CAPÍTULO 30

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CESAR PARRA.

Han pasado tres días desde la última vez que vi a T/n, estamos en la misma casa y la he evitado a como dé lugar, todavía no tengo valor para darle la cara, pero siempre estoy al pendiente de ella, salgo temprano de la casa y llego tarde ya cuando está dormida, voy a su habitación y la observo dormir, en realidad no sé qué hice para que me amara, pero yo puedo permitir que lo siga haciendo.

Te amo, te amo, te amo...esas palabras se repiten en mi mente una y otra vez, pero ella no puede amarme, yo no merezco que nadie tenga ese sentimiento por mí, siempre he sido un hombre solitario que no tiene corazón, yo soy un monstruo que busca chicas para azotarla y desquitarse lo que la punta adicta y su chulo le hicieron, yo no puedo hacerla feliz, no puedo darle lo que ella necesita.

Llego al departamento pasadas de las 9:00 pm de la noche, me siento cansado, frustrado y por primera vez en mi vida no sé qué hacer, voy directo a mi habitación y cuando entro la encuentro sentada en la cama, nuestras miradas se cruzan y veo tristeza en sus ojos.

- ¿Podemos hablar? - dice con voz decidida.

- Sí, claro. Pero vamos a mi estudio - ella se para de la cama y camina hacia la puerta, pasa por mi lado y su delicioso olor me invade, dejo el maletín sobre la cómoda, suelto mi corbata y respiro profundo.

Llegamos juntos al estudio, le ofrezco asiento para luego sentarme detrás del escritorio, nos miramos por un instante.

- ¿Por qué no puedo amarte? - dice.

- T/n, sabes que lo nuestro nunca fue una relación normal - por supuesto que no, yo nunca traté a mis otras sumisas como lo hice contigo - Tú sabías que no podías enamorarte de mí - digo, la veo tragar en seco.

- Entonces, ¿Por qué me tratabas tan bien, porque te preocupabas por mí, por mi familia? - ahora que le digo.

- Mi trato hacia ti fue cordial porque íbamos a pasar tres meses juntos y no podíamos estar como perros y gatos, ¿No crees? - sus ojos se llenan de lágrimas - Me preocupaba por ti, porque necesitaba que estuvieras tranquila, relajada...

- Entiendo - susurra - Entonces, ¿Que sientes por mí? - me mira a los ojos.

- Tú eres una mujer hermosa, educada, inteligente, cualquier hombre se moriría por tenerte en su cama y disfrutar de ti - sus mejillas se llenan de lágrimas - Por ti siento admiración, respeto y...

- Una buena follada - me interrumpe - Yo solo soy la puta del momento, ¿Cierto? - dice con tristeza, me pongo de pie y golpeo la mesa.

- No vuelvas a referirte a ti de esa forma - digo enojado.

- ¿Por qué no? Eso es lo que soy, ¿No? - dice, me acerco a ella y agarro su cara con mis manos la miro a los ojos y me duele verla llorar, la beso, ella se resiste al beso, pero luego va cediendo, puedo saborear sus lágrimas, ella me agarra por el cuello y profundiza el beso, la necesito, necesito estar con ella aquí y ahora.

- Enreda tus piernas en mi cintura - sin dejar de besarnos la llevo a mi habitación, acaricio su cuerpo, despacio la desnudo y le hago el amor con ternura, haciendo una unión exquisita como su Dios se compadeciera de mí y me diera la oportunidad de que mi semilla creciera en ella de tener algo que nos uniera para toda la vida, ella se corre y sollozo mi nombre, luego hago lo mismo, mi cara descansa en su pecho y ella acaricia mis cabellos, siento tanta paz...

- Te amo - dice sacándome de mis pensamientos, esto se tiene que terminar T/n es una mujer dulce e inocente, que necesita alguien quien la ame, ella no necesita dañar su vida con mis muerdas...

T/N MEZA.

Sus palabras me llevan a una triste realidad, la que siempre temí que llegara y me azotara como el viento en otoño, Cesar no me ama, yo solo soy una transacción económica, dinero a cambio de sexo, soy una puta estúpida por haberme enamorado de él.

