Artista: Camila
Palabras: 977
Advertencia: Homofobia.Asqueroso...
¿Te gusta que te den por el...?
Put...
¿Con cuantos ya se habrá acostado?
Marica... Marica... Marica...
Marica, esa era su (de ellos) palabra favorita. Solían repetirla mucho, era claro que se burlaban y buscaban ofenderlo por cualquier medio posible.
Él la odiaba.
-Así que te gustan los hombres, ¿eh? Un marica más en nuestro territorio...
Ahí iban de nuevo. Lágrimas gruesas bajaron por sus mejillas mientras caía al suelo, habían golpeado la parte de atrás de sus rodillas, imposibilitandole mantener el equilibro o de pie. Sintió como era pateado pero no podía hacer nada para defenderse, solo usaba sus brazos como protección para su rostro y cabeza, no era mucho pero hacía cuanto podía. Su vista se tornó borrosa hasta quedar negra por completo, escuchó más burlas y palabras ofensivas, así como sintió más golpes pero ya no pudo hacer más.
Su cuerpo dolía y se sentía horriblemente pesado, sus párpados no podían abrirse por completo, al parecer no había podido cubrirse el rostro tan bien como lo creyó. Soltó un quejido mientras se removía sobre aquella superficie suave y alcolchonada, frunció el ceño, estaba en una cama. Eso era imposible ¿Quién se atrevería a ayudarlo? Desde que había salido del clóset, sus padres lo habían echado de casa y había perdido todas sus amistades, no había nadie que pudiera preocuparse por su bienestar sin estar asqueado por saber lo que era.
-¡Oh, ya despertaste! No te muevas demasiado, empeorarás...
¿Quién era? No reconocía aquella voz y le era imposible abrir los ojos para ver, suspiró dejándose guiar por una gran mano sobre su pecho que hacía una leve presión para que volviera a acostarse, sintió como lo tapaban con delicadeza y revisaban sus heridas con una delicadeza que no había vuelto a sentir. Sus ojos se cristalizaron ¿Hace cuánto que no sentía aquel calor? No supo cuando pero se quedó profundamente dormido, sintiéndose extrañamente mejor.
Para cuando volvió a despertar, seguía sintiéndose terrible pero la hinchazón en su rostro había disminuido, por lo que ya podía abrir los ojos casi por completo. Miró alrededor, desorientado, estaba en una casa pequeña y en mal estado. Tal vez la persona que lo había ayudado no era bien acomodada pero no importaba, tenía un buen corazón. Con gran esfuerzo logró sentarse, su cuerpo estaba envuelto en vendas y podía sentir el olor a antibióticos, suspiró, debía agradecerle a quien le fuera ayudado y pagarle por todo lo que hubiera gastado en su tratamiento.
-Luces mejor hoy...
Giró un poco la cabeza para ver a un chico saliendo de lo que parecía ser el baño/ducha, la casa era demasiado pequeña, por lo que todo estaba conectado y se veía desde cualquier lugar. Su vista estaba mejor por lo que sus mejillas se pusieron rojas al ver a su salvador, un chico mucho más alto que él, pálido, cabello castaño y un poco rizado, ojos brillantes y sonrisa sincera, su cuerpo lucia muy bien, especialmente porque solo llevaba una toalla alrededor de la cintura. Pasó saliva mientras bajaba la mirada, apenado por comportarse de esa forma, tal vez por eso recibía palizas tan seguidas.
-Y-yo... Gra-cias por ayudarme, te pagaré todo lo que gastaste, pe-pero debo irme. Te meterás en problemas por mi culpa...
Murmuró, su voz baja y temblorosa, mientras se levantaba con cuidado y tropezaba para intentar salir de aquel lugar. Sus piernas parecían pasta remojada, no pudiendo hacer mucho cuando perdió el equilibrio y casi cayó al suelo, había sido salvado nuevamente por aquel chico, quien lo sostenía en un abrazo por la cintura y lo veía con preocupación. No se atrevió a mirarlo, realmente avergonzado por toda esa situación, lo escuchó suspirar mientras lo guiaba devuelta a la cama. Se sentó en la orilla con la mirada en el suelo mientras el contrario se sentaba a su lado.
-No puedo permitir que te marches así...
Se encogió en su lugar sin poder decir nada al respecto, el otro chico lo observó en silencio por algunos segundos, después se levantó y salió de la habitación. No supo como terminó en aquella situación pero se encontraba desayunando con su "salvador" en la pequeña mesa del comedor que de hecho también era la cocina y sala, su vista permanecía en el plato de cereal con leche, incapaz de ver al contrario que sí lo veía con curiosidad. Lo escuchó aclararse la garganta, por lo que se vio obligado a mirarlo, encontrando una gran sonrisa.
-Por cierto, no me he presentado, soy Chanyeol ¿y tú?
-Jongin...
-No quiero sonar entrometido, pero te estaban golpeando porque eres... Mmm... Ya sabes...
-Sí, soy gay...
Respondió mientras volvía a bajar la mirada a su comida, revolviendo el contenido con la cuchara sin ánimo, así que ya lo sospechaba pero ¿por qué lo ayudó entonces? ¿Quería confirmarlo por algo en especifico? ¿También comenzaría a darle miradas llenas de asco y a tratarlo mal? Subió la mirada curioso de ver su reacción al no escuchar respuesta alguna, él fue quien se sorprendió, pues Chanyeol le dio una amplia sonrisa mientras se disponía a comer. ¿Eso era todo? ¿No lo echaría de la casa? ¿No lo juzgaría? ¿No lo golpearía? ¿Simplemente guardaría silencio como una persona respetuosa y de mente abierta?
-¿No dirás nada? ¿No te doy asco?
-¿Por qué debería? Ya has pasado por mucho, además...
Lo miró con atención, notando que las mejillas, orejas y parte de su pálido cuello se tornaban rojos. Chanyeol dejó de verlo, parecía algo difícil de decir, algo que probablemente nunca había dicho y que tal vez si no fuera por la situación en la que estaban, tampoco le diría a él. Jongin estaba impaciente, sintiendo que la confesión que esperaba le traería algo de esperanza, no se equivocó cuando el contrario volvió a mirarlo con determinación pero aún avergonzado.
-Yo también soy... Gay...
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🎶 SongFic 🎶 Chankai [Exo]
RandomEste libro estará compuesto por one shots cortos inspirados por la letra de varias canciones de diferentes géneros. En algunos casos se me ocurrió una idea mientras la escuchaba o simplemente asocie la canción con alguna idea que hubiera tenido. E...