CAPITULO-1

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Angelo

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Angelo.

El olor a sangre invade mis narices y mis manos destilan el líquido carmesí. Frente a mí está un hombre que a duras penas puede respirar. Su rostro y cuerpo están totalmente golpeados. Es un distribuidor de la ciudad quien quiso pasarse de listo al querer vender su mercancía con nuestro sello.

-No advierto dos veces. Eso lo sabes-Paso el dorso de mi mano por mi frente limpiando mi sudor.

-Angelo...

-¡Cállate!-Miro a Cillo-Pásame el cuchillo.

El mencionado se acerca con lo que le pedí.

-¿A cuántos lugares distribuyeron esa mercancía?-Le pregunto.

-Solo a cinco.

-Bien. Serán cinco dedos apuntados entonces.

Me siento frente a él.

-No, por favor-Pide el hombre suplicante.

-Es eso o ver morir a unos de tus hijos.

Baja la cabeza resignado.

Es Cillo quien estampa la mano del hombre en la mesa y entre gritos de dolor le corto los dedos de una de sus manos a sangre viva.

El hombre se desangra y lo miro antes de salir.

-Agradece que no te maté y te doy un día para que saques de tu distribución la mercancía con mis sellos. ¿Entendiste?

Asiente tirado en el piso.

Recorro unos de los pasillos secretos de mi mansión y una ducha en unas de mis habitaciones clandestinas quitan el olor a sangre de mi cuerpo.

La sangre se liga con el agua para después deslizarse por el escusado.

Me seco los cabellos cuando desnudo salgo del baño y rebusco en el armario lo que me pondré, hoy llega una mercancía importante y quiero estar presente para recibirla.

Abotono la camisa manga larga en color negro dejando mi pecho al descubierto haciendo que mi gran tatuaje que abarca mi pecho se vea sin dificultad. Tomo el perfume echando un poco en mi camisa y en mis manos para después frotarla y esparcir en mi cuello y mejilla.

Optó por no echarme gel haciendo que un mechón caiga en mi frente. Cillo me avisa que la avioneta ya está cerca de nuestro radar. Así que salgo con él a mi lado hacia la pista de aterrizaje privada que está en la mansión.

La noche está cálida. A mí alrededor están mis hombres a la espera de la avioneta para hacer el trabajo que le corresponde, descargar todo y llevarlos a las bodegas.

Sorbo un poco de mi coñac mirando la avioneta aterrizar. El capitán de la nave se baja y se acerca a mi lugar tendiendome su mano. Le tiendo el cristal a Cillo y se la tomo.

IL MIO ANGELO OSCURO (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora