CAPÍTULO 9

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CESAR PARRA.

Esta semana ha sido espectacular, tener a T/n en la casa y a mi entera disposición es lo mejor, cada día he deseado terminar pronto mi trabajo en la oficina para llegar a la casa y verla, siempre me recibe con una gran sonrisa, mientras cenamos tenemos una charla interesante, ya que ella es muy inteligente y eso me gusta, no solo es una cara bonita.

- ¿A qué te dedicas? - dice inocentemente, será que no sabe nada de mí.

- Soy empresario del área de venta de carros - ella asiente - Cuando termines la universidad, ¿Tienes donde hacer las prácticas? - le pregunto, aunque una de mis reglas es no follarme al personal, pero por tenerla a mi lado hago lo que sea.

- Todavía no, quiero aprobar los exámenes primero y después pensar en eso.

- En mi empresa tenemos un buen programa de prácticas - le informo y para mí sería un placer tenerla trabajando en mi empresa.

- Lo voy a pensar - me sonríe y sigue comiendo.

Estamos jadeantes y sudados recuperándonos de una buena sección de sexo antes de dormir, la miro a los ojos y ella me sonríe, yo hago lo mismo y la beso en la boca, esta mujer me tiene hechizado, salgo de ella despacio y la escucho gemir, me paro de la cama, desato sus tobillos, luego sus manos, la ayudo a incorporarse y le doy un masaje en los hombros, busco mis vaqueros y me los pongo, luego le paso el albornoz que está detrás de la puerta.

- T/n, que descanses - digo beso su frente y salgo del cuatro de juegos, aunque me siento tentado a llevarla a su habitación, meterme en la cama con ella y embriagarme de su calidez hasta ser llevado en los brazos, me resisto.

Voy a mi habitación para darme una ducha, luego me pongo un pantalón de pijama y una franela, dejo que pase por lo menos una hora y subo las escaleras sin hacer el mejor ruido para comprobar que T/n ya está descansando, abro la puerta y escucho el reproductor de música sonar bajito, me acerco a ella y está durmiendo, pero veo en sus mejillas rastros de que ha estado llorando ¿Por qué será?

Mientras desayunamos veo a T/n muy pensativa, su mirada está preocupada, triste, intenta sonreír, pero simplemente no puede, no ha probado siquiera su desayuno.

- ¿Que está mal? - le digo.

- Es que hoy tengo un examen importante - me dice, pero sé que hay algo más.

- ¿Pero te preparaste para tomarlo? - ella asiente, pero no dice nada - De seguro que te va a ir bien - ella me sonríe.

Como todos los días llevamos a T/n a la universidad, para luego ir a la empresa, me pongo a trabajar con un contrato, pero no puedo dejar de pensar en T/n.

- ¿Qué me está haciendo esta mujer? - digo y me echó para atrás en mi silla, me decido por llamar a Taylor y decirle que vamos a ir juntos a recoger a T/n a la universidad, así la llevo a comer a un restaurante italiano, ya que me dijo que esa es su comida preferida, le pido a Aimé que haga una reservación para las dos de la tarde.

Al mediodía dejo todo lo que estoy haciendo, apagó mi computador y salgo de mi oficina, entro con Taylor al ascensor y mientras él conduce siento una terrible ansiedad...

Aparcamos en la universidad y ya han pasado 15 minutos desde la hora en la que se terminó su clase y no termina de llegar al auto, me estoy empezando a desesperar, salgo del auto y veo que Taylor está igual.

- ¿Qué pasa, Taylor? Se supone que hace 15 minutos ella debió salir - digo con voz dura.

- Eso digo yo, señor. Voy a entrar a la facultad a ver si la veo - yo asiento, él camina hacia la facultad y me recuesto del auto para esperarlo, busco mi celular y le marco, pero me manda a la contestadora, marco varias veces y nada.

- ¿Dónde estás, T/n? - digo molesto, diez minutos después veo salir a Taylor y por su cara sé que no trae buenas noticias - ¿Qué paso?

- Me informan que la clase termino hace tres horas más o menos, la señorita la tomo, pero no está en la facultad - siento como la ira invade mi cuerpo, seguro me dejo, consiguió el dinero que quería y se fue, pero si regresa me va a tener que dar muchas explicaciones.

- ¿Algo más, Taylor? - lo veo dudar al momento de hablar.

- Siempre que la señorita salía la acompañaba un joven de unos 25 años, él tampoco está en la facultad - yo asiento, trago saliva y le pego al capo del auto, yo pensé que ella era diferente.

- Vamos a la casa - todavía tengo la esperanza que volvió a la casa en taxi, ya que salió temprano de clase, pero cuando llegamos no está, mi ánimo se torna de los mil demonios, llamo a Welch para que rastree su celular, pero me dice que no lo localiza, ya que está apagado.

La preocupación me invade ¿Y si le paso algo? Pero también la rabia, si ese hombre era algo suyo, ¿Y me dejo por él? Le doy un trago a ni cuarto vaso de Whiskey, miro la hora de mi computadora y marca las 7:30 pm y nada.

"La señorita Godoy va subiendo, señor"

Me informa Taylor, por un lado, quiero sonreír, está bien regreso, pero por otro quiero saber dónde y con quién estaba, término de beber mi Whiskey, salgo de mi estudio y justamente me paro frente al ascensor para enfrentarla.

- Señor, yo puedo... - dice con miedo, pero no la dejo terminar.

- ¿Dónde estabas? - digo con voz dura, ella me mira y sus ojos están muy abiertos - ¿Dónde estabas? No te lo voy a volver a preguntar, T/n.

- Yo, yo, estaba con... - titubea.

- ¿Estabas con Kevin Álvarez, T/n? - me acerco a ella, la agarro fuerte por los brazos - Contéstame maldita sea - ella niega con la cabeza y empieza a llorar y eso me confirma mis sospechas, se siente descubierta.

- Por favor - solloza.

- Por favor nada - le grito y aprieto más mi agarre - Ahora te voy a enseñar quién es que manda, te voy a demostrar de que soy capaz cuando me quieren ver la cara - la arrastro escaleras arriba.

- Señor, por favor - solloza.

- Mejor cállate, si no quieres que te vaya peor - llegamos al cuarto de juegos y la empujo adentro - Desnúdate - le ordeno, la veo titubear - Desnúdate o lo hago yo - grito, la miro por un instante y no ha parado de llorar, se desnuda y queda solo en bragas, la llevo hacia el banco de los azotes, amarro sus manos y quito sus bragas - Ahora te voy a enseñar que conmigo no se juega, yo no comparto lo que es mío, yo pague por ti y tú me vas a cumplir - digo molesto - Vas a contar cada azote para que lo recuerdes cada vez que quieras desafiarme - le digo, busco un cinturón, cojo impulso y lo estampo en su precioso trasero - Cuenta - ordeno.

- Uno...

Ya es muy tarde😰🫤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora