Capítulo 5. Arrogancia.

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-Creía que eras Gabriel-digo, ocultando mi sorpresa.

Muevo mi vista de nuevo hacia el infinito, nos quedamos unos segundos en silencio.

-Con que Berries, como la fruta.

-No, no empieces tu también.

Odio que bromeen sobre eso, demasiadas burlas en el instituto.

-¿Que no empiece?-pregunta, extrañado.

-Estoy harta de esa broma. Enserio, ni te disculpes, solo dime a que has venido.

-Sinceramente-dice-no he venido a nada, solo quería ver que había aquí fuera.

-¿Sí? Pues ya has cumplido tu sueño, ahora vete. De todas formas volverás mañana.

-Nah, este patio es demasiado bonito como para dejar de mirarlo-¿qué dice? no tiene nada de especial, a penas césped, un arbol... y... ya está.

Debería de haberlo visto en sus tiempos, cuando mi familia por completo se dedicaba a cuidarlo.

-A demás, no creo volver mañana. Vendrá alguien a recogeros.                                  

No hay mucho que decir. En situaciones normales para gente que se acaban de conocer, estarían preguntando cosas de la otra persona, viendo los puntos comunes. Pero esta no es una situación normal.

-Escucha, se que estas asustada, yo también lo estaba y es completamente normal. Pero si hubiera tenido unos padres decentes y no es estuvieran... bueno, muertos, en tu lugar iría, de alguna manera sentiría que su muerte no es en vano.

-Ese es el problema, que tus padres están vivos. Tratas este tema como si tuviera la posibilidad de elegir.

-Mi madre murió por mi culpa, y para el padre que tengo, prefiero llevar la vida que llevo y mantenerlo lo más lejos posible.

-Dios no, no digas eso.

-Prefiero no hablar de este tema, si tu respetas mi pasado, yo respetaré tu apellido.

-Vete a la mierda, Anderson.

Will suelta una carcajada y yo sonrío. En silencio, disfrutamos de unos minutos de mutua compañía.

-¿Cómo va a ser?

-Bueno, se tardan unas diez u once semanas en terminar el entrenamiento. trabajamos con estrategia, fuerza bruta y algunas cosas más.

-¿Quién nos entrena?

-Yo, por supuesto, junto con Andrew y Peter, otro chaval de mi edad. Pero yo soy el mejor.

Parece que la humildad no es una de las cualidades que se entrenan.

Levanta la manga de su camisa y mira en su reloj de pulsera

-Será mejor que me vaya. Nos vemos mañana.

Sin darme margen para responder, se levanta y desaparece. Me quedo lo que parecen horas sentada en la misma posición.

Me levanto cuando al Sol le queda poco por irse. Entro en a cocina y me bebo un vaso de agua. Espero que Kate no venga, lo único que quiero ahora es estar sola. Gabriel estará en su cuarto, y ella habrá salido. Dejo el vaso vacío sobre el fregadero y subo las escaleras de dos en dos para llegar los más antes posible. Cierro de un portazo, pongo el seguro y me dirijo hacia mi armario. Con ayuda de una silla, abro el altillo y saco una pequeña maleta lila. La pongo sobre la cama, la abro y empiezo a meter ropa. Algunas camisetas, pantalones, mis adoradas sudaderas, las cosas de aseo... lo básico al fin al cabo.

Cuando termino, salgo y, antes de ser consciente de mis actos, me encuentro tocando la puerta del cuarto de Gabriel. Abro, y me lo encuentro en su cama con un libro en la mano. Me mira y se levanta.

-Emma, qué pasa.

-Nada, solo quería venir a ver como estabas.

-Mejor que tu seguro, vaya numerito que montaste.

Se ríe y me acaba contagiando.

-Lo que me extraña que tú no hayas reaccionado igual que yo.

Se calla de repente.

-Bueno, no se me pilla por sorpresa fácilmente.

Nos sentamos en su cama y hablamos de temas variados, nos reímos y, por primera vez en mucho tiempo, me siento bien y relajada. Como si mañana no fuera a empezar una nueva vida, totalmente desconocida para mí.

Una vez en mi cuarto, me pongo el pijama y me paso el resto de la tarde ordenando. Cuando termino son las nueve de la noche, un poco temprano, pero no tengo nada mas que hacer así que me acuesto, intentando dormir.

Pero no lo consigo, durante horas doy vueltas en la cama, pensando en que clase de entrenamiento será y pensando también en que no lo superare. Nunca fui muy buena en trabajos físicos, y esto ya es otro nivel, uno del que yo no estoy preparada.

Parece que lo he superado, pero no es así. Sigo con la idea de oponer resistencia, aunque sé que al final no servirá de nada y acabaré formando parte de la Agencia. Tendré una vida... normal, de alguna forma. Pero no seré feliz.

A estas alturas, no se si alguna vez lo fui.

Con todos estos pensamientos en mi mente, logro quedarme dormida.

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Se que soy la pero escritora de a historia y que debería subir más y que tengo faltas de ortografía, pero lo hago lo mejor que puedo. Esos capítulos están siendo un poco rollo, me los parecen hasta a mí, pero dentro de poco Emma empezará a sentir curiosidad por la verdadera historia de sus padres y se volverá más interesante dentro de lo posible.

El problema que tuvo con el capítulo 3 fue que, al subirlo, fue como si se hubiera borrado y lo tuve que escribir de nuevo.

Por cierto, no quiero lectores fantasmas, me gustaría saber quien me lee a si que voten y comenten!!!
Nos vemos en el siguiente capítulo!!!

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