No Hay Nadie Más

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Artista: Sebastián Yatra
Palabras: 926
Advertencia: Ninguna.

El cielo estaba completamente oscuro iluminado únicamente por pequeños puntos blancos, las estrellas, las hermosas estrellas que acompañaban cada noche a la solitaria Luna

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El cielo estaba completamente oscuro iluminado únicamente por pequeños puntos blancos, las estrellas, las hermosas estrellas que acompañaban cada noche a la solitaria Luna. Esa noche habría lluvia de meteoritos, una hermosa vista que podía ser contemplada desde el firme suelo de la Tierra.

Dos estrellas envidiosas de la cercanía que tenían las parejas, que veían abrazadas el firmamento, decidieron descender. Dos luces, muy diferentes a los meteoritos, se colaron en el hermoso evento y bajaron a la Tierra. Solo había un problema, habían caído lejos una de la otra, debían buscarse si querían experimentar la tan ansiada cercanía.

Una luz blanca con destellos azulados se hundió en las frías y cristalinas aguas de un lago oculto entre las montañas. Una segunda luz, completamente ajena al lugar en donde había caído su compañera, impactó contra la base de una gigantesca montaña cubierta del frío y más puro blanco manto existente sobre la faz de la Tierra.

-Hace un año...

Loey, un chico alto, pálido, con el cabello tan negro como el mismo firmamento y los ojos azules, susurró con la vista pérdida en el claro cielo de medio día. Había pasado un año y se encontraba en una situación confusa, despertó desnudo en medio de un lago a mitad de la noche y con la sensación de vacio, no sabía lo que le faltaba ni siquiera sabía su origen pero aquel vacio en su pecho parecía imposible de llenar.

-Vamos, quiero llegar a la montaña antes de que oscurezca...

Asintió sin ánimo y cerró bien la cremallera de la chaqueta que estaba usando, la única prenda que lo protegía del frío extremo que estaba experimentando ¿Por qué había comenzado ese viaje? Miró al guía, Kyungsoo, un hombre mayor y de baja estatura, además de paciencia limitada. Subió apoyado por el hombre en cada paso hasta llegar solo a la base de aquella enorme montaña.

Hacía demasiado frío, cada vez que dejaba escapar algo de aire este se materializaba en blanco como si su interior se estuviera congelando, avanzó a paso lento cuidando no caer en el cráter que estaba cubierto por varios metros de nieve.

Cuidado!

Fue muy tarde cuando escuchó el aviso, Kyungsoo se apresuró a llegar hasta él pero demasiado tarde, había dado un paso en falso que le había conseguido una larga caída. Se abrazó a sí mismo en busca de protección y cerró con fuerza los ojos negándose a ver su destino, sentía como la fría nieve rasgaba su ropa hasta alcanzar su piel, después de varios minutos de caída aterrizó dolorosamente sobre un montón de nieve acumulada.

Abrió los ojos y miró a su alrededor desorientado, no era capaz de ver por la oscuridad y al intentar buscar en su mochila una linterna notó que la había perdido en algún momento de su caída, probablemente se había enredado en alguna roca o cristal sobresaliente. Suspiró y se levantó con dificultad, su cuerpo dolía, las heridas ardían y el frío no ayudaba.

-¿Hola? ¿Alguien puede ayudarme?

Gritó desesperado pero solo obtuvo silencio y una ráfaga de viento frío hizo que temblará, al parecer había caído en una cueva o algo parecido, realmente no le importaba reconocer el lugar en el que estaba simplemente quería encontrar una salida. Caminó a ciegas tanteando su camino con las manos hasta que sintió algo frío y liso, suave al tacto como un cristal, frunció el ceño pensativo mientras continuaba tocándolo tratando de adivinar si era una simple pared o algo más.

-Loey...

Era susurro demasiado débil pero aún así pudo escucharlo, siguió caminando apoyado por aquel frío cristal y vio una luz al fondo, dudoso de lo que veía siguió hasta llegar a esa luz blanca que parecía destellar ante su cercanía. Tocó la superficie semi-traslúcida que le permitia ver la luz pero le impedía tocarla.

-¿Kai?

¿De dónde había salido ese nombre? Miró impaciente hacia la pared de fino cristal formada por hielo e intentó forzar sus manos sobre la superficie pero fue inútil, un sonido llamó su atención, se había formado una grieta y poco a poco se expandia a lo largo de la pared. En menos de cinco minutos había agua y trozos de hielo sobre sus pies pero no le importó, mantuvo la mirada fija en la silueta blanca rodeada por un aura que brillaba en un tono suave azulado, ignoró como su cuerpo adquiría el mismo brillo.

El brillo desapareció y algo cayó sobre él, era un chico, un chico casi tan alto como él y desnudo. Lo tomó con cuidado en brazos y lo alejó de la pared (o lo que quedó de ella), apresurado se quitó la chaqueta y envolvió el delegado cuerpo que descansaba sobre sus piernas, al notar que aún no era suficiente lo abrazó protectoramente intentando compartir su calor corporal.

-Tardaste mucho...

Era apenas un murmullo audible, le había costado escucharlo pero una sonrisa temblorosa, debido al frío, apreció en su rostro. Lo abrazó con más fuerza siendo correspondido por unos brazos ligeramente más morenos que los suyos, nuevamente apareció aquel brillo envolviendolos a ambos. Fue capaz de admirar el cabello negro y los ojos azules (exactamente como los suyos) mirandolo con el mismo amor que él.

-Lo siento...

Se disculpó sin borrar la sonrisa y obteniendo una igual de cariñosa por parte de Kai, había pasado un año desde que se vieron o hablaron, un año en el que había olvidado su propósito de haber bajado a la Tierra. Estar cerca uno del otro como les era imposible en el infinito y oscuro firmamento.

La historia surgió porque estaba pensando en todos los kilómetros que están separadas las estrellas unas de otras 😊

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La historia surgió porque estaba pensando en todos los kilómetros que están separadas las estrellas unas de otras 😊

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