Aria

La batalla

Pasaron los meses, no había ningún movimiento por parte del enemigo, así que Claire pudo hacer su vida sin pensar mucho en ello, Kaila estaba preocupada, pero al ver a su novia tranquila, decidió relajarse un poco, así que pensó que era el momento del partido de Enerball. Habló con Osis para prepararlo todo, él aceptó y ese fin de semana se iba a celebrar el partido.

Llegó el día, Claire y Kaila se sentaron al lado de los gemelos, no querían estar en el palco donde estaban los demás profesores, Kaila decía que era muy aburrido, porque no comentaban las jugadas ni los ataques de los alumnos.

Osis estaba en el centro del campo a punto de dar comienzo al partido, pero no pudo ser, el suelo empezó a temblar.

—Por los dioses, ¿alguna vez podremos empezar un partido y terminarlo? — preguntó Baudier abrazando a su hermana.

Kaila no sabía que estaba pasando, miró a Claire y la vio seria, sabía que algo andaba mal.
Claire se levantó de su asiento y voló hasta el campo, puso una rodilla y una mano en el suelo, cerró los ojos y su mano empezó a brillar, el temblor empezó a disiparse hasta que el suelo dejó de moverse.
Se levantó y se acercó a Osis, todo el mundo la miraba sin entender que estaba pasando.

—Claire, ¿qué ha sido eso?
—El enemigo se está moviendo, pero por suerte no va a venir aquí. Puede dar comienzo el partido, Kaila y yo nos vamos.
—De acuerdo. — Osis al ver a todos nerviosos, decidió hablar, subiendo la voz con su varita. — calma todo el mundo, solo ha sido un terremoto, podemos estar tranquilos, así que, ¡¡¡¡que empiece el partido!!! — todo el mundo vitoreo.

Kaila vio a Claire marcharse del campo, supo que el terremoto no había sido natural, así que se disculpó con sus hermanos y se marchó.

Una vez fuera vio a Claire despedirse de Dagfinnr, se acercó a ellos y la escuchó.

—Pórtate bien, no nos sigas, ¿de acuerdo?. Esta vez será mejor que te quedes aquí, estarás a salvo. — le besó en la cabeza y se levantó, el dragón la miraba, después puso los ojos en Kaila y movió la cola.
—Ya has oído a mamá, cuida de los chicos y del resto. — le acarició la cabeza.
—Vamos, tengo que pasar por la habitación a coger unas armas. — dijo Claire.
—De acuerdo. — las dos corrieron hacia el interior.

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El partido seguía sin problemas, los magos ya tenían unos cuantos puntos, las hadas estaban nerviosas, no podían hacer mucho contra los ataques de los magos, eran fuertes.

Morgana preparó un ataque potente para neutralizar el ataque de su rival. Vio que la hada hacia un hechizo de naturaleza para pararla, una planta empezó a salir de la tierra, crecía muy deprisa, las largas raíces se lanzaron a toda velocidad contra Morgana, la ataron de pies y manos, no podía moverse. Todo el mundo estaba impresionado con ese movimiento, el hada que lo había invocado sonrió con suficiencia, creía que había ganado, pero no se esperaba el ataque de su contrincante, invocó el fuego y la planta se convirtió en cenizas muy deprisa. Morgana no calculó bien, desintegró lo que la mantenía en el aire, ahora caía. Todo el mundo se quedó en silencio, no podían respirar, al ver que caía se quedaron aterrorizados creyendo que se iba a estampar contra el suelo.
Morgana invocó a su plataforma para volar lo más deprisa que pudo, retomó el vuelo a unos pocos centímetros de estamparse contra el suelo.
La gente empezó a respirar de nuevo, sus corazones latían con normalidad.
El partido continuó sin más sustos ni contratiempos.

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Claire entró en la habitación y cogió las armas, se colocó el cinto de la espada en la cadera, se colocó el carcaj atravesado en la espalda y el escudo en el brazo izquierdo. Cuando salió su aspecto físico cambió, ya no llevaba ropa normal de humana, llevaba un traje amazónico de guerrera, igual que el que llevaba cuando luchó contra Gerok.
Se acercó a Kaila y la tocó el hombro, ella empezó a brillar, su ropa cambió a su traje de valquiria con su espada lista para ser usada.