Me preparo para ir a la casa de Marco. Me pongo un vestido blanco con florecitas rosas alrededor, peino mi cabello marrón en una media cola dejando algunos cabellos sueltos, enchino mis pestañas y por último me pongo gloss.
No podía comprender lo mucho que tardé en arreglarme, empecé a la 1:30 pm y terminé a las 3:00. Era demasiado tarde por lo que opté por tomar un taxi, pero para mi suerte ninguno pasaba y si de casualidad lo hacían estaban ocupados. <<Mierda, estoy segura que Marco me va a matar.>>
Después de varios intentos fallidos, decidí caminar un poco más, esperando tener mejor suerte en la siguiente intersección. La ciudad, usualmente vibrante, parecía decidida a complicarme el día. La calle estaba llena de gente que salía del trabajo, y los pocos taxis disponibles eran inmediatamente interceptados por otros antes de que siquiera pudiera levantar la mano.
Suspiré, sintiendo una mezcla de frustración y agotamiento. Miré el reloj; el tiempo seguía corriendo, y aún no había conseguido un taxi. A este ritmo, llegaría a la boda de Marco. Consideré llamar para disculparme por la tardanza, pero sabía que me diría que es lo mismo de siempre.
Estaba a punto de desistir y llamar a Marco para pedirle que viniera a recogerme, cuando finalmente vi uno de esos pequeños autos amarillos detenerse más adelante. Corrí hacia él, rezando para que no fuera otro intento fallido. Con el corazón acelerado, alcé la mano con determinación, rogando para que no se lo llevaran antes de que llegara.
Para mi alivio, el taxi estaba libre. Sin perder un segundo, me acerqué a la ventana del conductor, y con una sonrisa cansada, le pedí que me llevara a la dirección de Marco. Finalmente, sentada en la parte trasera del taxi, dejé escapar un suspiro de alivio
El taxi arrancó suavemente, dejándome un momento para relajarme en el asiento trasero. A través de la ventanilla, las luces de la ciudad se difuminaban mientras avanzábamos entre el tráfico de Milán. Cerré los ojos por un segundo, intentando dejar atrás el estrés de la jornada. Sin embargo, el sonido de la radio del taxi me devolvió a la realidad.
"...En otras noticias, se reportó un tiroteo en las oficinas de un puerto de distribución de alimentos en las afueras de la ciudad. Fuentes no confirmadas indican que la empresa en cuestión podría estar involucrada en el tráfico de drogas, lo que ha llevado a un enfrentamiento violento entre facciones rivales. Las autoridades están investigando la conexión con varias organizaciones criminales, aunque hasta ahora no se han realizado arrestos..."
Mis ojos se abrieron de golpe, y un escalofrío recorrió todo mi cuerpo. En ese momento recordé a los Salvatore y cómo Niccolo mencionó que habían estado expuestos a un tiroteo. Tal vez Marco tenía razón, ellos estaban ahí en la empresa disparando sus armas y...Vendiendo droga.
Intenté apartar la idea de mi mente, diciéndome que no debía saltar a conclusiones tan rápidamente. Pero el recuerdo de Niccolo y Gian, con sus miradas intensas y las sombras que parecían rodearlos constantemente, seguía ahí. Algo en todo esto no me cuadraba, y cada vez era más difícil ignorarlo.
El taxi avanzaba lentamente por las calles adoquinadas, y antes de que me diera cuenta, el conductor giró hacia una calle más tranquila y anunció: —Aquí estamos, señorita. Hemos llegado.
Me sacudí el ensueño en el que había caído durante el trayecto y miré por la ventanilla. Reconocí la elegante fachada del edificio donde vivía Marco, con su clásico estilo milanés y las luces cálidas que se filtraban por las ventanas. Sentí una mezcla de alivio y nerviosismo al estar finalmente allí.
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Besos de Venganza
RomanceElla es Beatrice Russo, una joven estudiante de medicina que se mudo a Milán para perseguir sus sueños y a los asesinos de sus padres. Sin embargo, nada podría prepararla para el oscuro mundo en el que está a punto de entrar. Cuando la familia Salva...