CAPITULO-7

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Naomi

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Naomi.

Enciendo la veladora para después colocarla encima del plato de cerámica, cierro mis ojos juntando mis manos y empiezo con mis plegarias en dialecto ruso.

«Tú, mi alma, que conoces mis errores, pero también mi credo, no me dejes a sol ni a sombra, sea de día o de noche, esté dormida o despierta. No permitas que el enemigo me ataque de espalda, ni que sus manos me toquen, ni que sus pies caminen hacia mí, ni que sus ojos me vean. No permitas que la muerte me sorprenda, pero cuando llegue, no le des la satisfacción a mis enemigos que mi sangre sea derramada de su mano»

Me voy hacia la mesa por mi cartera ignorando a Posinato que está sentado en los muebles.

-¿Cómo puedes adorar a Dios siendo como eres?

-¿Y cómo soy?

Rebusco la caja de cigarrillos y el encendedor.

-Una asesina que no tiene piedad a la hora de abrir a alguien y sacarle el corazón. ¿Porque te gusta hacer tal cosa?

Me voy al sofá frente a él y me tumbo, enciendo un cigarro dándole una calada. Tiro el encendedor sobre la mesa del centro.

-Porque me gusta verificar si de verdad existe el corazón de piedra o de acero-Bromeo.

Hace una mueca y yo sigo.

-No he matado gente inocente Posinato. Son asesinos y violadores que merecen sufrir antes de partir de este mundo.

-Con esos pensamientos no deberías creer en Dios. ¿No crees?

Boto el humo de mi boca.

-Mi Dios es mi alma. Solo mi alma sabe mis pecados, pero también sabe lo que me llevó a ser la persona que soy hoy día. No me juzga por adaptarme a vivir en un mundo malo y retorcido.

Suspira tumbándo su espalda hacia atrás.

-Supiste jugar tus cartas. ¿No?

Tomo el cenicero echando las cenizas del cigarrillo.

-Si te soy sincera. Reaccioné en un acto reflejo, no lo pensé. Fui entrenada para actuar sin pensar en una situación peligrosa-Boto el humo de mis pulmones-Le dije a Angelo Rossi que estuve en clases de tiro al blanco, pero se que no me creyó.

Me mira en silencio como pensando. Subo mis pies al sofá. Cargo puesto un conjunto de short y camisa corto.

-¿Cómo le hiciste para que el capo de los Rossi cayera tan fácil?-Cuestiona dudoso-El desconfía de todos, hasta de su propia sombra y no me explico como se dejó envolver tan rápido contigo… No me explico tal cosa.

Me encojo de hombros dejando la colilla en el cenicero para después tumbarme en el sofá mirando al techo. Lo escucho desde mi lugar.

-A los agentes que fueron a hacer el levantamiento del cuerpo, su consigliare dijo que habían sido sus hombres quienes lo habían matado. No te nombró en ningún momento.

IL MIO ANGELO OSCURO (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora