Capítulo 23. El árbol.

8.3K 479 19
                                    

Will me arrastra a través del pasillo con su agarre firmemente en mi cintura y antes de saber como, estamos en el apartamento.

Entro antes que él y me paseo de forma frenética por el salón. Se acerca a mí y me sujeta por lo hombros, nuestras respiraciones están aceleradas.

-¿Estás bien?-no respondo, trago saliva y cierro los ojos.-Emma... háblame. Siempre sé como te sientes, lo que piensas. Pero ahora mismo... necesito saber que está pasando en esa cabecita tuya.

No puedo articular palabra, me gustaría decirle algo, pero no puedo hablar. Respiro y me armo de valor.

-Habló de mis padres como... como si los... los conociera... Yo no sé que pensar ahora...-digo, sollozando. Me abraza, acariciando mi pelo.-No sé que está mal conmigo, no me reconozco...

-Yo se quién eres, y tu también lo sabes. No puedes dejar que te afecte, lo ha hecho queriendo. Quiere hundirte. Eres una chica fuerte, valiente e inteligente, él quiere quitarte eso, no dejes que lo haga.

Le miro como si fuera un Dios. Y le beso, porque se que besarlo me distraerá de todo. Él me responde con ganas, nos hemos echado de menos, y después de un día como hoy es lo que ambos necesitamos. Me levanta y enrollo mis piernas en su cadera, enredo mis dedos en su pelo. Camina hasta la habitación conmigo en brazos y me tumba sobre el colchón. Un suspiro sale de sus labios y vuelvo a la realidad. No puedo usarlo para olvidarme de mi situación actual.

Me separó de él y cierro los ojos con fuerza. Me abraza y escondo la cabeza entre su hombro y la almohada. Empiezo con pequeños sollozos y con las lágrimas acumulándose tras mis ojos, y luego se desencadena un horrible llanto, con sonidos estrangulados y la cara contraída.

-Está mal-dice cuando me calmo un poco, pero sigo llorando.-Todo lo que te está pasando está mal. No mereces esto, eres muy valiente, estás aguantando todo lo que te está pasando y te admiro, lo hago. Intentaría consolarte diciéndote que todo esta bien, pero no puedo mentirte. Solo aguanta, prometo sacarte de esta.

Pero eso es precisamente lo que quiero evitar, no quiero que él me saque de ésta, puede salir herido. O algo peor.

Tengo que terminar con esto sola, aunque no ahora, cundo me estoy quedando dormida con la cara húmeda y protegida en sus brazos, porque aunque no quiera que me ayude, aunque no quiera que salga herido por mi culpa, no puedo renegar sus brazos, sus palabras ni sus labios.

Pero si voy a morir, no voy a arrastrar a nadie que quiero conmigo. Si voy a morir, voy ha hacerlo sola.

Me despierto con el cuerpo frío por la falta de Will. Siento la cara hinchada por las lágrimas a si que voy al baño para lavarme los ojos.

Bebo un poco de agua del grifo, pero no me sacia lo suficiente y voy a la cocina a coger un vaso. Al pasar por el salón, Will está sentado en el sofá con un ordenador en la mesa de enfrente, con la expresión indiferente mirando a la pantalla.

Doy unos pasos en su dirección y me mira.

-Ven aquí.-susurra, dando golpe en su regazo.

Me siento y paso mis brazos por su cuello, apoyando la cabeza en su hombro, él rodea mi cintura con sus brazos.

Le echo un vistazo a la pantalla del ordenador. La foto de tres niños sentados junto a un árbol me sorprende, la niña tendrá unos dos años, lleva el pelo rizado y castaño, con los ojos verdes, el chico que está a su lado parece tener unos cuatro años, con el pelo cobrizo y los ojos miel. El otro niño a su lado tiene las mismas características de la niña. Gabriel, Will y yo.

-Somos nosotros...-susurro

-Si, la mañana antes de que me raptaran.-dice en el mismo tono.

Le miro a él y a su ceño fruncido y le beso esas arrugas para hacerlo desaparecer. Mete las mano por mi camiseta y tira de mí por la parte baja de mi espalda. Su piel es cálida contra la mía.

Brave Donde viven las historias. Descúbrelo ahora