Aria

La madre Tierra

Las clases de Claire y Kaila se volvieron muy populares entre los dioses más jóvenes, deseaban que llegara la hora de la clase, aprendían mucho la teoría con Claire y con Kaila acababan practicando sus poderes. Muchos no los habían usado nunca, así que no sabían qué clase de poder tenían, Kaila les ayudó a descubrirlo y luego a practicar con ellos para que aprendieran a manejarlos con control. 

Al principio los alumnos no entendían porque les enseñaban tanto los cuatro elementos, cada uno de ellos eran hijos de distintos dioses que tenían otra clase de poderes y ninguno era esos cuatro.
Uno de ellos se lo preguntó a Claire y ella les dijo que todos los poderes tenían su inicio.

— ¿Qué quiere decir? — preguntó un joven hindú.
—A ver, como lo explico. — pensó un rato hasta que se le ocurrió una idea. — vamos al patio, os enseñaré un ejemplo.

Una vez en el patio de entrenamiento, todos se sentaron en el suelo en círculo dejando espacio a su profesora que estaba en el centro.

—Yo puedo controlar la naturaleza. — extendió la mano y una raíz salió del suelo, rompiendo así el suelo plano y verdoso. — para poder hacer eso se necesita controlar la tierra. Pero también puedo usar el agua para hacer crecer algo. — extendió de nuevo la mano, apuntando a la raíz y por arte de magia empezaron a brotar pequeñas flores. — ¿Veis? los dioses para poder controlar sus poderes necesitan controlar los poderes elementales. Como los magos. Con el fuego puedes controlar la luz. — invocó una bola de fuego, se concentró y la bola se convirtió en una esfera de luz. — para conseguir eso necesitáis pensar qué queréis que el fuego se convierta en luz, cuando eso lo controléis podéis darle cualquier forma. — la esfera se convirtió en un rayo.
—Usted es la Madre Tierra ¿no? — preguntó uno.
—Sí.
—¿Cómo puede controlar el rayo?
—Herencia, mis hermanos también pueden controlarlo, pero nunca lo usan, es el símbolo de mi padre, solo él puede usar el rayo. — otra levantó la mano. — ¿Sí?
— ¿Quién es su padre?
—Eso no viene al caso, solo contestaré a preguntas referentes a lo que os estoy enseñando. — a partir de ahí muchas más manos se levantaron para que les resolviera algunas dudas.

Desde ese momento, todos pusieron más atención, por ello cada día a la misma hora estaban sentados en su sitio y esperando a que la profesora les enseñara algo nuevo.

Kaila empezó a organizarse para el nuevo torneo de Enerball, así que pasaba más tiempo en la biblioteca preparando el plan de juego, los equipos y los jugadores, que estar en clase con Claire.
-----------------

Todo estaba muy tranquilo en el castillo, pero nadie sabía que estaba pasando en el otro extremo del mundo. El lugar donde todas las criaturas mágicas vivían, estaba en peligro, incendios en los bosques, tornados etc. Tenían muchos problemas, cuando terminaba un desastre que desataba el infierno, empezaba otro, no les dejaba respirar. Los unicornios no sabían dónde esconderse, las hadas ya no sabían qué hacer, estaban siendo atacadas por todos los flancos, estaban desbordadas, pidieron ayuda a los magos, pero no era suficiente. Sabían que si no hacían nada lo perderían todo, pero sus poderes no eran suficientes.
Dos de los antiguos alumnos del castillo y amigos de los hermanos de Kaila, se comunicaron con ellos a través de un comunicador que Baudier le dio a uno de ellos.

—Hola Gabrielle ¿qué sucede? — preguntó Baudier al ver al hada.
— ¿Sabes dónde podemos encontrar a Aria?
—Mmm, creo que está en el castillo con mi hermana impartiendo clase ¿por qué? — estaba extrañado.
—Necesitamos su ayuda, y no podemos ir hasta allí, además de que no llegaríamos a tiempo.
— ¿Pero qué pasa?
—Tenemos problemas en nuestro hogar, es como si la naturaleza estuviera en nuestra contra. — explicó Morgana que estaba a su lado.
— ¿Estáis juntas? — preguntó de nuevo.
—Baudier, en serio me alegro mucho de verte, pero esta llamada no es de cortesía. — se quejó Morgana.
—De acuerdo, me comunicaré con ella ahora mismo. — cortó la comunicación.