Terzo:
Levanté la mirada golpeando con tanta fuerza como me era posible a Elisa. Su cuerpo cayó de un lado golpeando su cabeza en la pared.
Terzo: NO MIENTAS…
Elisa: No miento…
Cubría su mejilla con su mano, sostuve su cabello con mis dedos enredándolos, sus dos manos se fueron a la mía. Negaba con la cabeza.
Elisa: No sé donde está la señora Sharon.
Terzo: TE DEBIÓ DECIR, ELLA ES MUY BUENA PARA MENTIR.
Azael: BASTA TERZO… VAS A TERMINAR MANTANDO A ELISA.
Terzo: ESO ¿A TI QUE?
Azael: Que no lo voy a permitir. Ahora suéltala.
Azael, sacó su arma apuntándome sin titubear, sonreí soltando a Elisa, ella cayó queriendo levantarse, él no era de los que se andaban con juegos, no era un hombre que me daría pelea, pero tampoco le temblaría la mano para evitar disparar.
Terzo: ¿Te gusta Elisa?
Azael: No se trata de que si me gusta o no, nuestro único objetivo sabes quien es, así que deja de estar jugando al rudo.
Bajaba lentamente la mano guardando por atrás su arma, no apartaba la mirada de mi, este niño fue entrenado por el mejor y eso se dejaba ver, no le tenía miedo ni a mi maldad ni a la misma muerte. Di varios pasos hacia él, no hacía por seguirme con la mirada, lo rodeaba observando detenidamente.
Terzo: ¿Dónde está Sharon?
Azael: En algún lugar de todo alrededor. Terzo, ella no puede salir de aquí.
Se dio la media vuelta dedicándome esa mirada con tanta seguridad, se apartó caminando a la mesa donde estaba sostenida Elisa, reposó una pierna extendiendo su mano para ella, negó con la cabeza por el miedo que nos tenía. La miró con mucha atención, estaba observando como controlaba Azael a Elisa, terminando por darle su mano. Se fue levantando cuando ella negó con la cabeza.
Elisa: Le juro que no fui quien dejó que se escapara la pobre mujer.
Azael: Vete, sal. Date la ducha y descansa.
Terzo: Te espero en mi cama, lo sabes, es tu deber todas las noches y cuando quiera en complacerme.
Azael, pasó su mirada en mi, le dio un toque en su hombro, ella solo me miró con mucho miedo.
Azael: No, la dejarás descansar, dejarás que duerma por esta noche, bastante la escucho gritar toda la noche, así que no lo harás, al menos hoy no. Vete Elisa.
No lo dudo ni dos veces cuando salió corriendo de donde estábamos nosotros, di varios pasos y Azael se interpuso en mi camino.
Terzo: Va hacer lo que le diga.
Azael: Es Rusa Terzo… Los rusos no son para nada nuestros amigos, los médicos de ese hospital sabe de que país somos, claro que van a querer justicia por una de las suyas. Así que te vas a tranquilizar, lo que estas consumiendo no te da la paz ni la tranquilidad.
Terzo: TODO POR CULPA DE ESOS MALDITOS ITALIANOS. TENIAMOS EL ZOLGENSMA, HARRY DEBE ESTAR NECESITANDONOS, TENEMOS QUE IR POR ÉL.
Azael: Harry ya debió pasar a una mejor vida, los Italianos no son de los que van a perder el tiempo con alguien que se la tienen jurado.
Empujé a Azael, sostuvo mi mano jalando hacia él, quedamos a una corta distancia.
Azael: Te vas a calmar.