voy a atraparlo!
— La hora de la muerte de Anastasia fue ayer, a las 12:25 del medio día. Y Michael ingirió el veneno a las 12:00, estuvo veinticinco minutos esperando a que le hiciera efecto, cuando por fin empezó a ver resultados, mató a la chica.
— ¿Dónde está el arma del crimen? — le pregunté a Dave.
— Está bajo análisis de hueyas, pero no han encontrado nada. Y no hay rastro de veneno, lo han limpiado todo —me contestó él.
“El asesino sabe perfectamente como actuar y ya solo me queda un miembro del club para incriminar, Héctor”.
🔪🔪🔪🔪
Todo tenía lógica, debía de ser él. Héctor estuvo presente en todos los debates, le llevó la contraria a Anastasia y a Michael con sus opiniones sobre Romeo y Julieta, mató a Simón por rencor y quedó con Taylor en la noche que desapareció.
Por si eso fuera poco, su mujer lo echaba de casa, tenía las llaves de la biblioteca y se tiraba días enteros durmiendo allí. Conocía a la perfección donde estaban las cámaras de seguridad y leía los libros que debatían.
Además de que se necesitaba fuerza física para mover los cadáveres de sitio. Tal y como habían hecho con cada uno de los cuerpos, excepto con el de Simón. Y Carla, no podría sentar a dos cuerpos de peso muerto en una silla ella sola. A no ser que estuvieran compinchados.
¿Y si son dos asesinos? Sólo hay una manera de descubrirlo.
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📖 𝐄𝐥 𝐔𝐥𝐭𝐢𝐦𝐨 𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 📖
Mystery / ThrillerEn el pintoresco pueblo de Snow Valley, los amantes de la literatura se reúnen cada semana en la acogedora biblioteca local para discutir sus libros favoritos. Pero cuando uno de sus miembros es encontrado muerto en extrañas circunstancias, el tono...