Después de lo que pareció ser uno de los turnos más largos de mi vida, finalmente salí del hospital. El cansancio pesaba en mis hombros y mi mente seguía reviviendo los momentos más tensos de la noche: Angelo, Gian, la sangre... todo. A pesar de haber intentado apartar esos pensamientos, no podía dejar de sentir el peso de las decisiones que se acumulaban sobre mí.
Subí al metro, buscando refugio en la rutina del viaje. El vagón estaba casi vacío, y el sonido monótono del tren deslizándose sobre los rieles me ayudaba a desconectar, aunque solo fuera por unos minutos. Las luces brillaban sobre los asientos vacíos, y miré hacia la ventana, viendo mi reflejo desdibujado mientras la ciudad pasaba en un borrón de luces.
Justo cuando comencé a sentir un poco de calma, mi teléfono vibró nuevamente en mi bolso. Lo saqué rápidamente, esperando que fuera un mensaje de mis padres o incluso de Marco, pero mi corazón se hundió al ver que era del mismo número desconocido que me había escrito horas antes.
Abrí el mensaje con manos temblorosas, intentando prepararme para lo que venía.
"Si realmente quieres saber la verdad, ven a esta dirección."
Bajo el texto, había una dirección que desconocía por completo. Fruncí el ceño, intentando ubicar el lugar en mi mente, pero no lograba identificarlo. Era un sitio apartado, en los límites de la ciudad, cerca del puerto.
La misma sensación de inquietud volvió a aparecer en el fondo de mi estómago. Algo no estaba bien. Pero una parte de mí, la que ansiaba respuestas sobre la muerte de mis padres, no podía dejarlo pasar.
Mientras el tren seguía avanzando, me di cuenta de que estaba atrapada en una encrucijada. Si iba a esa dirección, me arriesgaba a adentrarme en algo mucho más peligroso de lo que podía imaginar. Pero si no iba, tal vez nunca descubriría la verdad.
El vagón del metro se sacudió levemente, haciéndome salir de mis pensamientos. Volví a mirar el mensaje, analizando cada palabra. Había algo extraño en la forma en que me hablaban, como si ya supieran que no podía resistirme a investigar.
Respiré hondo, guardando el teléfono de vuelta en mi bolsillo. —El puerto—... ni siquiera sabía lo que me esperaba ahí. Pero algo en mi interior ya había tomado la decisión.
Durante todo el día, mientras trataba de mantenerme ocupada, mi mente no dejaba de divagar hacia recuerdos que había intentado enterrar. Pensé en mis padres biológicos, en cómo mi vida habría sido diferente si el accidente no hubiera ocurrido. Los rostros de ellos, que con los años se habían desvanecido en mi memoria, comenzaron a regresar de forma borrosa, como sombras de un pasado que no se iba.
No recordaba todos los detalles con claridad, pero sí el sentimiento de seguridad cuando me tomaban de la mano o el sonido de sus risas cuando paseábamos por el parque los domingos. Era tan joven cuando murieron, tan vulnerable... A veces me preguntaba si mi mente había suprimido ciertas cosas para protegerme del dolor. Aún así, había días, como hoy, en los que ese dolor se colaba sin previo aviso.
Mis pensamientos se desplazaron hacia México, hacia la vida que me ofrecieron mis padres adoptivos. Ellos me dieron estabilidad cuando más lo necesitaba, cuando era una niña rota, asustada, y sin rumbo. Los recuerdos con ellos eran mucho más claros. Me veía corriendo por los campos, jugando con los animales, la luz del sol siempre cálida sobre mi piel. Mi madre adoptiva, una mujer dulce y paciente, me enseñó a amar los pequeños momentos de la vida, mientras que mi padre, más serio pero amoroso, me mostró lo que significaba ser fuerte ante la adversidad.
Había tenido una infancia feliz con ellos, aunque el vacío que dejaron mis padres biológicos nunca desapareció del todo. Mis padres adoptivos nunca intentaron reemplazarlos, pero me dieron algo invaluable: un hogar donde sentirme querida de nuevo. Sin embargo, nunca les hablé del miedo constante que me acechaba. El miedo de que, algún día, perdería a alguien más. El miedo de que, como mis padres biológicos, la vida me arrebataría lo que más amaba.
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Besos de Venganza
RomanceElla es Beatrice Russo, una joven estudiante de medicina que se mudo a Milán para perseguir sus sueños y a los asesinos de sus padres. Sin embargo, nada podría prepararla para el oscuro mundo en el que está a punto de entrar. Cuando la familia Salva...