IL MIO ANGELO OSCURO.
(Venganza Destructiva)
A los 15 años, Bianca Volkova fue testigo del brutal asesinato de sus padres a manos del don de la familia Rossi, una poderosa mafia italiana. Devastada y sola, huye a Rusia, donde se sumerge en un mundo...
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Naomi.
Me muevo levemente con somnolencia cuando me siento sofocada, acalorada y aprisionada. «Joder» no puedo ni moverme. Abro mis ojos y frente a mí está el pecho tatuado de Angelo, una de sus pierna está sobre las mías y uno de sus brazos me envuelve.
Me retuerzo para liberarme de su agarre, pero más se monta sobre mi.
Alzo mi cabeza y lo que veo me impresiona, pero después me saca una sonrisa. Angelo Rossi está dormido profundamente y tiene un dedo en la boca mientras con su dedo índice frota su nariz, increíble que semejante semental musculoso, asesino y mafioso tenga la manía de chupar dedo.
«No puedo creerlo»
Ambos estamos desnudos, solo una sábana blanca cubre nuestra parte baja.
-Angelo-Lo hago despertar, ya que su pesado cuerpo me impide moverme y tengo mucho calor-Angelo.
Abre sus ojos arrugando las cejas, se percata de lo que hace y con rapidez retira el dedo de su boca. Se avergüenza. Lleva su espalda hacia atrás y cubriendo su cabeza con una almohada lo escucho resoplar.
Apoyo mi barbilla en su pecho mirándolo.
-Si dices algo te corto la lengua-Me amenaza.
Arqueo una sonrisa.
-Por eso te cubres la cabeza cuando duermes-Acaricio su mentón-Para que no te vea chupandote el dedo.
Me responde con su cabeza aún cubierta.
-En mi defensa diré que pensé que ya no lo hacía.
Me acomodo recostando mi cabeza en su abdomen, quito la sábana que lo cubre y frente a mi queda su miembro. En silencio rozo mis dedos en su longitud acariciándolo pensativa, pensando no sé en que, en nada, solo callo, con mi mente pensando en nada.
Mis caricias van despertando con lentitud su miembro, bajo un poco más acomodando mi cabeza en su vientre. Tomo el tronco con firmeza y no dejo de mirarlo cuando deslizo mi mano arriba y abajo, se agranda todavía más, engordandose, y empieza a botar ese líquido transparente viscoso.
-No eres el único que le gusta chupar-Corto con el silencio-Si fuese por mi, me dormiría con tu miembro en mi boca como un chupón.
Sin levantar mi cabeza llevo el glande a mi boca y lo acaricio con mi lengua para después succionarlo. Juego con sus testículos, acariciando mientras chupo el glande. Lo escucho respirar hondo. Apoya una mano por detrás de mi cabeza, dejándome inmóvil, y empieza a mover su cintura, suave, deslizando su miembro en mi boca.
Se detiene, aferro mi mano al falo duro y venoso, minutos después con mi cabeza recostada en su vientre veo como mueve su cintura frenético, gruñendo, cuando lo hago venirse en mi mano. Juego con el semen que se desliza por mis dedos quedándome sumergida en mis pensamientos sin quitarme de mi posición.
