Corazón fragmentado.
Narrador
Altagracia despertó lentamente, sintiendo la calidez de los brazos de José Luis que la rodeaban por la espalda. Era una sensación reconfortante, como un refugio en medio del caos cotidiano. La suavidad de su piel contra la suya le daba una profunda sensación de seguridad y amor, envolviéndola como una manta suave en una fría mañana. Se quedó así unos minutos, disfrutando de la cercanía, del suave vaivén de su respiración que le recordaba que no estaba sola en este mundo.
El sol comenzaba a filtrarse por la ventana, proyectando un suave resplandor dorado que iluminaba la habitación y llenaba el espacio. La rubia cerró los ojos nuevamente, dejando que el momento se alargara. Su corazón latía con fuerza en su pecho, un ritmo acompasado que parecía decirle que todo iba a estar bien, a pesar de las tormentas que se avecinaban en su mente. Sin embargo, esa paz idílica se vio interrumpida por el sonido estridente de la alarma del despertador. El sonido cortante rompió el hechizo y la hizo volver a la realidad.
Al abrir los ojos, un nudo se formó en su estómago al recordar que al día siguiente era su cita con el doctor Martínez en la clínica de fertilidad, después de mes y medio de espera el viernes momento había llegado. La emoción y el miedo se entrelazaban en su pecho como si fueran dos danzarinas en una coreografía inestable. Mientras se estiraba para deshacerse del sueño residual, las preocupaciones comenzaron a invadir su mente.
Había estado guardando un secreto durante demasiado tiempo: su visita a la clínica de fertilidad.
Nunca había encontrado el momento adecuado para hablarlo con José Luis. Sabía que él había sido claro en sus últimas conversaciones:
"Volveremos a caer en el ciclo, embarazo, pérdida... ya no deseo eso. Además, estamos bien así".
“tenemos a los gemelos”
Esas palabras resonaban en su mente como un eco doloroso, y cada vez que intentaba abordar el tema, sentía que una sombra oscura se cernía sobre ellos.
Altagracia respiró hondo y se dijo a sí misma que no podía seguir viviendo con ese peso sobre sus hombros, en su vida siempre hubo comunicación, confianza, apoyo, comprensión y un matrimonio es de dos asi que después de que los chicos se fueran con Marta, encontraría el valor para abrirse y compartir sus deseos más profundos con él. La idea de ser madre, nuevamente ardía dentro de ella como una llama inextinguible que no podía ignorar más.
Se levantó de la cama y comenzó a prepararse para enfrentar el día. Se vistió con cuidado, eligiendo una blusa blanca que resaltaba su figura y unos pantalones turquesa. Mientras se miraba en el espejo, se dio cuenta de lo mucho que deseaba hablar con José Luis sobre sus anhelos. Su corazón latía más rápido al pensar en cómo podría reaccionar él.
¿sería comprensivo?
¿O quizás se cerraría aún más?
Deja los miedos, es tu marido. Se repetía una y mil veces
Mientras observaba como Amparo preparaba el desayuno, sus pensamientos vagaban entre recuerdos felices y momentos difíciles. Recordó aquellos días llenos de risas cuando sus pequeños la llenaban de amor, el día que llegaron con una flor de papel cada uno y se la dieron diciéndole que era la menor mami del mundo, la relación tan única y especial que comenzó a forjar con Frida después de aquella noche, su diagnostico y el compartirle que padecía la misma enfermedad, la chica ya no se cohibía en nada, la buscaba siempre que necesitaba un apoyo, una explicación o simplemente un abrazo.
También recordó las lágrimas derramadas tras las pérdidas sufridas; esas experiencias habían dejado cicatrices profundas en sus corazones. Recordó esos días donde las nubes negras se instalaban en ella y no la dejaban ver el sol, sus momentos de depresión post perdida, por suerte José Luis siempre estaba a su lado.
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Love
RomanceAltagracia, una abogada exitosa y reconocida a nivel nacional, se encuentra atrapada en una tormenta personal. Casada con el propietario de la naviera más destacada de América, sufre la pérdida de su cuarto hijo. Envuelta en dolor y tristeza, cuent...