Duro Y Suave

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Artista: Leslie Grace & Noriel.
Palabras: 1064
Advertencia: Parece que estoy haciendo saga del fin del mundo xD

Les dio una cálida sonrisa a sus padres como despedida y salió de la casa con rumbo a la cita grupal, hizo una mueca mientras caminaba por la calle, realmente no quería ir pero sus amigos habían insistido mucho y al final terminó accediendo

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Les dio una cálida sonrisa a sus padres como despedida y salió de la casa con rumbo a la cita grupal, hizo una mueca mientras caminaba por la calle, realmente no quería ir pero sus amigos habían insistido mucho y al final terminó accediendo. No pasaron muchos minutos cuando estuvo frente a la cafetería, era el lugar acordado para el encuentro, miró la hora en su reloj de muñeca e hizo otra mueca al ver que había llegado temprano.

Sacó su teléfono dispuesto a llamar a uno de sus amigos, queriendo saber si estaban aún lejos pero se detuvo cuando alguien llegó a su lado, sintió su rostro sonrojarse al verlo justamente a él y luciendo tan bien.

-Hola, Nini...

Estaba un poco ido admirando al recién llegado; Chanyeol era alto, inteligente, gracioso, amable, guapo y realmente talentoso. Era prácticamente imposible no enamorarse de un chico así. Se habían conocido tres años atrás, durante su primer año en la universidad, el contrario ya iba en su segundo año pero eso no impidió que de algún modo terminarán en el mismo círculo social. Amigos en común. Lo miró de arriba abajo, se había arreglado para esa cita grupal sin duda, llevaba el cabello bien peinado y le fascinaba aquella chaqueta negra de cuero.

-¿Nini?

-Ah, ho... Hola, Chan...

El contrario solo pudo reír ante su estado confuso, había tenido que mover una mano delante de su rostro para traerlo a la tierra, Jongin obviamente no lo dijo en voz alta pero también le gustaba mucho su preciosa risa. Viendo que aún no llegaban el resto de sus amigos ni las chicas con las que saldrían, decidieron entrar a la cafetería y apartar una mesa, pidieron unas bebidas y se entretuvieron hablando sobre trivialidades. El tiempo pasó rápido, tal vez demasiado, pues lo sintieron corto cuando vieron aparecer a unas chicas seguidas de cerca de sus amigos.

Se acomodaron, se hicieron las presentaciones correspondientes e iniciaron con la cita grupal.

Jongin sintió que el tiempo era injusto, pues ahora que se sentía tan aburrido y fuera de lugar pasaba realmente lento, deseaba que esa cita acabará rápido pero ahí seguían hablando y riendo entre ellos. Sus ojos cayeron en Chanyeol, parecía disfrutarlo, bromeaba fácilmente. Ah, era tan sociable. Podría salir de ahí con una novia y él simplemente estaba ahí sentado, observando en silencio, presenciando como el chico que le gustaba sonreía con una linda chica que parecía amable y graciosa.

-Iré al baño...

Avisó mientras se levantaba y se dirigía al lugar mencionado, lavó su cara y salió del baño al escuchar gritos, un temblor lo hizo perder el equilibrio y agarrarse a la pared más cercana. Vio a las personas correr de un lado a otro, gritaban, muchas lloraban y otras parecían buscar ayuda en sus teléfonos. Jongin pasó saliva con nerviosismo sin saber qué hacer, si era un terremoto, debía buscar una mesa o una puerta o un lugar...

Jongin!

Ese grito lo hizo actuar, corrió hacia la desesperada voz de Chanyeol y tomó la mano que le extendía desde la puerta de salida, eran los últimos en el lugar. Mientras corría con el mayor de la mano sin una dirección aparente, Jongin se percató de que el resto de sus amigos no estaban a la vista y las chicas de la cita tampoco, se preguntaba quien había abandonado a quien. Su mano fue apretada, luego sintió un tirón, pronto estuvo refugiado junto a una pared de un lugar que antes era un edificio nuevo.

-¿Nini, estás bien?

La voz de Chanyeol se escuchaba temblorosa y demasiado cerca, solo entonces notó que era abrazado por él y que se sentía seguro al estar bien envuelto en su confiable calor, se aferró a la camisa de su pecho y asintió sin atreverse a moverse. La situación era cada vez peor, habían ruidos rodeándolos, personas que seguían gritando por ayuda, llorando o llamando con desesperación el nombre de alguien. Los edificios y casas caían, muy probablemente se quedaría sin un refugio pronto, tal vez no les quedaba mucho tiempo. Jongin soltó una risa baja y temblorosa, irónica para su situación actual, se separó ligeramente y miró el rostro preocupado de quién lo sostenía.

Chanyeol estaba mirando alrededor, buscando una salida, pensando en lo que podrían hacer para sobrevivir, en lo que tendría que hacer para mantener a salvo a quien temblaba entre sus brazos.

-Chanyeol...

La voz de Jongin era baja e insegura, el mayor lo miró de inmediato, preocupado por qué algo le hubiera sucedido. El menor lo tomó de las mejillas y le sonrió, sus ojos derramaban lágrimas amargas, esto hizo preocuparse aún más al contrario pero no pudo preguntar al respecto ni tuvo tiempo de asegurarse de que estuviera bien. El suelo bajo sus pies comenzó a temblar de nuevo, grietas se extendieron bajo ellos, era claro que no les quedaba mucho tiempo. Chanyeol iba a levantarse, pues en su mente solo estaba la idea de salvar al contrario, se mantuvo quieto gracias a las manos que seguían en sus mejillas.

-Me gustas, Chanyeol...

Por fin lo había dicho, después de años de guardarselo para sí mismo y sufrir por verlo interactuar tan fácilmente con otros, justo cuando podrían morir ambos. Quiso reír ante eso, tal vez Chanyeol estaba tan desesperado porque también tenía a alguien a quien quería decirle eso pero ahí estaba, pasando sus (muy probablemente) últimos minutos con él, con alguien como él. Sus pensamientos se detuvieron y su mente se quedó en blanco, abrió los ojos enormemente cuando se dio cuenta de que era besado, su cintura era envuelta por aquellos brazos que lo mantuvieron a salvo hace solo minutos y su boca era devorada por la del contrario.

-También me gustas, Jongin...

El beso terminó y Chanyeol no quiso perder más el tiempo sin decirlo, se miraron a los ojos riendo en voz baja mientras las lágrimas surgían de ambos, llorando por todas las emociones revueltas del momento. ¿Cuánto tiempo habían desperdiciado? ¿Cuándo habían comenzado a tener sentimientos mutuos y no lo habían notado? ¿Habrían estado en otro lugar si se hubieran confesado antes? Tantas preguntas y ninguna respuesta, no había respuesta posible, no había nada más que pudieran decir en ese momento.

Tal vez por eso decidieron volver a besarse, cerrar los ojos y no pensar más, además de aferrarse al contrario por primera y última vez.

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