Take Me To Church

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Artista: Hozier
Palabras: 960
Advertencia: Homofobia. Extremistas religiosos.

Era un pueblo pequeño y creyente, realmente creyente, lleno de personas que veneraban a la iglesia como su todo

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Era un pueblo pequeño y creyente, realmente creyente, lleno de personas que veneraban a la iglesia como su todo. Ambos habían nacido y crecido ahí, desde que tenían uso de razón habían ido a misa cada domingo y seguido cada una de las tradiciones dictadas por su religión, cada una al pie de la letra. Todo había estado bien hasta que un día se encontraron, hasta que un incidente cruzó sus miradas y unió sus vidas, hasta que un día simplemente se enamoraron.

Un pecado mortal.

-Hoy volveré tarde...

-Ah, otra vez tu jefe, ¿cierto?

Chanyeol tan solo asintió con una mueca mientras terminaba de atar los cordones de sus zapatillas en el suelo, se levantó y le mostró una sonrisa antes de acercarse para darle un casto beso, Jongin sonrió recibiendolo y despidiéndolo dentro de la casa. Ambos sabían bien lo que sucedería si eran descubiertos fuera de la privacidad de su hogar. El más alto tomo su bufanda, acomodó su chaqueta y por fin salió de casa, cerrando la puerta tras de sí.

Lo miró a través de la ventana, luciendo triste, viendo su espalda algo encorvada alejarse a paso veloz hasta perderse en la bruma del lugar. No le gustaba estar ahí. No solo debían seguir creencias que no eran suyas, sino que también esas mismas creencias los obligaban a mantenerse ocultos, a vivir con temor solo por amar diferente a los demás. Cerró las cortinas y fue por su abrigo, él también debía ir a su trabajo.

-¡Muevete, no tenemos todo el día!

-Sí, señor...

¿Qué más podía hacer? Limpio el sudor de su frente con el antebrazo y se agachó para tomar aquella enorme caja, demasiado grande y pesada para una sola persona pero debía agradecer tener un empleo, no muchos lo aceptarían sabiendo que vivía a solas con otro hombre que no era de su propia sangre. Nadie lo sabía, no tenían la certeza pero no les impedía sospechar, especular sobre su relación y lo más gracioso era que no se equivocaban. Arrastró como pudo la caja al interior de la bodega y salió para recibir su pago del día, una miseria a comparación de los demás pero no podía quejarse.

Tenía suerte de trabajar allí.

Hizo una mueca mientras sobaba sus hombros y caminaba de regreso a su casa, se preguntaba a qué hora llegaría Chanyeol, pues solía llegar antes que él pero ese día no seria igual. Se detuvo de golpe y frunció el ceño, alguien lo seguía, escuchaba sus pasos. Apretó los labios y miró alrededor, nadie, se aferró a su abrigo y comenzó a caminar de nuevo pero más rápido. Casi parecía correr. Jadeaba por el esfuerzo, sentía el sudor mojando su espalda y los pasos se habían hecho también más veloces, siguiendo su ritmo.

-No, por favor, no...

Rogó con desesperación cuando de la nada salió un hombre delante de él y lo miró con una sonrisa llena de maldad, lo conocía, aquel hombre pertenecía a un grupo de creyentes extremistas. Volvió sobre sus pasos pero detrás también habían más hombres, de los mismos, aquellas personas capaces de usar sus propias manos cuando creían que hacían lo correcto. Intentó defenderse y huir, gritando, pateando y lanzando puñetazos pero se vio fácilmente sometido. Además si había alguien por ahí, escuchando o viendo, no lo ayudaría y lo sabía.

-Tranquilizate, solo queremos enseñarte el camino correcto...

-Por favor, no les he hecho ningún mal...

-Oh, aún no lo entiendes. Tu mera existencia va contra Dios...

Volvió a intentarlo, llorando y gritando, pidiendo y suplicando por ayuda pero fue ignorado y arrastrado hacia el bosque. Eso lo lleno de más desesperación. Los que eran llevados al bosque nunca volvían, no se volvía a saber de ellos, desaparecían de la faz de la tierra y nadie los buscaba sabiendo que sería caso perdido. Deseaba tanto estar con Chanyeol, rodeado por sus fuertes brazos, acariciado por sus enormes manos y besado por sus delgados labios. Intentó resistirse una vez más cuando llegaron a un claro en el bosque donde una roca plana y grande sobresalía, manchada de rojo casi marrón, sangre seca.

-No... Nosostros nos iremos pronto, así que... Por favor...

-¿Irse? No, no, no. Deben limpiarse aquí y ahora, es la única forma de ser perdonados por Dios...

Negó y gritó, quería huir, quería salvación pero no la que le ofrecían aquellos sujetos. Sintió un golpe en su cabeza lo suficientemente fuerte para que dejara de resistirse, cayera de rodillas en la tierra y casi perdiera el conocimiento, sentía la sangre manchando su cabellos oscuros. Oh, solo quería irse de ese lugar con Chanyeol. Sus ojos se cerraron por fin, no escuchaba ni sentía, solo estuvo flotando durante lo que le pareció una eternidad y pudo seguir así, era pacífico pero una voz lejana se lo impidió.

-Jongin... Por favor... Jongin...

Alguien llamaba su nombre en medio de sollozos dolorosos, también quería llorar, se sentía adormecido y no quería despertar. No en un mundo así. Pero abrió los ojos, logrando enfocar la vista en un rostro demasiado cercano al suyo, derramando lágrimas y llamándolo con impotencia. Chanyeol. Sonrió viéndolo, su apuesto rostro no era lindo cuando lloraba, no le gustaba verlo llorar pero su voz no salia para decírselo. Finalmente sus ojos se encontraron, se sintió como la primera vez que se vieron, como aquella vez en que sellaron su destino y perdición.

-Nos iremos lejos, muy lejos... Solo resiste un poco más, ¿sí?

-Sí...

Susurró como pudo mientras le mostraba una linda sonrisa y volvía a cerrar los ojos más tranquilo, sí, eso era lo que quería.

Chanyeol lo abrazo contra su pecho mientras lloraba con más fuerza, solo ellos dos y sus lamentos en medio del bosque solitario.

🎶 SongFic 🎶 Chankai [Exo] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora