Cuando Te Besé

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Artista: Becky G & Paulo Londra
Palabras: 733
Advertencia: Ninguna.

La noche es joven y los jóvenes lo sabían

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La noche es joven y los jóvenes lo sabían. En medio de una oscura calle iluminada únicamente por la luna se encontraba un grupo de chicos y chicas pero no estaban allí para una fiesta o una simple reunión, no, ellos estaban allí para correr. Sus motos eran las protagonistas como muchas noches anteriores.

-3... 2... 1... ¡Fuera!

Una chica en medio de la carretera dejó caer un pañuelo rojo dando inicio a la carrera, el rugir de las motos resonó con fuerza, las poderosas y veloces máquinas pasaron por su lado perdiéndose de vista rápidamente. Había conversaciones y bulla, estaban emocionados con las apuestas de quién sería el ganador.

Ahí vienen!

Se escuchó un grito entre la multitud, una moto negra se acercaba velozmente casi como un poderoso rayo pasó la línea de meta, se detuvo a unos metros y retiró su casco revelando su perfecto rostro. El cabello ligeramente largo caía sobre su frente con gracia, sus blancos dientes sobresalían gracias a la amplia sonrisa y sus ojos oscuros vagaban entre la multitud buscando a alguien.

A la orilla de la carretera junto a la acera, donde descansaban las motos que competirían después, había un chico alto con cabello negro y ojos azules recargado en una preciosa moto roja. Se miraron fijamente hasta que el chico le sonrió y abrió sus brazos invitándolo a acercarse, ni corto ni perezoso llevó su moto hasta el lugar y aparcó cerca, dejando el casco en el espejo y guardando las llaves se acercó al oji-azul.

-Gané la apuesta, Loey...

El mencionado bajó los brazos y lo tomó de la cintura acercándolo, no había mucha diferencia de altura pero tenía que levantar un poco la cabeza para verlo a los ojos, amaba ver el brillo que tenían aquellos ojos azules, tan único como un copo de nieve cada vez que lo veían. Loey se acercó un poco más hasta tener sus labios a un centímetro y sonrió arrogante.

-Aún falta mi parte, Kai...

Sonrió al escuchar su nombre con esa grave voz, se separaron al escuchar el llamado de los próximos competidores, el más alto le dedicó una última sonrisa y se subió a su preciosa moto llevándola al centro de la carretera. Nuevamente se escuchó el conteo regresivo, el rugir de las bestias y el bullicio de la multitud mientras esperaban la vuelta de los corredores.

Una moto verde venía a la cabeza siendo seguida muy de cerca por una roja, Kai estaba a la expectativa completamente concentrado en la carrera, sonrió al ver el resultado. La moto roja no se detuvo después de cruzar la línea de meta, siguió avanzando hasta detenerse frente a él, el casco fue retirado revelando el radiante rostro de Loey, quien apagó a su caballo de metal y se acomodó mejor pero sin bajarse.

-Bien, aceptó la derrota ¿Qué quieres?

-Esto...

Kai se subió a la moto delante de Loey y se sentó sobre las piernas de este quedando frente a frente, el más alto sonrió y afirmó los pies al suelo para mantener el equilibrio y no caerse, al mismo tiempo rodeó la delgada cintura del más bajo mientras Kai lo abrazaba por el cuello. Los ojos azules brillaban gracias a la luz de la luna que caía directamente sobre ellos y los ojos oscuros eran tan profundos como el mismo firmamento.

Sus rostros se acercaron lentamente hasta que sus labios se tocaron suavemente, el beso no era demandante o ansioso, era un contacto lleno de cariño y tal vez algo más profundo. Continuaron perdidos en su mundo de deliciosos labios hasta que el aire les reclamó atención, se separaron aún con los párpados abajo y sonrieron satisfechos, al abrir los ojos y conectarlos al contrario fueron capaces de saberlo.

La policía!

La multitud entró en pánico mientras Kai bajaba torpemente y corría a su propia moto, era una suerte que estuviera cerca, Loey se colocó el casco y esperó hasta que el más bajo estuviera listo para seguirlo. Motos de diferentes estilos y colores adornaban las calles mientras las luces y sirenas de las patrullas intentaban seguirlas.

Una moto negra y una roja se alejaban por una solitaria calle mientras los conductores irradiaban felicidad pura, un solo beso podía ser suficiente para encontrar lo que tanto se ha anhelado, un contacto tan "simple" puede ser responsable de confirmar lo que en realidad ya se sabe.

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No puedo de la risa con esto:

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