chapter 44

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-La casa estaba envuelta en una calma artificial. Tn, con una sonrisa radiante, estaba en la cocina, cocinando mientras reía. A veces, cuando la miraba así, era difícil recordar el motivo por el cual la había tomado, el motivo por el cual la había atrapado en este torbellino. En esos momentos, era mi mundo y yo me aferraba a él con todas mis fuerzas.

-Pero había algo en el aire, una sensación que no podía ignorar. Sentía un peso, una inquietud que me decía que algo se avecinaba. Miraba a Tn moverse por la cocina y no podía sacudirme el sentimiento de que se avecinaba una separación. Una parte de mí quería ignorar esas sensaciones, aferrarse a la normalidad que estábamos construyendo, pero la otra parte sabía que no podía.

Tn-¿Te sientes bien? -me preguntó Tn, alzando la vista y dejando a un lado la cuchara que estaba usando. Se acercó a mí, su preocupación palpable en el tono de su voz-. Pareces distraído.

Jungkook- Sí, estoy bien -respondí, tratando de sonar convincente, aunque mi mente estaba en caos.

-Ella me miró con una mezcla de confusión y ternura antes de volver a la cocina. No quería preocuparla, pero no podía negar lo que sentía. La realidad era que me estaba preocupando más de lo que debería, y no sabía cómo enfrentarlo.

-Decidí alejarme un momento para despejarme. Fui a mi habitación, cerré la puerta tras de mí y saqué el teléfono. Era una llamada de Kim.

Al contestar, la voz de Kim llegó cargada de urgencia y frustración.

-¡Mierda, Jeon, tienes que salir de allí! -exclamó Kim-. Nos han descubierto. Hice todo lo posible para retrasarlos, pero están en camino hacia tu casa.

Mi corazón se hundió. La situación era peor de lo que había imaginado. Colgué la llamada con un sentimiento de furia y desesperación, y lancé el teléfono contra la pared. El impacto del teléfono rompiendo contra la pared fue una descarga de mi frustración.

De repente, escuché disparos provenientes de la sala. El sonido me heló la sangre. Corrí hacia la puerta de mi habitación, la abrí de un tirón y me dirigí a la sala a toda prisa. Cuando llegué, vi a Tn en el suelo, su expresión de terror era un golpe brutal a mi conciencia. No podía permitir que le pasara nada. Mi mente estaba en una ráfaga de acción mientras intentaba protegerla y asegurarme de que estuviera a salvo.

La calma que habíamos construido se desmoronó en un instante, y ahora tenía que enfrentar la verdad: la amenaza estaba aquí, y no podía permitirme perderla.

-The devil himself-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora