Damon salió de su apartamento temprano en la mañana, el frío aire matutino le helaba la piel, pero no hizo ningún intento por abrigarse más.
Caminó hacia su trabajo, cada paso resonando en su mente como un martilleo constante de autocrítica. Se reprendía mentalmente por la estupidez de sus palabras la noche anterior, recordando cómo había dejado escapar ese comentario insensible, diciéndole a Liam que debería llorar más seguido.
¿Qué demonios había estado pensando?
Sabía que Liam odiaba mostrarse vulnerable, y aún así, Damon había dicho lo peor que podía haber dicho.
Al llegar al restaurante, Damon se dispuso a trabajar con la esperanza de que la rutina pudiera distraerlo. La calidez de la cocina le ofrecía un refugio temporal de sus pensamientos autodestructivos.
Se arremangó la camisa y se lavó las manos, preparándose para la tarea del día: preparar una tanda de roles de canela.
Mientras extendía la masa, su mente seguía volviendo al momento en que había visto las lágrimas en los ojos de Liam, ese momento en el que había querido consolarlo pero había fallado miserablemente.
“Idiota” se dijo a sí mismo mientras esparcía la canela en la masa, observando cómo el polvo marrón se mezclaba con el azúcar.
Comenzó a enrollar la masa cuidadosamente, tratando de concentrarse en el trabajo a mano, pero los pensamientos seguían arremolinándose en su mente, implacables.
Cortó los rollos con precisión, tratando de aliviar la tensión en su pecho con cada movimiento repetitivo.
Mientras colocaba los rollos en la bandeja, sintió una presencia detrás de él.
La cajera, la misma que le había estado lanzando miradas insinuantes durante los últimos días, estaba allí, sonriéndole de una manera que a Damon le resultaba incómoda.
Sin voltear a mirarla completamente, Damon le dejó en claro con un tono frío y distante que estaba enfocado en su trabajo y que no tenía interés en entablar ninguna relación.
"Oh, lo siento..." respondió ella, aunque su tono era más de sorpresa que de disculpa. "No sabía que eras... bueno, ya sabes, gay"
Damon la miró de reojo, su mandíbula apretada, conteniendo una respuesta sarcástica que probablemente sólo empeoraría las cosas.
“No soy gay, no soy nada...” pensó, pero no dijo nada.
Sólo asintió brevemente y volvió su atención a los rollos de canela.
La chica se marchó, y Damon sintió una oleada de frustración pasar por su cuerpo.
“¿Por qué todo el mundo asume cosas?” pensó, apretando los puños.
Quería gritarle a alguien, golpear algo, pero en lugar de eso, reprimió sus emociones y terminó de preparar los rollos.
Cuando finalmente terminó su turno, se sintió exhausto, pero no por el trabajo físico, sino por la constante batalla mental que había estado librando todo el día.
⊱╼╼╾╼╼╾╾⊰∇⊱╼╼╾╾╼╾╾⊰
Al salir de la cafetería, ya había oscurecido. El frío de la noche lo envolvió, y Damon se estremeció levemente.
Revisó su teléfono y vió que tenía dos llamadas perdidas de Liam. Pensó en devolverle la llamada, pero algo lo detuvo. No podía enfrentarse a él ahora, no cuando sus pensamientos estaban tan desordenados.
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ᡃ§ɧαʈʈeɽeᶑᡃ ≠ •°ᵈⁱᵃᵐ°•
Fanfiction⊰ En un susurro de sombras y dolor, dos almas se desmoronan en una danza de destrucción. ⊰ Liam, con su amor roto, se desvanece bajo el peso de las manos de Damon, que, cegado por la furia, lo destroza. Un último "perdón" resuena en la oscuridad, m...