Guido:
La mansión de Giglio estaba demasiada protegida. Reí con ironía, Dimitri preparaba sus armas con los dardos. Tampoco es que quisiéramos llamar la atención de uno de los hombres que pudiera tener protección por parte de los enemigos.
Guido: Para ser rector, tiene mucha seguridad.
Dimitri: Lo mismo pensé.
Los dos bajamos de la camioneta, un poco alejada de donde puedan vernos. Estábamos atentos, empezamos a soltar los dardos en sus hombres, caían como dados a nuestro paso.
Dimitri: Está libre la entrada.
Guido: ¿Acaso nos espera?
Los dos cambiamos de arma, subimos los escalones con arma en mano, miramos por ambos lados, le hice seña a Dimitri que la puerta estaba entreabierta. Empujé con la mano asechando un poco di un paso entrando a la casa. Dimitri estaba atento de un lado y yo del otro. Nuestros pasos eran lentos, no se veía casi nada por la poca luz que había en el lugar… se escuchaban pequeños sonidos Dimitri se detuvo, caminé hacia un lado asomándome por completo.
Giglio: Vaya… Los 'Ndrangheta… Dimitri Fiorelli, el demonio que todo mundo teme. Guido Vaneccelli, el demonio a punto de arder en el infierno. Sabes como los represento a cada uno… Dimitri Astaroth el Gran duque del infierno. Daemon, Belcebú y tu Guido, el mismo Lucifer en persona. Demonios queriendo ser Dioses. Pero en esta vida o eres un demonio o eres un Dios.
Guido: Te afecta tanto lo que consumes Giglio.
Dimitri: Siempre lo hemos dicho, la producción no se consume.
Giglio: Ustedes lo hacen, todo el tiempo, a sus mujeres las hacen parte de sus sistema, las obligan a tener esa conexión carnal y los alimentan. Conozco todo de ustedes.
Di un paso removiendo los documentos que tenía sobre la mesa, lo abrí lentamente viendo que era el mismo contrato de Gino.
Guido: Piensas entregar a Elena Blondon. ¿Le has dicho a Bastian?
Giglio: No soy tan tonto.
Dimitri: Lo mismo dijo tu hijo, pero terminó muy mal.
Miró hacia Dimitri, se puso de pie tomando su móvil, marcaba me imagino al numero de Gino. Mientras él estaba enfocado por localizar a su hijo, revisaba la documentación, estos miserables en efecto sabían de los pedimentos para legalizar nuestra mercancía.
Dimitri: Te han pagado muy bien Giglio. ¿sabes?
Giglio: ¿Qué le hicieron a mi hijo?
Dimitri: Pensé que eras más inteligente, lo que no sabes que una mujer le dio una paliza a tu hijo, pero nosotros lo rematamos.
Levanté la mirada viendo las cámaras que estaban a nuestro alrededor.
Giglio: Mataron a mi hijo… LO MATARON.
Guido: Digamos que fue una pelea donde los buenos ganan, por que no sabes lo que has hecho…
Di varios pasos hacia él, me seguía con la mirada logrando ver que estaba llamando a emergencias, levanté el pie pateando en su estómago, cayó sentando en el sillón soltando su móvil, lo vi sin lograr enlazar la llamada.
Guido: Teniendo todo, ahora no tendrás nada. Elena para muchos jefes de la mafia vale mucho. ¿No?
Giglio: Un favor les estoy haciendo.
Dimitri: No me digas. Por un momento pensé que el único falto de cerebro sería tu hijo, pero veo que son tal para cual, uno menos cerebro que otro, pero al menos Gino hablaba.