CAPITULO-23

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Naomi

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Naomi.

Horas antes de la misión.

El aire pega en mi cara cuando voy serpenteando por las calles de la ciudad de Sicilia. El sol está en su máxima expresión. Río mirando al frente recordando todo lo que pasó hace días y está mañana. «Que rico» como pasé tantos años sin disfrutar de la vida como se debe.

Si soy sincera, no quería salir de la habitación, si por mi fuese me hubiese quedado encerrada con Angelo una semana entera de ser posible, pero su teléfono no dejaba de sonar pidiendo su presencia para sus negocios.

No pretendo enamorarme, no soy pendeja para hacer semejante estupidez, pero no mentiré al confesar que coge rico y que me lo quiero seguir disfrutando mientras dure mi estadía aquí.

Ese hombre se come con gusto. Aún puedo sentir su sudor impregnando mi piel y sus dientes aferrándose a mis hombros mientras me embestía desde atrás, el ardor que dejó con sus uñas al deslizarla por mi carne. Puedo sentir aún el apretón en mis tetas y su respiración rozando en mi oído.

Su lengua acarició todo mi cuerpo y bebió de la sangre que destilé cuando rompió al introducirse en mi.

«Pervertido y morboso»

«... Tengo mis manos atadas en el cabecero de la cama y mis piernas están alzadas a cada lado de mi cabeza mientras Angelo tiene su cuerpo tumbado sobre el mío, apretándome con su musculatura, sus grandes brazos se apoyan a cada lado de mis piernas haciendo que apriete mi cabeza con mis pantorrillas.

No deja de mirarme cuando el vaivén de sus caderas me hace gemir susurrando su nombre y es tanto el placer que me hace sentir que no puedo evitar las ganas de llorar.

En esta posición me duele hasta el alma, pero no quiero que me la saque.

Su aliento roza mis labios cuando susurra en mi boca.

-Mira como lloras de placer. Te gusta el dolor que estás experimentando, ¿Es así?-Hace ángulos con su pelvis metiéndome hasta el último centímetro de su verga y puedo sentir hasta el roce de sus bolas acariciándome.

-Si...-No dejo de ver sus ojos negros estremeciéndome.

-¿Cómo?-Me besa.

-Si... papi-Le digo juguetona sonriéndole en su boca. Me ha hecho decirle así desde que espontáneamente se me salió la palabra, dice que se escucha sexy y lo excita más.

Me devuelve la sonrisa.

Mueve su cadera sin dejar de mirarme y siento su miembro entrar y salir de mi cuerpo con lentitud. Arrugo las cejas entreabriendo la boca, se siente demasiado delicioso.

IL MIO ANGELO OSCURO (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora