Kung Fu Fighting

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Artista: Carl Douglas
Palabras: 535
Advertencia: Se puede considerar como una adaptación de una de mis escenas favoritas 😅

Había sido una pesadilla, tal vez insignificante para otros pero realmente impactante para él, lo afectó más de lo cualquiera pudiera imaginar

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Había sido una pesadilla, tal vez insignificante para otros pero realmente impactante para él, lo afectó más de lo cualquiera pudiera imaginar.

Miró alrededor, sus compañeros aún dormían, evitando hacer ruido se levantó y salió. Había luna llena, durante gran parte de la noche había llovido, la vela estaba empapada mientras el piso del barco pertenecía húmedo. Respiró hondo, recordando la última lección que le había pedido aprender su viejo maestro, encontrar la paz interior no seria sencillo.

-Paz interior... Paz interior...

Comenzó a murmurar mientras su cuerpo se movía, siguiendo movimientos imaginarios y tranquilos, hizo una mueca cuando una gota de agua cayó sobre su cabeza. Su concentración se perdió. Encontrar la paz interior se complicaba cada vez más. Respiró aún más hondo y cerró los ojos con fuerza, volvió a murmurar mientras su cuerpo se balanceaba, una gota de agua fría volvió a caer sobre su cabeza.

-¡Ah! Paz interior, paz interior...

Gritó frustrado mientras comenzaba a golpear su cabeza contra el mástil, su búsqueda de paz interior se había perdido por completo, además la verdad que había descubierto lo mantenía ansioso y desesperado. Continuó hasta escuchar una voz conocida, una voz baja y suave, Kai, el maestro tigre de los cinco furiosos, lo observaba con su habitual tranquilidad y algo de diversión.

-El mástil no es un digno oponente, Loey...

Le susurró mientras se acomodaba frente a él y se colocaba en posición de ataque, Loey, el panda, el guerrero dragón, pareció no muy convencido al principio pero en ese momento solo pudo aceptar. No bastó ni un golpe para que el panda cayera de rodillas al suelo, pues había golpeado una de las manos del tigre y se había herido a sí mismo, Kai había entrenado durante años para obtener la dureza y fuerza que poseía en las palmas de sus manos.

-¿Qué sucede?

Loey levantó la mirada hacia su mejor amigo, aquel tigre que lo trató con tanta frialdad al principio pero después fue capaz de acercarse, dispuesto incluso a dar su vida por él. Desvío la mirada al cielo, pensando en si decirlo, finalmente suspiró y lo miró a los ojos dejando escapar aquella verdad que tanto lo atormentaba.

-Descubrí que mi papá no es mi papá...

Soltó con toda la pena que lo acongojaba, Kai lo miró en silencio durante breves segundos, manteniendo una expresión seria.

-¿Tu papá... el ganso?

Preguntó inseguro, casi como si quisiera asegurarse de que Loey no estuviera jugandole una broma, el panda asintió. Kai pasó saliva, respiró hondo mientras lo miraba fijamente, lucía abatido, triste y casi traicionado. De todas las estupideces que había visto hacer al guerrero dragón, jamás esperó algo así.

-Debió ser una sorpresa enorme...

Dijo, su voz plana y sin emoción, su rostro inexpresivo ¿Qué más podía decir? Loey asintió de nuevo, su vista en el suelo y el cuerpo sin fuerza, completamente derrotado. Kai se acercó, le colocó una mano en el hombro y después de obtener su atención, le regaló una linda sonrisa.

Pudieron haber hablado más sobre ello pero sus compañeros también salieron, hablando sobre lo sucedido y lo que sería su misión, a la cual ya casi llegaban.

Ya tendrían tiempo para hablar de sus sentimientos.

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