Vacaciones

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— ¿Dónde quiere ir mi heroína? — preguntó Kaila.
—No lo sé, lejos de aquí.
—Mmm, no conozco el mundo, así que, creo que te seguiré a donde sea.
—De acuerdo, pues.... ¿quieres ir a la playa?
—Suena bien. — le sonrió y Claire la abrazó y se tele transportaron al paraíso.

Llegaron a una isla, no había nada ni nadie, solo árboles y una hermosa playa.

—Uau, el mundo tiene lugares mágicos. — dijo Kaila. — ¿dónde estamos?
—No lo sé. Pensé en el lugar más pacífico y estamos aquí. — dijo Claire mientras cogía a su novia por la cintura y la acercaba a ella.
—Pues has sabido escoger. — dijo Kaila.
—Nooo, en realidad he escogido bien a mi novia, el lugar es insignificante.
—Bueno... eso debería decirlo yo. ¿No crees?
—Me he adelantado. — se río un poco, y eso le gustó a Kaila.
—No me importa, solo quiero estar en este hermoso lugar remoto, contigo. —  cortó la distancia que las separaba y la besó.
—Tengo la sensación de que este lugar, es nuestro hogar. — dijo Claire mientras se separaba un poco de ella, pero teniendo las caderas pegadas.
—Cierto; pero no sé qué vamos a hacer en un lugar remoto y desierto.
—Ya se nos ocurrirá algo, quizás podamos hacer un remake de la película "El lago azul". — dijo Claire moviendo las cejas hacía arriba y hacia abajo varias veces y rápidamente.
—No sé qué película dices.
—Lo sé. — dijo suspirando. — No importa, yo sí. — se separó por completo y la cogió de la mano.

Kaila sintió un ligero vacío en su corazón cuando Claire se separó, pero se calmó al sentir como la cogía de la mano.

—Será mejor investigar nuestro nuevo hogar. — dijo Claire emocionada.
—De acuerdo. — le hacía gracia al ver su comportamiento infantil, estaba muy entusiasmada.

Entraron en el bosque, a medida que se alejaban de la playa dejaron de oír las olas, ahora lo que oían era el viento azotar las hojas de los árboles y el sonido de los pájaros.

—Vaya, es muy tranquilo. — dijo Kaila.
—Sí, creo que es un buen lugar para descansar.
—Lo necesitas. — dijo Kaila mientras la acariciaba la cara. Claire sonrió un poco,  pero la sonrisa seguía sin llegarle a los ojos.

Kaila pensó que con el tiempo volvería a ver ese brillo en los ojos de su amada, pero estaba preocupada, no le gustaba verla así.
Después de un rato andando, llegaron a un claro donde había un lago con cascada, era una maravilla. Kaila le gustaba cada vez más ese lugar.

—Este lugar podría ser nuestro. — dijo Claire.
— ¿Quieres que construya una cabaña? — preguntó Kaila, Claire se la miró extrañada. — ¿Qué?
— ¿Puedes hacer eso? — contestó con otra pregunta.
—Las valquirias tenemos que aprender a sobrevivir, así que construimos refugios en los campos de batalla. Tenemos que estar cerca de los muertos para poder llevarnos sus almas y guiarlos al Valhalla. — explicó Kaila.
—Tiene que ser muy peligroso.
—Lo es, pero para los humanos, ellos no nos ven hasta que les guiamos a su destino.
—Entiendo. Has visto mucha muerte en tus años.
—Bastante, al principio me afectaba muchísimo ver morir a esos hombres que luchaban por proteger a su pueblo, patria o a sus familias. Pero con el tiempo mi corazón se fue endureciendo, me daban pena, pero después ya no sentía nada, hacía mi trabajo. — miró el cielo.
—Por eso no podías sentir nada por nadie.
—Sí. — la miró y sonrió. — hasta que llegaste tú.

Kaila la soltó y se acercó a la zona más plana de todo el prado; fue al bosque y buscó troncos y ramas por el suelo para poder construir la casa.
Cuando tenía las manos llenas volvió al claro, Claire usó su poder de crear armas, hizo aparecer un hacha. Se acercó a Kaila y se la dio.

—Gracias, creo que me vendrá bien.
— ¿Quieres algo más?
—No.
—Vale. ¿Por qué no usas la magia?
—Es más divertido hacerlo a mano. —dijo sonriendo.
— ¿Quieres que te ayude?
—No, tu descansa, báñate o busca algo para comer, yo me ocuparé de esto.

AriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora