-The devil himself-

Chapter 46

-El sonido de las sirenas y el bullicio de los oficiales llenaron el aire mientras los paramédicos cargaban a Jungkook, inconsciente y herido, hacia la patrulla. La escena era una mezcla de caos y orden, con los oficiales trabajando frenéticamente para asegurar la situación. Yo estaba allí, en un rincón, mi mente en un torbellino de confusión y dolor.

-Vi cómo Jungkook era colocado en la patrulla, su cuerpo inmóvil, sus rasgos endurecidos por el dolor. La realidad de su captura se asentó sobre mí como una losa de granito. No pude evitar sentir una oleada de tristeza y desesperación. Mientras tanto, el oficial Lee se acercó a mí, su expresión de preocupación evidente.

Lee- ¿Estás bien? -me preguntó, su voz suave pero firme.

-No supe qué responder. Mi mente estaba en un estado de shock. El oficial Lee me rodeó con un brazo protector y me abrazó, tratando de brindarme consuelo. No estaba segura si sentía gratitud o desesperación en ese momento. La realidad de que Jungkook estaba siendo llevado lejos y que yo estaba aquí, atrapada en esta tormenta emocional, me abrumaba. Las lágrimas comenzaron a rodar por mis mejillas mientras el abrazo de Lee me envolvía.

Lee-Vamos a sacarte de aquí -dijo Lee, su voz llena de determinación-. Tienes que estar a salvo.

-Fin del flash back-

-Eso fue hace cinco años... Luego de un par de meses también salió a la luz la traición de Kim no solo cubrió a Jungkook durante años, permitiéndole escapar en varias ocasiones, sino que también estaba detrás del homicidio de mi hermano Jimin y otros reclutas que estaban cerca de descubrir la verdad. Todo para proteger a Jungkook y a sus propios intereses oscuros.

La traición de Kim no solo me dejó devastada, sino que encendió una llama de odio aún más profundo en mi pecho. Él había permitido que todo esto sucediera, que mi vida se destruyera. Jungkook era el monstruo que siempre había sido, pero Kim... Kim fue el arquitecto de nuestra caída.

-El pasillo del hospital psiquiátrico estaba envuelto en una atmósfera opresiva y fría. Las paredes blancas y el olor a desinfectante creaban una sensación de desolación que solo acentuaba mi malestar interno. Caminaba lentamente, mis pensamientos atormentados por el recuerdo de aquella noche. El odio y la furia seguían ardiendo dentro de mí, una llama perpetua alimentada por la traición y el dolor.

-Desde aquella noche, no había tenido noticias de Jungkook. La captura y el final abrupto de nuestra historia me habían dejado con más preguntas que respuestas. ¿Qué había sido de él? ¿Dónde estaba ahora? Mi odio se agudizaba con la falta de información, especialmente después de enterarme de que Jungkook había mandado a asesinar a mi hermano. La promesa no cumplida de protegernos, de reunirse conmigo, se convertía en una herida abierta.

-Mi jefe me interrumpió en el pasillo, sacándome de mis pensamientos.

Jefe- Tn -dijo, su voz seria-. Tenemos un nuevo paciente que acaba de llegar. Es extremadamente peligroso y ha sido trasladado aquí para su tratamiento.

-El corazón me dio un vuelco. ¿Peligroso? Esa palabra resonó en mi mente con una intensidad renovada. Mi jefe continuó, ajeno a mi creciente ansiedad.

Jefe- Es un caso muy complicado. Quiero que estés alerta. No sabemos qué esperar con este nuevo paciente....