CAPITULO-17

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Naomi

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Naomi.

La mansión es una fortaleza impenetrable con protección y resguardo a kilómetros a la redonda, con altas paredes que no se pueden escalar, pasadizos por debajo de la tierra y calabozos subterráneos donde hay personas encarceladas pidiendo un poco de piedad.

Merme un poco de mi rabia al descargar mi ira en el cuerpo de Giovanni. No pude evitar ese odio que me invadió al ver frente a mí al maldito que ordenó las muertes de mis padres. Domenecio Rossi, estoy bajo su techo, cerca de su radar.

Pudo sentir mi odio, lo sé, y me importa poco. Tratará de poner a Angelo en mi contra, pero yo tengo algo que lo hará ponerse en mi lugar y de interponerse en cualquiera que quiera hacer rodar mi sangre.

Durante 20 años me guardé, quise entregar mi pureza a mi rey Akin, pero él así no lo quiso, al contrario de poseerme y tomarme como su mujer, quiso adoptarme como la hija que nunca tuvo.

Y aquí estoy, utilizando mi arma a mi favor, porque como hombre al fin, Angelo se deja llevar por el ego de ser el primero en entrar en mi. Y yo pues, dejo que el piense que estoy bajo su control, pero lo que no sabe es que yo muevo cada pieza a mi conveniencia.

El agua de la ducha junto a la esponja jabonosa que frotó Angelo en mi cuerpo con meticulosidad y cuidado quitó toda la sangre de mi piel. Ahora estamos en la tina, mi espalda reposa en su pecho duro y fornido mientras yo juego con la capa de espuma y tarareo una canción en inglés.

-Necesito un gangster, que me quiera mejor, de lo que lo hacen todos los demás, que siempre me perdone, que corra o muera conmigo, eso es lo que hacen los gangster…

Me giro abriéndome en su regazo y él me mira en silencio, cauteloso, sin expresión y con seriedad mientras yo deslizo mis manos en sus pectorales y miro lo que mis manos hacen sin dejar de cantar.

Lo miro y arqueo una sonrisa. Me acerco a su cara y deslizo mi lengua por su mejilla, susurro en su oreja.

-Soy buena en no acobardarme, no quiero, lo que puedo tener, quiero alguien con secretos, que nadie, nadie sabe…

Deslizo mi nariz por su mejilla dejando leves besos.

-Mi ángel. ¿Le parezco una demente?-Le pregunto.

Me acomodo en su regazo sintiendo a plenitud su gran miembro duro y erguido en todo el centro de mi entrepierna. Sus brazos reposan en el borde de la bañera.

-Eres perfecta. Tal y como me gustan. Jamás pensé encontrar a alguien como tú.

Acerca una mano a mi mejilla y me acaricia. Cierro mis ojos disfrutando de su tacto, de ese cariño con aire a muerte.

-¿Cómo aprendiste a abrir un cuerpo así?.

Abro mis ojos y me encuentro con su mirada negra.

-Tengo secretos, que nadie, nadie sabe…-Arqueo una sonrisa siniestra y se lo digo tarareando la estrofa de la canción anterior.

IL MIO ANGELO OSCURO (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora