Aria

Enerball

Era un sábado especial, se haría el partido del año, dioses contra magos. Cada vez que los dioses jugaban, habían ganado, así que ahora los magos tenían la esperanza de ganar por primera vez.

Se levantaron muros del suelo, a unos 10 metros, había una entrada al campo; los alumnos que no participaban, estaban sentados en las gradas que acababan de aparecer. Claire estaba emocionada e impactada, nunca había visto tanta magia al mismo tiempo. Kaila estaba a su lado, la ayudaría a entender mejor las normas.

Todos estaban deseando que empezara el partido. Estaban divididos en dos grupos, unos apoyaban a los dioses y los otros a los magos.

Apareció Osis volando en una plataforma mágica, tenía la varita en la mano cerca de la boca, lo utilizaba como micrófono, lo único que hizo fue echar un hechizo para subir el volumen de su voz.

—Hola a todos, bienvenidos al día más esperado del año. — todo el mundo aplaudió y gritó. — ahora daré paso a los protagonistas de hoy, el equipo de los magos. — en ese momento entraron los 11 miembros con ropa de color amarillo chillón. — y el equipo de los dioses. — aparecieron otros 11 miembros con ropa negra y se colocaron en el centro del campo como los demás, quedando cara a cara con sus rivales.

Kaila le dijo a Claire que los que iban a jugar eran los mejores de cada raza, y como una de las normas del juego era que cada equipo tuvieran 11 jugadores, era difícil la elección.

—Vaya, están tus hermanos. — dijo Claire.
—Sí, son los mejores, el año pasado también estaban y ganaron. — dijo con orgullo.
—Ojalá el año que viene podamos hacerlo nosotras. — susurró, pero Kaila pudo oírlo y la abrazó. Ninguna de las dos hablaron del tema, Claire pensaba que Kaila no lo sabía y ella no le dijo que si lo sabía.
— ¡Que empiece el partido! — Osis dio la señal lanzando un rayo al cielo con la varita, este explotó sonando como un trueno. El público se animó, Claire los miraba y pensó que no eran tan diferentes de los humanos, con el tiempo había descubierto que muchas cosas que ellos hacían eran normales en el mundo donde se crió.

Aparecieron los círculos a todos los jugadores, los dioses echaron a volar, los magos conjuraron su plataforma voladora.

—Este año morderéis el polvo. — dijo un chico del equipo de los magos.
—No lo creo, seguimos siendo más rápidos que vosotros. — dijo Baudier, sonrió y empezó atacar. Lanzó un ataque fuerte, el rayo, el mago no pudo contraatacar ni protegerse así que le dio de pleno, mientras estaba distraído, Baudier conjuró una bola de plasma y la lanzó por encima de la cabeza de su contrincante, marcó tres puntos y la mitad del campo gritó de alegría.
—Empiezan bien. — dijo Claire.
—Te lo dije, mi hermano no se anda con chiquitas, se lo toma muy en serio. —dijo Kaila en un tono de orgullo.

Era el turno de Astrid, el mago al que se enfrentaba le lanzó un hechizo pero ella pudo esquivarlo, ahora le tocaba a ella, disparó varias bolas de energía, el mago pudo esquivar algunas, pero no todas, habían muchísimas. Astrid sonrió y se lanzó hacía la posición de su contrincante, hizo el mismo movimiento que su hermano y marcó otros tres puntos.
6/0 marcaba el marcador, la gente se volvió loca de nuevo.

Estuvieron una hora, aún les quedaba partido, Claire se levantó, le dijo a Kaila que quería ir al baño. Bajó las escaleras, miró el marcador que había a su derecha y ponía 40/25. Los dioses ganaban por goleada, después llegó al campo y se dispuso a salir de allí para entrar en el Castillo.

Uno de los magos lanzó un ataque, su rival lo esquivó, pero el ataque le dio de pleno a Claire, cayó, todo el estadio se quedó mudo. Baudier y Astrid aterrizaron y corrieron hasta ella. Kaila estaba preocupada, furiosa y asustada, eran tres sentimientos que eran dinamita para un dios. Voló sin utilizar a su Pegaso y aterrizó cerca de su familia, corrió y se acercó a su novia.