Guido:
Aparqué en la entrada de mi villa, ella estaba removiendo su cuerpo demasiado provocativa, aparté la mirada del retrovisor, abrí la puerta bajando, la cerré de un fuerte empujón, pasé mi mano sobre mi barbilla, me sentía demasiado alterado, respiraba de manera acelerado, no podía controlarme si seguía con sus cosas, abrí la puerta de atrás, la sostuve de sus manos, ella solo se reía, la jalé con fuerza, sus pies cayeron, estaba de necia esta mujer.
Elena: no me maltrates.
Guido: Agradece que no te verán así. Dimitri y Daemon odian que se pongan así.
Se dio la media vuelta empujándome, pasó su brazo por sus labios, tuvo una sonrisa tan lujuriosa se acercó levantando su dedo índice, lo pasó presionando mis labios. Se ponía de puntillas… me causó tanta gracia, tan chiquitita pero bien que sabía como andar de lujuriosa.
Elena: No es mi culpa, Willow y Valentina me dieron para probar… ammm, ¿Qué me dieron?
Rodé los ojos negando con la cabeza, cerré la puerta de atrás, ella se quedó quietecita, caminé hacia ella tomando su brazo, se tropezó, la sostuve de la cintura evitando que se fuera a caer. Dejó un golpe en mi pecho aun con esa sonrisa.
Elena: bien Guidito, muy buenos reflejos.
Guido: Camina.
Caminaba hacia la entrada, ella se detuvo evitando seguir, la solté reposando mis manos en la cintura.
Guido: ¿ahora que?
Levantó la mirada hacia lo alto de la villa, tragó saliva mirándome, se rascó la cabeza negando con la cabeza.
Elena: No es la villa de Dimitri.
Guido: No entendiste, no te pueden ver así, te darás una ducha y luego si quieres te llevo a la de él, pero por el momento, entrarás donde vivo y no hay discusión. ¿Estamos?
Elena: No… no estamos.
Guido: Bueno, entonces quédate aquí hasta que se te pase y te vas caminando hacia la de Dimitri.
Subí los escalones, miré de reojo que no se movía, hasta que empezó a dar sus pequeños pasitos. Abrí la puerta, ella me golpeó empujando con fuerza, dejé que entrara, miré por ambos lados no quería que nadie me viera, aquí los chismes igual correrían tan rápido, cerré la puerta, puse los códigos cerrando todas las puerta del lugar, no quería ni que por mala suerte de Elena ni la mía Natalie se le ocurría venir a molestar.
Di la media vuelta mirando a que dejaba las zapatillas en el inicio de las escaleras, extendió su mano sosteniéndose del barandal de las escaleras, esta niña si que no se aquietaría.
Elena: pues no vengas.
Se sostenía con fuerza mientras se reía al ir subiendo, se tropezó cayendo en la escalera, subí rápidamente ayudando a levantarse, pasé mi mano por su cintura, mientras iba subiendo. Llegamos arriba, ella se dio media vuelta tomando mi camisa empezando a sacarla, la alzaba llevándome hacia la pared. La tenía que controlar, estaba tan perdida que no sabía lo que estaba haciendo, la sostuve de las manos apartándola de mi ropa.
Guido: Basta Elena.
Elena: BASTA… BASTA… BASTA…
La abracé cerrando los ojos, sus manos juguetonas se metían debajo de mi camisa, entreabrí mis labios al sentir la suavidad de sus manos sobre mi abdomen, presioné un poco más su cabeza contra mi pecho, sus uñas se clavaron en mi piel rasguñando dejando huella.
Guido: (susurrando) Te lo suplico Elena, no hagas esto.
Abrí los ojos, mi cuerpo estaba tan caliente que no sé si podía controlarme, se apartó de mi levantando su hermoso rostro…