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Liam caminaba por la calle con los brazos cruzados, intentando protegerse del frío que se colaba a través de su chaqueta.

Cada paso que daba resonaba en su mente como un eco de los pensamientos que lo atormentaban. Las luces de la ciudad eran un destello lejano, y la música de la fiesta que había dejado atrás aún zumbaba en sus oídos.

Sin embargo, todo se sentía distante, ajeno, como si estuviera flotando en una burbuja que lo aislaba del mundo exterior.

No podía dejar de pensar en Damon. La imagen de su rostro, sus palabras, su amor incondicional, todo lo que representaba para él, lo invadía con una mezcla de culpa y confusión.

Damon había estado allí para él de una manera que nadie más lo había hecho. Lo había cuidado, lo había protegido, y le había mostrado un lado de sí mismo que Liam nunca había compartido con nadie más.

A pesar de eso, algo en su interior se rebelaba contra la idea de estar atado a alguien de esa manera, de entregarse completamente al compromiso que Damon le ofrecía.

Liam sabía que no podía seguir viviendo una vida descontrolada y sin rumbo. Tenía veinticuatro años, y aunque la idea de dejar atrás las fiestas, el caos, y la libertad sin límites le resultaba aterradora, también sabía que tarde o temprano tendría que enfrentarse a la realidad.

Damon no quería hacerle daño; todo lo contrario, quería protegerlo, cuidarlo, y asegurarse de que tuviera un futuro seguro y estable. Pero esa seguridad también significaba renunciar a algo que Liam no estaba seguro de estar listo para dejar ir.

Se detuvo un momento para encender un cigarro, el humo caliente llenando sus pulmones y dándole una sensación de calma momentánea.

El frío seguía mordiendo su piel, pero el calor del cigarro le daba una pequeña chispa de consuelo en medio de la helada noche.

Mientras exhalaba, vió un coche acercarse, las luces frontales radiantes iluminando la calle vacía.

El coche se detuvo en una esquina frente a él, y antes de que Liam pudiera reaccionar, la puerta del conductor se abrió y Damon salió corriendo hacia él.

El corazón de Liam dió un vuelco, y de repente, todo el conflicto interno que había estado sintiendo se amplificó en su pecho.

"¡Liam!" gritó Damon, desesperado, mientras se acercaba rápidamente.

Liam se quedó paralizado en su lugar, sin saber si correr o quedarse.

Pero cuando Damon llegó hasta él, sujetó su rostro frío entre sus manos, con una urgencia que hizo que Liam sintiera una punzada de dolor en el corazón.

"¿¡Por qué te fuiste!?" preguntó Damon, su voz temblando, llena de preocupación y miedo. "¡Estaba tan preocupado, no sabía dónde estabas, no me contestabas!"

Liam parpadeó, sintiendo cómo sus ojos se llenaban de lágrimas, las mismas que había estado conteniendo toda la noche.

Miró a Damon, viendo el amor y la desesperación en sus ojos, y de repente se sintió más perdido que nunca.

"No lo sé, Damon" susurró Liam, encogiéndose de hombros con tristeza. "No sé qué quiero en mi vida. Tengo miedo... miedo de estar contigo, de lo que significa. No sé si estoy listo para esto..."

ᡃ§ɧαʈʈeɽeᶑᡃ ≠ •°ᵈⁱᵃᵐ°•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora