Capítulo 9. Secretos y mentiras.

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Media hora antes de la cena, estoy sentada en el borde de la cama de Gabriel.

Tras estar lo que han parecido horas tumbada en mi cama, con la mente en blanco. Observo como Gabriel entra y sale del baño, se viste y se prepara. No se por qué se arregla tanto para una cena. Unos minutos antes de las nueve y media termina y se sienta a mi lado en la cama.

-Que, cómo lo llevas.

-No se Gabriel, ¿Cómo lo llevas tú?-Le noto raro, le conozco lo suficiente como para saber que me oculta algo.-Gabriel, ¿hay algo que me tengas que contar?

Se calla durante unos segundos.

-Emma... lo cierto es que... yo ya sabía todo eso, desde hace dos años. me desperté del coma antes que tu, cuando vinieron a verme los de la Agencia yo ya estaba despierto, por lo que me lo contaron todo. Por eso no me lo tomé tan mal el día que vinieron a por nosotros, porque yo ya sabía lo que pasaba.

-Gabriel, ¿es una broma?

-Quería decírtelo, lo juro, pero no sabía como, yo...

-¿Tu qué Gabriel? ¿en dos malditos años no te dio tiempo a contarme algo así?

-No es algo que te pueda decir así como así, no iba a pararte en medio del pasillo y decirte "hey Emma, nuestros padres eran Agentes del gobierno"-Un nudo se forma en mi estómago ante la mención de mis padres.

-Dos años, Gabriel, has tenido dos malditos años.

Dicho esto, salgo de la habitación. Se que es difícil de decir algo así, pero debería haberlo intentado. Comentaba todos mis planes del futuro con el, ¿no pudo pararme? ¿no pudo decirme que no iba a poder ser? Sé que no puedo estar enfadada eternamente, pero ahora mismo no me apetece verlo, últimamente están pasando muchas cosas, no quiero separarme de mi hermano, le necesito, aunque ahora mismo no tenga ganas de estar con él. Es la única familia que me queda, pero no es justo por su parte lo que me ha hecho. ¿Más vale tarde que nunca? No, yo no creo en eso.

Fuera de la habitación esta Peter.

-Emma, ¿qué te pasa?

Hasta que no dice eso, no me doy cuenta de que en mis ojos se agolpan todas las lágrimas que he reprimido durante estos dos últimos años.

Abro la boca para decir algo, pero la vuelvo a cerrar. Si hablo, seguro que se me romperá la voz y empezaré a llorar. No aquí, Emma, no delante de Peter.

Aunque intente contenerme, las lágrimas salen. Peter se acerca y me abraza por los hombros y yo rodeo su cintura

-Oye, no llores, cuéntame que te ha pasado.

Niego con la cabeza, hablar solo aumentará el número de lágrimas.

-Hey chicos, que... ¿Emma?-suena la voz de Logan

-Yo...-susurro-me voy a mi habitación.

No me gusta parecer débil ante los demás, luego me mirarán y recordarán las lágrimas. Y no quiero eso.

Al pasar por el lado de Logan, este me aprieta el hombro en señal de apoyo. Le sonrío como respuesta.

Ya en mi cuarto, lloro y grito con ganas contra la almohada hasta que me duele la garganta. Una hora después, me siento mejor, no bien del todo, pero si mejor. Alguien llama a la puerta. Sin ganas, me levanto para abrir y me encuentro con Allison al otro lado. Pasa y yo cierro la puerta. Cuando me giro, está con las manos en la caderas y me mira con el ceño fruncido.

-Adelante, pasa-digo con sarcasmo y la voz un poco ronca.

Inmediatamente, su cara se suaviza y me abraza.

-Gabriel no nos ha querido contar que pasa, estaba preocupada por ti.

Veo ilógico que una persona que me conozca de un día se preocupe por mí, sin embargo lo agradezco

-Tranquila, Allison, ya estoy mejor.

Desahogarme ha servido para suavizar la presión que siento.

Se separa de mí y me sonríe. Se sienta en el borde de la cama y me saca temas de conversación triviales, lo que me anima un poco a salir y dar una vuelta con ella. Entrando en su cuarto, está Gabriel. Se gira y hace le amago de venir a hablar conmigo, pero se reprime. Allison tira de mi brazo. Son cerca de las once de la noche y el salón principal de la Agencia está prácticamente vacío. Una ensordecedora alarma suena por toda la sala, que comienza a llenarse de gente. A los pocos segundos, mire por donde mire, solo veo a personas. Algunos están en pijama, la alarma les deberá de haber cogido por sorpresa, al igual que a mí. La muchedumbre me arrastra e intento localizar a Allison, pero la he perdido de vista. Alguien me coge del brazo y me quita del medio. Me empuja contra la pared y me protege con su cuerpo de las cientos de personas que chocan contra mi. Levanto la cabeza para ver a mi salvador, descubriendo así a Will, mirándome fijamente. La presión de las personas provoca que nuestros cuerpos estén juntos, quedando su barbilla apoyada en mi cabeza, y sus brazos doblados, a la altura de mis codos.

-¿Estás bien?

-Sí, gracias. ¿qué está pasando?

La gente ya no empuja, solo están paradas hablando entre ellas.

-Simulacro, por si algún día nos atacan o algo así. Suena de vez en cuando y a cualquier hora del día.

Un nuevo pitido resuena por toda la sala, seguida de una voz. La reconozco, es la mujer que nos recibió cuando llegamos esta mañana

-Un minuto y ocho segundos. Enhorabuena. Pueden volver a sus habitaciones.

-Es el tiempo que se ha tardado en evacuar la Agencia, esperemos a que esto se vacíe.-Dice Will contra mi oído.

A medida que la sala se va vaciando, Will se aparta de mi y se coloca a mi lado en la pared. Cuando se aparta, siento la pérdida del contacto entre nosotros.

-¿Qué te ha pasado en la cena?

-Nada, no tenía hambre.-un rugido por parte de mi estómago me delata.

-¿Te han dicho alguna vez que mientes fatal?-Dice, con una sonrisa pícara en los labios.-Ven.

Se aparta de la pared y me lleva hasta el comedor.

-Siéntate-Me ordena, y le hago caso.

Desaparece por las puertas que dan a la cocina. Tras unos minutos, vuelve a aparecer con pan y un bol de puré en una bandeja

-No es mucho-dice mientras pone la bandeja delante mía-pero es lo que hay.

No será mucho, pero para mí es suficiente. Como con ganas, olvidando todos mis modales y rebañando el cuenco con el pan.

-¿Por qué no has venido a cenar?-pregunta otra vez.

-Olvídalo.

-Después de lo que me dijiste, no puedo olvidarlo.

Ya le confesé mi temor a no superar la pruebas que me pondrán en la Agencia, aunque todavía no sé cuáles son. No quiero parecer mas vulnerable ante él, por lo que decido en no contestarle. En su lugar me levanto de la silla para dirigirme a mi habitación y poder descansar de una vez por todas. Antes de subir al ascensor me giro, y me encuentro su mirada sobre mí.

-Gracias por la cena, Will, buenas noches.

Y salgo sin esperar respuesta.

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Buenas, he aprovechado una cosa que me ha pasado hoy para subir este capítulo y dedicárselo a una persona que me ha dado mucho.

Gracias, descansa en paz.

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