Damon se levantó de la mesa y comenzó a lavar los platos, su mente aún enmarañada en pensamientos de Liam. Sabía que, si alguna vez llegaba el momento, haría todo lo posible para hacer que Liam se sintiera tan especial como él lo hacía.
Porque, aunque nunca lo admitiría, Liam había logrado algo que Damon nunca creyó posible: había hecho que su mundo, antes tan pequeño y cerrado, se abriera a nuevas posibilidades.
Y mientras el agua corría sobre los platos, Damon sonrió para sí mismo, pensando en un futuro en el que no estuviera solo, sino compartiendo esos momentos simples con alguien que realmente importaba.
Después de terminar de lavar los platos, Damon se sintió exhausto. Al ver la cocina limpia, respiró con alivio, pero aún quedaba el asunto de las compras que tenía que hacer.
Su auto estaba en manos de Jarvis, quien lo había pedido prestado para una fiesta hacía unos días, y Damon aún esperaba que se lo devolviera.
Por lo tanto, tendría que caminar hasta el supermercado, algo que no le entusiasmaba mucho, pero que aceptaba como parte de su rutina.
Se colocó su abrigo, tomó una lista mental de las cosas que necesitaba, y salió de su apartamento. La calle estaba húmeda por la reciente lluvia, y el aire fresco le golpeó el rostro al salir, despejándole ligeramente la mente.
Damon se sumergió en sus pensamientos mientras caminaba, observando cómo las gotas de agua se deslizaban por los paraguas de las pocas personas que veía en la calle.
A mitad de camino, notó a una anciana ciega que se acercaba peligrosamente al borde de la acera. Sin pensarlo demasiado, Damon aceleró el paso y la tomó suavemente del brazo, deteniéndola justo antes de que pisara la calle.
La anciana, sorprendida, giró la cabeza en su dirección con una sonrisa agradecida.
“Muchas gracias, joven...” dijo ella, su voz temblorosa pero cálida.
Damon asintió, aunque sabía que ella no podía verlo. No dijo nada, simplemente la acompañó a cruzar la calle con seguridad antes de soltar su brazo y continuar su camino.
No estaba acostumbrado a interactuar con extraños de esa manera, pero había algo en la vulnerabilidad de la anciana que le había movido a actuar sin pensar. Una vez que la dejó a salvo al otro lado de la calle, siguió caminando, hundido nuevamente en sus pensamientos.
Al llegar al supermercado, Damon tomó un carrito y comenzó a recorrer los pasillos, buscando lo que necesitaba.
La lista mental que había hecho en casa estaba claramente definida: algunas verduras frescas, un buen trozo de salmón, y un par de botellas de vino para acompañar la cena.
Sin embargo, su mente divagaba, volviendo una y otra vez a Liam, a la última vez que lo había visto. Se preguntaba cómo estaría, qué habría estado haciendo en estos días.
Mientras caminaba por la sección de pescados, Damon se detuvo frente al mostrador y examinó cuidadosamente las opciones.
Finalmente, eligió un filete de salmón de buena calidad, asegurándose de que tuviera el color y la frescura que buscaba. Satisfecho con su elección, se dirigió hacia la sección de licorería para elegir el vino.
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ᡃ§ɧαʈʈeɽeᶑᡃ ≠ •°ᵈⁱᵃᵐ°•
Fanfic⊰ En un susurro de sombras y dolor, dos almas se desmoronan en una danza de destrucción. ⊰ Liam, con su amor roto, se desvanece bajo el peso de las manos de Damon, que, cegado por la furia, lo destroza. Un último "perdón" resuena en la oscuridad, m...