Artista: Natalia Oreiro.
Palabras: 1138.
Advertencia: Idea bastante vieja.Iba de un lado a otro, sus manos ocupadas con ropa y algunos otros objetos personales, su habitación era un desastre pero no le importaba. Observó la maleta abierta sobre la cama y negó, ya estaba al tope y aún no terminaba de empacar, refunfuño en voz baja y casi quiso maldecir a su novio. Era el causante de su actual estrés, lo había convencido de ir con él a Rusia, no le gustaba viajar. De hecho, lo odiaba, más aún cuando se trataban de tantas horas en avión. Miró alrededor con fastidio, la maleta de su novio ya estaba lista en la puerta de la habitación y la suya seguía desordenada.
-Nini, mi amor, solo empaca lo necesario...
Rodó los ojos y se giró hacia su novio con mala expresión, soltó las cosas que llevaba sin cuidado en el suelo y colocó las manos en sus caderas (forma de jarra), rápidamente comenzó a explicarle cómo todo era necesario. Necesitaba ropa ligera por si el clima era caluroso, ropa más gruesa por si hacía mucho frío o incluso llegaba a nevar, ni hablar de ropa extra por si sucedía algún accidente y necesitaba cambiarse. También estaba el bloqueador, su shampoo especial, diversas cremas, mascarillas para piel y cuero capilar, crema de dientes, cepillos y demás objetos que no podía dejar.
-¿Realmente necesitas dos pares de audífonos y cargadores? ¿Además de toda esta cantidad de calcetines?
-¡Obviamente, sí! ¡¿Y si pierdo alguno y luego lo necesito, Chanyeol?!
El más alto solo pudo apretar los labios, evitando reír por la tierna imagen de su novio aún moviéndose por la habitación mientras seguía quejándose por su maleta "demasiado" pequeña, era la más grande de la tienda y aún no era suficiente. Suspiró resignado y decidió ir al primer piso, bajó las escaleras y tomó su balón de fútbol con una sonrisa, lo observó perdiéndose en el recuerdo de cuando Jongin se lo había dado en secundaria como regalo de cumpleaños. Recién ahí había decidido que le gustaba aquel deporte, después de recibir ese preciado regalo de su (en ese entonces) mejor amigo, se dedicó de lleno a volverse jugador.
Varios años después había conseguido hacerse profesional y ahora era titular del equipo de su país, en unas cuantas horas estaría en un vuelo y en unas horas más estaría en el mundial, sonrió pensando en el esfuerzo de su equipo para conseguir llegar así de lejos.
Subió las escaleras una vez más hacia la habitación, su lindo novio lo había apoyado incondicionalmente, hubo peleas y separaciones pero siempre volvían al otro y se disculpaban durante horas para finalmente reconciliarse. Jongin estaba cerrando con gran esfuerzo su maleta, dejó el balón en el suelo y se acercó para ayudarlo con una sonrisa, su novio lo miró con un adorable puchero y le permitió ayudarlo aún quejándose por el "insuficiente" tamaño. Tras lograr cerrar la maleta, darse un tierno beso y limpiar la habitación, ambos salían de casa con dirección al aeropuerto donde su vuelo los esperaba.
-¡Corea! ¡Corea! ¡Corea!
Los fans eran tan estusiastas, Jongin mordió su labio inferior mientras veía hacia el campo, los jugadores estaban calentando y aún faltaban varios minutos para que iniciará el juego. Sus ojos buscaron a su novio entre todos esos uniformes iguales, no pudo evitar sonreír al encontrarlo, estiraba los músculos y asentía hacia las palabras del entrenador. Las gradas eran realmente ruidosas pero ese ambiente no le molestaba, estaba acostumbrado gracias a todos los años que llevaba asistiendo a sus partidos, al principio solo iba para ver a Chanyeol sentado en la banca o calentando a un lado por si era requerido pero ahora podía verlo lucirse como le correspondía.
Era realmente un buen jugador.
-¡Park Chanyeol! ¡Park Chanyeol! ¡Park Chanyeol!
Gritó junto a otros fans cuando su novio se giró hacia las gradas y lo buscó con la mirada, se sonrieron mutuamente cuando sus ojos se encontraron, Chanyeol le envío un beso y él lo recibió para enviarle otro a cambio. No pudo evitar sonrojarse ante las miradas de quienes lo rodeaban pero sucedía en cada partido al que podía asistir, obviamente quisiera no perderse ninguno, a veces su trabajo no le permitía moverse como quería pero ambos se esforzaban y se comprendían. Había sido difícil llegar a ese entendimiento mutuo. Movió los banderines con la bandera de su país y gritó eufórico junto a quienes lo rodeaban, perdiéndose poco a poco en la emoción del juego, maldiciendo cada vez que fallaban un gol y celebrando cada vez que lo conseguían.
-¡Goooool de Corea! ¡Park Chanyeol, jugador sobresaliente de hoy!
El narrador parecía tan emocionado como los fanáticos, Jongin saltaba en su lugar mientras veía a su novio correr celebrando alrededor del campo, tapó su boca cuando Chanyeol se detuvo frente a donde estaba y lo señaló dedicándole el gol que acababa de lograr. El partido continuo como estaba previsto, había un buen clima y el estadio estaba encendido en pura emoción, el partido se empató y tuvieron que ir al tiempo extra. Jongin parecía sudar más que los jugadores en el campo, del tiempo extra tuvieron que ir a los penales, todo el estadio tenía los nervios a flor de piel gracias a sus ansias de que su propio equipo ganará definitivamente.
Unió las manos para rezar por su novio, quien se preparaba para golpear el balón, vió como cerraba los ojos y elevaba la cabeza al cielo. Lo hacía cada vez que debía disparar un penal, ya era como un rito, eso lo relajaba y lo dejaba estar al 100. Contuvo el aliento cuando Chanyeol abrió los ojos y bajó la mirada hacia el arquero, sus ojos eran serios y su expresión determinada, pronto lo vio correr y patear el balón.
¡Gol!
Corea había ganado el partido y avanzaba a las finales.
Casi estaba llorando mientras corría por las gradas y bajaba hasta donde era permitido, Chanyeol lo esperaba tras celebrar brevemente con su equipo, se abrazaron sobre la barrera que los mantenía separados. Jongin no pudo retener más las lágrimas cuando vió a su novio, envuelto en sudor con la respiración errática y el uniforme manchado de tierra, hincarse en una rodilla y mostrarle una argolla dorada que había estado escondiendo en una de sus grandes manos. Las palabras mágicas no tardaron en ser dichas, el ruido ambiental pareció silenciarse a su alrededor o tal vez solo era capaz de escuchar su voz.
-¿Te casarías conmigo?
-Sí...
Su voz fue apenas un murmullo casi inaudible y afectada por el llanto pero Chanyeol sonrió feliz al verlo asentir, le colocó la argolla y se levantó para abrazarlo de nuevo, esta vez lo alzó para pasarlo sobre la barrera y lo besó frente a millones de personas sin vergüenza alguna.
Pronto se casarían, así que esas muestras de amor se verían más seguido.
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🎶 SongFic 🎶 Chankai [Exo]
AléatoireEste libro estará compuesto por one shots cortos inspirados por la letra de varias canciones de diferentes géneros. En algunos casos se me ocurrió una idea mientras la escuchaba o simplemente asocie la canción con alguna idea que hubiera tenido. E...