IL MIO ANGELO OSCURO.
(Venganza Destructiva)
A los 15 años, Bianca Volkova fue testigo del brutal asesinato de sus padres a manos del don de la familia Rossi, una poderosa mafia italiana. Devastada y sola, huye a Rusia, donde se sumerge en un mundo...
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Naomi.
«La cabeza me duele»
Abro mis ojos con somnolencia y trato de enfocar mi atención. Estoy en la habitación, acostada en la cama. Me siento frotando mis cabellos tratando de ordenar mis ideas. «Me siento mal»
Pongo mis pies en el piso y me levanto. La habitación está iluminada por la luz de afuera que entra por el balcón. Me voy al baño, pero lo que me refleja el cristal que recubre una de las paredes me hace quedarme en shock.
«Lo voy a matar, así todo se me vaya a la mierda»
Estoy solo con un conjunto de encaje en bragas en color blanco. Salgo al área de habitación y jalo una de las gavetas de la cómoda, tomo la pistola que me regaló. La cargo y busco la puerta.
Dos hombres están en el pasillo y se vienen hacia mí.
-Señorita no puede...
Un impacto en la frente acaba con la vida de uno. El otro hace el amago de sacar su pistola, pero no le doy tiempo, le disparo mandándolo al piso.
Me coloco frente a la puerta de la habitación de Angelo y un impacto vuela la manilla, con una patada la termino de abrir.
Me adentro con pasos lentos apuntandolo y él, ya me espera, con sigilosidad y su arma alzada se sienta en la cama.
-Te voy a matar. Maldito hijo de puta.
Le lanzo una ráfaga de disparos. Es rápido cuando se tumba hacia un lado, lo sigo sin dejar de disparar, rompiendo cosas a su paso y perforando la pared.
Giro hacia mi espalda cuando alguien habla, pero me voy atrás cuando Angelo me lleva al piso. Mi pistola cae a un lado.
Se monta sobre mi cuerpo y me toma de las manos colocándola sobre mi cabeza.
Me retuerzo, pero su peso me inmoviliza.
-¿Que mierdas te pasa?-Brama Angelo en mi cara-¿Como te atreves a dispararme maldita desquiciada?
-Como me marcas como una presa, maldito hijo de puta-Le digo en su mismo tono mirándolo con rabia.
-Te dije que esa mujer nos traería problemas.
Ambos giramos nuestras cabezas y parados en la puerta está su padre, con su mujer y su hijo. El señor Domenecio nos mira desde su posición con reproche con sus manos metidas en su bolsillo.
-Deberías matarla-Dice su madre con mirada altiva-¿Que puedes esperar de una cualquiera?
La miro con amenaza.
-Su cuerpo no es cualquier cosa-Stefano me mira con una sonrisa arqueada-Si la vas a matar, deja primero que yo me divierta con ella.
