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Después de dos días de Nochebuena, la relación entre Damon y Liam se sentía un poco tensa, aunque ninguno de los dos había hablado directamente al respecto.

La euforia de la celebración había dejado paso a un silencio incómodo que parecía llenar cada rincón de la casa. Damon no pudo evitar sentir que algo estaba mal, pero no quería presionar a Liam. Sabía que su pareja solía ser reservado, especialmente cuando algo lo preocupaba.

Esa noche, Liam se levantó del sofá con un aire de determinación.

“Voy al parque un rato” anunció mientras se ponía su chaqueta, ajustando el cuello para protegerse del frío nocturno.

Damon lo miró con preocupación, consciente de la melancolía que parecía estar envolviendo a Liam últimamente.

“¿Quieres que te acompañe? Podríamos caminar juntos, despejarnos un poco...”

Pero Liam negó con la cabeza, su respuesta rápida y firme.

“No, Damon. Quiero ir sólo. Necesito pensar en algunas cosas...”

Damon frunció el ceño, sus ojos reflejando una mezcla de inquietud y desilusión.

“¿Seguro? No tienes que hacer esto solo…”

“Estoy seguro” replicó Liam, su tono dejando claro que no había espacio para más discusión. “No tardaré mucho”

Con un suspiro resignado, Damon asintió.

“Está bien. Ten cuidado, por favor...”

Liam le dedicó una sonrisa breve y salió por la puerta, dejando a Damon con un peso en el pecho que no podía sacudirse.

Damon se quedó un momento junto a la puerta, luchando contra el impulso de seguirlo.

Finalmente, se acercó a la ventana, apartando un poco la cortina para espiar a Liam mientras caminaba calle abajo. Lo vió sacar su celular del bolsillo y comenzar a hablar con alguien, su voz inaudible a través del vidrio, pero su expresión era seria, distante.

Damon observó hasta que Liam desapareció de su vista, luego dejó caer la cortina y volvió al sofá.

La televisión seguía encendida, mostrando un programa que él no estaba realmente mirando.

Sus pensamientos se desviaron hacia Liam, hacia lo que podría estar pasando por su mente.
Se preocupaba, se preguntaba si había hecho algo mal, si había presionado demasiado con la propuesta de matrimonio.

Damon miró alrededor de la sala, sus ojos cayendo sobre los regalos que le había dado a Liam en Nochebuena.

La lámpara de lava roja que Liam tanto había deseado estaba encendida en un rincón, proyectando suaves destellos de luz sobre las paredes. El abrigo negro de marca estaba colgado cuidadosamente en el perchero, una prenda que Damon sabía que Liam adoraba. Y la camiseta de Deftones, un pequeño gesto que demostraba cuánto conocía y comprendía a Liam, estaba doblada sobre la silla junto a la mesa de café.

Suspiró mientras jugaba con el anillo de compromiso en su dedo, recordando la sorpresa en los ojos de Liam cuando le propuso matrimonio. Era un anillo simple, pero significativo, elegido con cuidado para simbolizar lo que sentían el uno por el otro.

Sin embargo, desde esa noche, algo había cambiado en la actitud de Liam. Damon no podía evitar preguntarse si había cometido un error, si había precipitado las cosas.

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Después de varios minutos de intentar distraerse con la televisión, Damon se dió cuenta de que no podía seguir así.