— ¿Tienes cámaras de seguridad en la biblioteca? —pregunté a Samuel antes de que la cerrarámos.
— Sí —caminó hacia detrás del mostrador y encendió el ordenador.
— Pon las grabaciones del día dos de noviembre apartir de las tres de la mañana —le dije mientras observaba con gran interés la pantalla del ordenador.
La pantalla se dividió en cuatro grabaciones, la parte de atrás de la biblioteca, la entrada, el interior de esta y las estanterías del fondo.
Me adueñé del ratón y cliqué en la pantalla que grababa la entrada de la biblioteca. En ella solo se apreciaba el edificio sin ningún detalle extraño.
Adelanté varios minutos y fue cuando lo vi. Un chico encapuchado dejaba una pequeña bolsa en una esquina de la puerta principal.
— Erick —pensé en alto.
Observé con detenimiento la pantalla. Adelanté unos diez minutos y fue cuando volvió a aparecer otra persona. Sus rasgos eran masculinos, llevaba capucha y una máscara. No se podía identificar quién era. Miré a Samuel, el cual observaba la pantalla seriamente.
— ¿Crees que él es el asesino? —me preguntó.
— No lo sé, pero tiene toda la pinta —busqué en los archivos el día tres de noviembre, justo el día de la desaparición de Taylor.
Avancé en la grabación hasta las nueve y diez de ese mismo día y fue cuando vi a Taylor con Samuel hablar en la entrada de la biblioteca.
— ¿Sólo hablasteis? —le pregunté avanzando más en la grabación.
— Sí, después ella se fue —miraba la pantalla concentrado.
Efectivamente Samuel parecía despedirse de ella para volver a entrar en la biblioteca. Taylor se alejó del plano y yo paré la grabación.
— Esto parece un rompecabezas sin sentido —suspiré alejándome del ordenador.
— Pero cada vez estás más cerca de descubrir la verdad —me animó él.
Pensé en los libros. ¿Qué relación tenían con los asesinados? Quizás mi teoría de que ambos casos estaban relacionados era cierta. ¿Y si Erick estuviera diciendo la verdad y el verdadero asesino estaba entre los miembros del club?
— ¿Tienes un ejemplar del “ El Cantar del mio Cid” y “Cumbres borrascosas”? —Estaba dispuesta a leer toda la noche ambos libros para encontrar alguna relación con las víctimas.
— Claro, dame un segundo para que te los traiga —Simón se alejó de la recepción y buscó por una estantería. Agarró ambos libros y me los entregó.
— Intentaré leerlos los dos entre hoy y mañana —los guardé en mi bolso y caminé hacia la salida.
Antes de meterme en el coche miré a Samuel, él estaba frente a mí con las manos en los bolsillos.
— Gracias por ayudarme con todo este lío —le agradecí dándole un beso fugaz.
— Es un placer, madame —sonrió ayudandome a entrar en el coche y cerrando la puerta.
Me alejé de él circulando hasta el hotel y apenas entrar en la habitación, me senté en la cama para comenzar a leer uno de los dos libros.
“Veamos que ocultáis tras las páginas”
🔪🔪🔪🔪
Estuve toda la noche leyendo “El cantar del mio Cid”. Releí ciertas páginas. Sobre todo en las que ponía y detallaba la muerte de las hijas del Cid. Murieron desnudas, atadas a un arbol, tal y como murió Taylor.
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📖 𝐄𝐥 𝐔𝐥𝐭𝐢𝐦𝐨 𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 📖
Mystery / ThrillerEn el pintoresco pueblo de Snow Valley, los amantes de la literatura se reúnen cada semana en la acogedora biblioteca local para discutir sus libros favoritos. Pero cuando uno de sus miembros es encontrado muerto en extrañas circunstancias, el tono...