Mi mandíbula cae al suelo. Lo que al principio parecía un sitio inadecuado, se ha convertido en todo un paraíso de tecnología. La sala seguía siendo blanca. Mesas y mesas de estudio se extiende por toda la sala, gente pasando por todos lados, salas que parecen laboratorios con puertas de cristales a los lados, por donde se pueden ver reuniones, experimentos y todo tipo de cosas.
-Cierra la boca que te entran moscas.-dice Gabriel.
-¿Pero tú has visto esto?
Esperen, se me olvidó mencionar la gran bola del mundo flotante rodeada de una pantalla gigante y transparente de ordenador, mas o menos al final de la sala.
-¿Primeras impresiones?-pregunta una voz que no reconozco
-¿No ves sus caras?-contesta Will.
Un chico mas o menos igual de alto que Will, con el pelo negro y unos ojos azul intenso se acerca a nosotros. Llega a mi lado y rodea mis hombros con sus musculosos brazos.
-Que tal, nena, ¿lista para entrenar?
-Peter, déjala en paz.-dice Will con tono serio y el ceño fruncido.
-Vamos Anderson, solo quiero ser su amigo, ¿verdad?-me pregunta
Me quedo muda, no sé que decir. Peter se ríe ante mi silencio y quita su brazo de mis hombros. Will llega y coloca su mano en la parte baja de mi espalda.
-Vamos.
Le seguimos hasta una sala. Al entrar, se puede ver que es un despacho; hay cuatro sillas dispuestas en frente de un impecable y ordenado escritorio. Dos de ellas están ocupadas por un chico y una chica. Se les ve nerviosos, el chico no para de mover su pierna, y la chica se retuerze los dedos sobre su regazo.
-Sentáos.-dice una mujer, que entra por la puerta.-Anderson y Dawson, esperad fuera.
Will abre la boca para quejarse, pero la mujer le mira por encima de sus gafas, se calla, parece ser una mujer con un alto cargo.
Gabriel y yo tomamos asiento, yo me siento en el extremo, y Gabriel, al lado de la chica. La mujer se sienta detrás del escritorio, y nos observa durante unos segundos.
-Bueno, ante todo bienvenidos, supongo que ya sabéis de lo que va todo esto, solo quiero mentalizaros de que los meses que vienen van a ser muy duros. Os hemos elegido porque creemos en vosotros, creemos en vuestra valentía y lealtad. Dad lo mejor de vosotros. Peter y William os llevarán a unas habitaciones individuales, vuestra casa hasta el fin del entrenamiento. Suerte, aprendices. Podeís iros.
De alguna manera, me hace gracia como ha soltado el corto y típico discurso de motivación, cuando lo cierto es que nada nos motivaría ahora mismo.
-¿Le dice lo mismo a todos los nuevos? Es irónico, ya que yo no estoy aquí por voluntad propia.-dice la chica junto a Gabriel
-Allison Parks, el carácter nos gusta, pero guárdelo para cuando realmente lo necesite. Entrenamos futuros Agentes, nuestra intención no es sublevaros. Marchaos.
Soy la primera en levantarme y los demás me imitan. Salimos de allí. Will y Peter no están, nos quedamos en silencio esperando que lleguen, observando la vida de la Agencia.
-Bueno, yo soy Logan.-dice el chico castaño con ojos verdes.
-Allison, aunque creo que ya lo sabéis-se presenta la chica, con las mismas características físicas que Logan. Hermanos, pienso.
-Yo soy Gabriel, ella es Emma.
-Encantada-digo, forzando una sonrisa.
Nos esperamos unos minutos más hasta que Will y Peter aparecen a lo lejos. Cuando se acercan, puedo escuchar a Will decir "no la pongas en tu lisa, Peter", pero éste no le contesta.
-Seguidnos-anuncia Peter.
Los cuatro le hacemos caso. Will y Peter en cabeza, Gabriel en segunda fila, hablando de algo con Logan. Y Allison junto a mí al final.
-Esto es una mierda,-dice- con lo tranquila que estaba yo en mi casa ayer.
-Totalmente de acuerdo. Aunque no es que mi vida fuera sobre ruedas...
-Lo mismo digo, pero que le jodan a todo. Pienso salir viva de aquí.
Sonrío y la miro. Me cae bien.
El ascensor nos lleva a una planta, donde están nuestras habitaciones. Nos paramos ante cuatro puertas consecutivas.
-Tomad las llaves, el número de habitación está escrita en ellas.-Peter nos entrega unas llaves.-A las tres en punto os esperamos aquí para llevaros al comedor.
Sin más, se van.
Miro mi llave, habitación 1221.
-1220-dice Allison.
-1222-Gabriel.
-1223-dice Logan.
Mi habitación está la segunda, seguida por las de Gabriel y Logan.
-1221-digo al fin-Nos vemos a las tres en punto.
Nos despedimos y vamos a nuestras respectivas habitaciones. La mía es amplia, sin ventanas. La cama pegada a la pared de la izquierda y, a unos pasos, la puerta que conduce al cuarto de baño. En la pared de la derecha hay un gran armario y un tocador. En la pared del fondo, una estantería vacía. Saco la ropa de la maleta y la coloco en el armario. Al fondo de ésta encuentro una foto de toda mi familia. La miro. Gabriel y yo teníamos diez años, nos fuimos a la playa y nos hicimos esta foto. Se nos ve felices, sonriendo. La coloco en la estantería.
Me tumbo en la cama y cierro los ojos, dejando mi mente vagar. Miro mi reloj y veo que son las 14:50. Sin nada más que hacer, salgo de la habitación, encontrándome con Peter. Cuando me ve, se gira y me sonríe.
-Emma, ¿ya te has instalado?
-Sep.
-Bueno, eso está bien.
-Si-repito.
Me hace gracia el hecho de que intente empezar una conversación conmigo en estos momentos. Sin embargo lo hace. Me explica que mañana haremos un test de inteligencia o madurez, no le estoy prestando mucha atención, y que luego nos darán el resto del día libre para terminar de familiarizarnos con el lugar. Justo cuando voy a preguntarle que haremos el resto de los día, una campanada ensordecedora suena por toda la Agencia.
-Hora de comer-dice Will, apareciendo por el pasillo.
Segundos después, salen Allison, Logan y Gabriel. Seguimos a Will y Peter, una acción que parece que se convertirá en costumbre durante los siguientes días. De vuelta en el ascensor, pulsan otro botón y al abrirse las puertas dan lugar a un comedor. Se ven mesas grises repartidas, habrá unas veinte o más. Cogemos una bandejas y nos sentamos en una de las pocas mesas libres que quedan.
ESTÁS LEYENDO
Brave
ActionEl motor ruge, el coche explota, todo se vuelve negro y silencioso. No pensé que mi vida terminaría tan pronto. Emma Berries es una chica normal, de 16 años, con un hermano mellizo y una vida más o menos corriente. Pero, ¿Qué pasará cuando descubra...