11 PM.

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Artista: Maluma.
Palabras: 715
Advertencia: Mención de Chanyeol x Tao.

No pudo evitar hacer una mueca cuando vió entrar ese auto rojo tan excesivamente llamativo a la propiedad de su familia, sus padres estaban a su lado, sonriendo felizmente al visitante

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No pudo evitar hacer una mueca cuando vió entrar ese auto rojo tan excesivamente llamativo a la propiedad de su familia, sus padres estaban a su lado, sonriendo felizmente al visitante. El hijo de uno de sus amigos, Tao, a quien le pidieron salir con él para unir sus familias. Forzó una sonrisa cuando vió al chico bajarse del auto, la ropa de diseñador y las gafas oscuras, una actitud prepotente y autoritaria como si los demás estuvieran por debajo de él. Abrió por sí mismo la puerta del copiloto y subió sin hacerse esperar, quería acabar con esa cita rápidamente y como era de esperar fue llevado a un lujoso campo de golf, donde se aburrió terriblemente.

-Hey, amigo, Tao se ve muy bien hoy...

Rodó los ojos ante la burla en la voz de uno de sus amigos, Kris se sentó a su lado y soltó una carcajada, era parte del club pero obviamente había sido inscrito por sus padres que no habían consultado al respecto. Se quejó en voz baja mientras veía a su "cita" jugar al golf, se veía tan entretenido con su propio grupo de amigos mientras él se encontraba en la sombra, bebiendo una botella de agua que seguramente tendría un valor exagerado.

-Oh, vamos, Chan, por lo menos es guapo...

-Entonces, quédate tú con él...

-Eh, no me tientes...

Miró de reojo a su amigo y negó con un suspiro exasperado, realmente podría ir directamente por Tao, lo conocía lo suficiente como para saber que un regaño por parte de sus padres no le importaría. Finalmente, tras largas horas de eterno aburrimiento, el juego de golf terminó y fue llevado a su casa temprano en la tarde. Sus padres irían a un viaje ese fin de semana y su "cita" iría con ellos, al parecer para aprender el negocio o algo parecido, no les había prestado demasiada atención y agradecía el tiempo que podía pasar sin tener que fingir ser un simple y mimado niño rico.

Cambio su ropa por algo mucho más cómodo y de su agrado, salió por la parte de atrás de la enorme finca y se dirigió al barrio justo a su lado, no era lejos y no tenía pobreza pero ciertamente se veía la diferencia entre clases.

-¡Yeollie!

Apenas había llegado a uno de los parques centrales cuando unos brazos más delgados que los suyos rodearon su cuerpo y un cuerpo delgado se pegaba al suyo sin pena alguna, sonrió girando en medio del apretado abrazo para ver a quien lo saludaba tan efusivamente, un chico precioso que había conocido en una de sus tantas espadas nocturnas.

-Nini...

Murmuró con cariño, el otro chico le sonrió felizmente y soltó el abrazo pero no se alejó, tomó una de sus manos y lo llevó a las gradas, ya que esa tarde habría un partido de básquet y ciertamente sería emocionante. Era basquetbol callejero, sin todas las reglas de los grandes juegos y con todo el ambiente que la gente común podría darle, se dejó llevar y rió a carcajadas sin vergüenza o recato en lo que duró el juego.

-Vamos, te mostraré mis habilidades...

Era tan enérgico y brillante, sonreía sin falta al ver lo feliz que era, tan libre. Su alegría era contagiosa, casi lo envidiaba. Lo vió lucirse en la patineta y se dejó arrastrar a una lección desastrosa, no tenía equilibrio y habría caído muchas veces al suelo pero su lindo profesor se ocupó perfectamente, evitando sus caídas y sosteniendolo cuidadosamente. El resto del día paso volando mientras estaba a su lado, sonriendo y riendo como no lo había hecho desde su niñez, era como volver a su infancia llena de despreocupación y obligaciones.

-¿Quieres venir está noche a mi casa?

Preguntó en medio de un largo beso que había surgido de la nada mientras bailaban en medio de una fiesta callejera, hubo un momento de silencio, parecía que todo se había congelado y el ruido que los rodeaba se había silenciado.

-¿Tú casa? Diría más bien 'castillo'...

Ambos rieron y volvieron a unir sus bocas, no lo había negado, así que había aceptado.

Había sido una gran noche y, aunque sus padres descubrieron a Jongin escabullendose en la mañana que volvieron de su viaje, Chanyeol se sintió libre y feliz.

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