Su boca invade la mía, me niego a sentirlo, necesito mantenerlo lejos, pero ante él soy débil, sucumbo a su beso, agarro su nuca y lo acerco más a mí, me pide que enrede mis piernas en su cintura y a pesar de todo lo que me dijo hago lo que me pide, me lleva a su habitación y me hace suya, de una manera tan tierna que no puedo evitar llorar cuando alcanzo mi liberación.

- Te amo - se escapa de mis labios, siento como se tensa, sale de mí sin mirarme, se pone detrás de mí y me abraza - Cesar - lo llamó.

- Duerme, T/n - dice, besa mi cabeza y me acurruco a su lado, pienso en todo lo que acaba de pasar, primero me dice que no me ama y después me hace el amor de una manera tan dulce y exquisita...

Cuando despierto es diferente a todos los amaneceres que he tenido en esta cama, la cama está fría y vacía, me siento en la cama y cubro mi cuerpo con la sabana, lo veo salir del baño perfectamente vestido, lleva puesto un traje negro, camisa blanca y corbata negra, su mirada es inexpresiva.

- Cesar - levanta su mano para que no continúe.

- T/n, lo mejor es terminar el contrato, alista todo para que vuelvas a tu casa - dice con voz seca, todo mi mundo se derrumba, intento hablar, pero simplemente no puedo, sale de la habitación dejándome sola y con el corazón roto en mil pedazos, me visto y subo a la habitación me meto a la ducha y estriego mi cuerpo queriendo borrar sus besos, sus caricias, pero no puedo, ya que cada poro de mi piel le pertenece, me dejó caer en la bañera y mis lágrimas se confieren con el agua de la ducha.

- Te amo, Cesar Parra - grito entre sollozos - ¿Por qué me enamoré de ti?

Después de vestirme con un conjunto cómodo negro, tenis blancos, busco mi bolso y saco las llaves del auto y la tarjeta de crédito para entregárselas, le doy un último vistazo a la habitación y limpio la solitaria lágrima que rueda por mi mejilla, bajo las escaleras, mientras camino miro por todos lados para grabar en mi memoria este hermoso lugar, llego a la cocina, él está sentado en la isla de la cocina y Eugenia prepara el desayuno, dejo las llaves y la tarjeta sobre la encimera y él me mira sorprendido.

- T/n, eso es tuyo - dice con voz ronca - Por favor acéptalos - yo niego.

- No es necesario, ya todo termino y eso era prestado - digo, veo a Eugenia quien tiene cara de sorpresa y pena, salí de la cocina.

- T/n, no tienes trabajo, puedes utilizar la tarjeta para los medicamentos de tu madre - eso es verdad, pero no quería seguir dependiendo de él.

- No te preocupes, yo buscaré la forma - digo.

- No se te acurra volver al bar de Elisa - dice de manera amenazante.

- No pienso hacerlo - digo - Gracias por todo - digo me doy la vuelta para que no vea mi tristeza y camino hacia el ascensor.

- T/n - siento como me agarra por el brazo y me detiene, quedo de espaldas a él - Cuídate mucho - susurra en mi oído yo asiento, mientras contengo mis lágrimas, suelta su agarre y camino hacia el ascensor, cuando entro me doy la vuelta y me encuentro con una mirada triste.

- Cesar - digo.

- T/n - dos lágrimas ruedan por mis ojos cuando las puertas se cierran.

- Se acabó - susurro y exhalo fuertemente, cuando llego al primer piso, salgo a la calle y una suave brisa acaricia mi cara, paro un taxi y le doy la dirección de mi casa, al llegar le pago al taxista y subo rápidamente al apartamento, ya Vanessa se fue a la preparatoria, voy a la habitación de mi madre y ella está sentada en la cama leyendo un libro, al percatarse de mi presencia, levanta la mirada entro rápidamente a la habitación, me meto en la cama con ella y todas las lágrimas que había contenido salen sin avisar.

- Mi niña, ¿Qué te pasa? - dice preocupada, levanta mi cara y me mira.

- Se terminó, mamá - sollozo, me acomodo en su regazo y sigo llorando, mi madre acaricia mi cabeza suavemente y ese es mi único consuelo...

Ya es muy tarde😰🫤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora