⊱|35|⊰

10 3 0
                                    

Damon miró el arma en el suelo, brillando tenuemente bajo la luz parpadeante del televisor.

Se inclinó y la levantó, sintiendo su peso frío y sólido en sus manos.

Era la primera vez que sostenía un arma, y no era como lo había imaginado. Era mucho más pesada de lo que pensaba, como si el metal estuviera cargado no sólo con su masa, sino con las decisiones y actos oscuros que acompañaban a un objeto como ese.

Por un momento, Damon se vió reflejado en el Liam del video, un joven al borde de la desesperación, jugando con su propia vida en un acto de autodestrucción.

La desesperación de Liam estaba tan palpable en la pantalla que Damon sintió que podía tocarla. Con el arma en sus manos, el peso de esa desesperación, la confusión, el caos, todo recaía sobre él.

Damon miró a Robbie. Aquel hombre se había convertido en la encarnación de todo lo que estaba mal en la vida de Liam, una figura que se alimentaba de su destrucción, de su vulnerabilidad.

Robbie parecía disfrutar cada segundo de lo que veía en la pantalla, como si el sufrimiento de Liam fuera su espectáculo personal, una diversión retorcida que justificaba su existencia.

Sin decir una palabra, Damon dejó el arma encima de la cama.

Sentía que si la sostenía por más tiempo, el odio que crecía dentro de él se convertiría en algo irreversible.

Respiraba con dificultad, y notó cómo su cabello se pegaba a su frente por el sudor. El cuarto se sentía claustrofóbico, cada rincón impregnado con el hedor de la traición, del abuso, de la desesperanza.

Damon no podía soportar más. Sin pensarlo, se lanzó sobre Robbie, su cuerpo movido por la ira ciega.

Lo volteó bruscamente boca abajo, sujetándolo por el cuello y golpeando su cabeza contra el suelo con fuerza.

La respiración de Robbie se aceleró, pero seguía con esa sonrisa, esa maldita expresión de superioridad, como si todo aquello fuera un juego que aún controlaba.

Damon golpeó la cabeza de Robbie contra el suelo de nuevo, y esta vez, el sonido fue más fuerte, más contundente. El cráneo de Robbie se golpeó contra el suelo, y un gemido de dolor escapó de sus labios.

Pero no era suficiente para Damon. Robbie había sido parte de la espiral descendente de Liam, y ahora, todo lo que había reprimido durante meses, toda la preocupación y la impotencia, se concentraba en aquel acto de violencia.

Robbie trató de moverse, pero Damon lo inmovilizó fácilmente, presionando con su pie sobre el rostro del hombre.

Apretó con fuerza, aplicando presión hasta que el rostro de Robbie se hundió contra el suelo.

“Esto no tiene sentido” gimió Robbie, su voz distorsionada por el dolor. “No te va a cambiar nada… Déjame en paz”

Las palabras de Robbie perforaron la furia de Damon como una aguja afilada. La verdad en ellas lo hizo detenerse.

El odio que lo impulsaba, la violencia que había desatado.

¿Qué lograba con todo eso?

Liam seguía estando en algún lugar, herido y roto. Robbie había sido una influencia tóxica, sí, pero lo que Damon estaba haciendo no lo cambiaría. La oscura verdad era que Liam ya había pasado por esto. Nada de lo que Damon hiciera a Robbie arreglaría el daño.

Con una última mirada de desprecio, Damon quitó su pie del rostro de Robbie.

Se quedó de pie, mirando el desastre que había causado, pero no sintió la satisfacción que esperaba. Todo era vacío. Robbie seguía tirado en el suelo, adolorido pero sonriendo con burla, como si incluso en la derrota hubiera ganado algo.

ᡃ§ɧαʈʈeɽeᶑᡃ ≠ •°ᵈⁱᵃᵐ°•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora