Capítulo 8

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No pude evitar mirarlo. Llevaba una  camisa de lino color beige, bien planchada, con las mangas ligeramente arremangadas, revelando sus muñecas fuertes y un reloj antiguo de cuero oscuro. Sobre la camisa, portaba un chaleco de lana gris que le daba un aire clásico, y unos pantalones de tweed marrones, bien ajustados. Sus zapatos, de cuero gastado pero bien cuidados, reflejaban su dedicación tanto a su trabajo como a su apariencia. Era un hombre muy elegante.

En cambio yo llevaba unos vaqueros azules con una camisa de rayas azul y blanca.

— ¿Taylor se llevaba bien con todos los integrantes del club de lectura? —Saqué mi libreta y un boli, él se quedó mirando lo que hacía.

— No, Taylor se comportaba de forma arrogante, la escuchaba pelear y debatir con los demás por tonterías —se cruzó de brazos — no entiendo por qué quiso apuntarse a ese club si no le gustaba leer.

— ¿La conocías lo suficiente como para saber que no le gustaba la lectura? — estaba decidida a descubrir si aquel ser, que todos tanto adoraban, era o no el amante de una adolescente.

— Me dedico a los libros, sé identificar cuando una persona es amante de la lectura y cuando no —sonrió — a veces le preguntaba cual era su libro favorito y no sabía contestarme. O le hablaba de escritores famosos y ni siquiera les sonaba.

— Pero eso es relativo —debatí.

— ¿Cuál es tu libro favorito?

— Agnes Gray y Orgullo y prejuicio —contesté sin pensármelo.

— ¿Conoces a Jane Austen o William Shakespeare?

— ¡Por supuesto que si! —contesté emocionada.

— Taylor no los conocía, no es excusa para juzgarla y decir si le gustaba o no la lectura, pero en clase ha tenido que dar al menos algo de historia sobre William ¿no? —me explicó. Y tenía razón. —además el pueblo es pequeño, nos conocemos.

— Está bien, independientemente de que Taylor no es amante de la lectura... ¿Sabes el motivo de por qué quiso apuntarse al club?

— No, quizás le gustara alguno de los participantes —dijo con inocencia acomodándose más la espalda en la estantería —tiene fama de coqueta.

— ¿Viste algún comportamiento raro en alguno de ellos?

— No, había uno que si que estaba enamorado de ella pero no tenía posibilidades.

— ¿Por qué ya estaba saliendo en secreto contigo? — fui directa, a veces esa técnica funcionaba y los sospechosos se delataban solos.

— ¿Saliendo en secreto conmigo? —me miró levantando una ceja y sonriendo de lado — ¿De dónde te has sacado eso, detective Ivy?

— Tengo testigos que han afirmado verte con Taylor al final de cada tarde del club. Afirman verte muy cercano a ella, la cual coqueteaba y a ti parecía gustarte —me crucé de brazos analizando cada gesto de su rostro para ver el mínimo detalle de su culpabilidad. Pero me costaba ver algo en él.

— Es cierto, me quedaba hablando con ella de vez en cuando porque siempre me pedía libros para leerlos en casa u opiniones sobre lecturas —me miraba relajado — pero... ¿Verme cercano? Intento serlo con todo el mundo pero ni mucho menos mi intención fue... "pervertida" — hizo énfasis en la palabra y puso cara de asco —las adolescentes no son mi tipo —se rio por lo bajini — y si tus testigos son también adolescentes... Lo siento, no me parecen pruebas sólidas para afirmar que yo estuviera manteniendo una relación con ella.

 📖 𝐄𝐥 𝐔𝐥𝐭𝐢𝐦𝐨 𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 📖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora