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⊱|43|⊰

Damon caminaba junto a Liam en silencio, su mente enredada en pensamientos oscuros, mientras el viento frío soplaba a través del estacionamiento.

Las luces fluorescentes del centro comercial parpadeaban débilmente, lanzando sombras largas en el pavimento húmedo.

Pronto sería año nuevo, 2009, y todo lo que Damon podía pensar era en lo mucho que deseaba que este año llegara a su fin.

Se sentía atrapado en una espiral de confusión, miedo y, sobre todo, una creciente desconfianza hacia Liam.

Habían pasado los últimos días en una especie de tensa tregua, con Liam actuando de manera extraña y Damon guardándose sus pensamientos para sí mismo.

Aunque Damon quería confrontar a Liam, sentía que cualquier palabra suya podría desencadenar una explosión. Había algo en Liam que no cuadraba, algo que había cambiado desde aquella noche en que Damon encontró la mancha de maquillaje en su mejilla.

Damon había intentado racionalizarlo, buscando una explicación que no implicara la peor de las posibilidades, pero las dudas lo devoraban por dentro.

Ese día, ambos fueron a sus trabajos habituales, intentando mantener la apariencia de normalidad. Liam, vistiendo la camiseta de Deftones que tanto adoraba, parecía relajado, casi despreocupado.

A pesar de todo, Damon no pudo evitar sentirse atraído por la energía de Liam, la forma en que parecía absorber la atención de todos a su alrededor sin siquiera intentarlo. Sin embargo, ese encanto solo hacía que la creciente distancia entre ellos resultara más dolorosa.

La jornada laboral fue monótona, llena de la rutina de siempre, pero la verdadera tensión llegó a la hora de la salida.

En el estacionamiento del centro comercial, mientras se dirigían hacia el coche, Damon finalmente no pudo contenerse más.

"Liam" comenzó Damon, con la voz un poco más áspera de lo habitual. "¿Me amas de verdad?"

Liam, quien estaba encendiendo un cigarro, levantó la vista con una sonrisa despreocupada.

Exhaló el humo lentamente antes de responder.

"Sí, claro que te amo" dijo, como si la pregunta fuera tan trivial como el clima.

Damon sintió un nudo en el estómago ante la respuesta rápida y sin profundidad.

"¿No tienes algo más que decirme?" insistió, su voz más suave ahora, pero cargada de una necesidad desesperada de claridad.

Liam lo miró con una ceja levantada, claramente confundido.

"¿Qué te pasa? ¿De qué hablas?"

Damon no respondió de inmediato.

En lugar de eso, tomó la muñeca de Liam, la mano que sostenía el cigarro, y miró el anillo que brillaba en su dedo.

Lo besó suavemente, una acción que en cualquier otro momento habría sido tierna, pero que ahora estaba cargada de tensión.

Liam sonrió de manera provocativa, esa sonrisa que Damon había aprendido a amar y odiar en partes iguales.

"¿Estás molesto porque no lo hemos hecho?" preguntó Liam, su tono un poco burlón.

Damon suspiró y negó con la cabeza.

"No es eso, Liam. No todo se trata de sexo. No soy sexualmente insaciable como tú..."

Liam soltó una risa sarcástica y dió otra calada al cigarro.