Encuentran a su S/O masturbandose/ Uchihas

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Madara:

—¿Disculpe? ¿Darse placer como una ramera ? —Le molesta que su esposa se esté tocando de forma escabrosa, aunque gimiera su nombre. Él es la verdadera definición de la frágil masculinidad masculina. Aunque no lo admita, Madara se enorgullece de hacer que su esposa se retuerza y ​​se corra. Este es su dominio. Así que en este caso, ella es llevada al borde de su boca hasta que ya no puede emitir un sonido coherente, obligada a suplicar de rodillas con su polla en la boca hasta que casi llora. Solo entonces Madara la extiende contra la pared de la sala humeante y la folla duro. Y una vez que le permite terminar sobre su polla empapada de coño, no dejará de hacerla correrse hasta que casi se desmaya. «Cualquier hombre podría haberte oído...» ups, sí: este es un lugar público después de todo.

Obito :

Música para el alma, el corazón y el espíritu de este hombre. El hecho de que su esposa se sienta tan atraída por él, lo suficiente como para gemir su nombre en privado, lo hace casi llorar. Obito es un hombre tan amable. Siente que si la interrumpe, podría estar entrometiéndose, pero tampoco puede evitar que sus pantalones se hinchen de deseo. Hace una tos, con la esperanza de no asustarla, pero lo hace. Se disculpa y la besa tan dulcemente. Luego la folla desagradablemente en el piso calentado del onsen. Haciéndola gemir su nombre aún más fuerte. Nadie se atreve a entrar cuando escuchan los sonidos.

Shisui :

Dios, amo a este hombre. En serio, el sonido de su esposa gimiendo su nombre repetidamente mientras él observa sus pliegues empapados de dedos. No es tímido al acercarse a ella sin previo aviso, con la polla en el puño. Intenta algo atrevido y se sienta a horcajadas sobre su pecho, con suavidad, por supuesto. Y la hace chupar la punta de su polla mientras él se acaricia con una mano, la otra haciendo rodar su clítoris mientras ella empuja sus dedos dentro y fuera. Ella es tan hermosa así; ahogándose con él mientras se corre. Shisui llenando su garganta mientras él también gime su nombre.

Itachi :

Sí, no. Jajaja. Se siente halagado y es más razonable que Madara en esta situación. Le encanta oír su nombre en sus labios cuando se corre, pero odia que lo haga en un lugar tan abierto. Estos sonidos son y deberían estar designados solo a una zona y esa es su dormitorio. Intervendrá muy gentil y amablemente en sus actos lascivos, la llevará a casa solo para alterar la realidad para que disfruten del onsen como a ella le plazca. Además, Tsukuyomi le induce orgasmos por docenas, con tantas pollas como quiera. La llena y la atiborra hasta que no puede soportarlo más.

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