-The devil himself-

Chapter 48

Jungkook- Tn -susurró Jungkook con una sonrisa que hacía que mi piel se erizara. Era la misma sonrisa de siempre, esa que en su momento había sido mi refugio, pero que ahora solo me llenaba de ira.

-Él avanzó hacia mí con pasos rápidos, pero yo retrocedí de inmediato, manteniendo la distancia. Sentía el corazón desbocado, no por la emoción que solía provocar en mí, sino por la furia que me quemaba por dentro. Todo mi cuerpo estaba en alerta, mi mente gritaba que saliera de allí.

Tn- No te acerques -le advertí, con una voz que intentaba no quebrarse. No sabía si era por el miedo o el enojo, o tal vez ambos.

-Jungkook se detuvo, sorprendido, como si no pudiera entender mi reacción. Su mirada pasó de la confusión al dolor.

Jungkook - ¿Qué te pasa? -preguntó, su voz suave-. Tn, por favor, ¿por qué actúas así? ¿Por qué me miras como si no me conocieras?

-La rabia que había estado conteniendo estalló de golpe, como una tormenta incontrolable.

Tn- ¿De verdad me lo preguntas? -grité, mis manos temblando por la intensidad del momento-. ¡Mataste a mi hermano! ¡Eres lo peor que me puedo pasar, Jungkook! ¡Eres malo! No quiero saber nada de ti.

-El dolor en su mirada cambió a algo más oscuro, una frialdad que había olvidado, pero que ahora volvía con fuerza. Bajó la cabeza por un momento, como si procesara mis palabras, y luego me miró de nuevo con esa misma sonrisa retorcida, esa sonrisa que hacía que mi estómago se revolviera.

Jungkook- Lo hice por nosotros -respondió, su tono suave pero cargado de una lógica perversa-. Todo lo que hice fue por ti, por lo nuestro. Quería que estuviéramos juntos, Tn. Él era un obstáculo, no lo entiendes. Si quería tenerte, tenía que eliminar cualquier cosa que nos separara.

-Me quedé helada. Sus palabras eran la muestra más clara de su mente retorcida, de su incapacidad para ver lo que realmente estaba mal en todo esto. Pero había algo en mí que, a pesar del asco y la furia, lo seguía extrañando. Sentía ese maldito tirón en el corazón que no debería estar allí.

-Quería correr, huir de todo esto, pero mis pies no se movían. Jungkook dio otro paso hacia mí, y esta vez no retrocedí. Sus manos encontraron las mías, su contacto tan familiar y a la vez tan inquietante. Me giró con suavidad, obligándome a mirarlo directamente a los ojos.

Jungkook- Te amo, Tn -susurró con una intensidad que me dejó sin aire-. Todo este tiempo, no he hecho más que pensar en ti, en lo que teníamos. ¿No lo ves? Este momento, ahora... lo he deseado tanto. ¿Acaso no lo has deseado tú también?

-Quise responder, gritarle que estaba equivocado, que todo lo que él creía era una mentira, una ilusión. Pero mis palabras se ahogaron en mi garganta. Su mirada, esa mezcla de locura y pasión, me desarmaba. Porque, a pesar de todo, parte de mí lo extrañaba. Extrañaba lo que alguna vez pensé que era, lo que él me había hecho sentir, antes de que el velo se levantara y viera el monstruo que realmente era.

Jungkook- Escapemos juntos -me propuso de repente, su voz teñida de urgencia-. Podemos hacerlo. Ahora. Nadie tiene que detenernos. Solo tú y yo, Tn. Podemos tener la vida que siempre quisimos.

-Negué con la cabeza, retrocediendo de nuevo, pero sus manos se aferraron a las mías, su agarre fuerte, desesperado.

Tn- No puedo -susurré, mi voz rota-. No después de lo que hiciste.

-Jungkook sacudió la cabeza, negando, como si mis palabras no tuvieran ningún sentido para él.

Jungkook- Claro que puedes. Solo déjate llevar. -Su voz era casi una súplica-. Todo lo que hice fue por nosotros. Si me amas, si alguna vez me amaste, ven conmigo.

-Mi corazón palpitaba desbocado. Parte de mí quería gritarle que estaba loco, que jamás podría perdonarlo por lo que hizo. Pero la otra parte, la que aún no se había desprendido de ese lazo retorcido entre nosotros, la parte más oscura y quebrada de mí, quería escapar. Con él.

-Miré la puerta. Afuera, el mundo seguía girando, ajeno a lo que sucedía en esta habitación. Pero aquí dentro, el caos estaba tomando el control. Las voces en mi cabeza gritaban que debía correr, que debía detener esto antes de que fuera demasiado tarde.

-Y aun así, algo dentro de mí se rompió. La promesa rota, el odio, el dolor... todo se mezclaba en un torbellino que no podía controlar.

Tn- Está bien -murmuré finalmente, mi voz apenas un susurro-. Vamos.

-Una sonrisa triunfal se formó en los labios de Jungkook. Tiró suavemente de mi mano, y en ese momento, tomé la decisión que cambiaría todo. Me acerqué a la puerta, con el corazón en la garganta, y con un rápido movimiento activé la alarma de emergencia.

-Las sirenas comenzaron a sonar con fuerza, pero antes de que nadie pudiera reaccionar, Jungkook tomó mi mano con fuerza y me arrastró hacia la salida. El caos que se desató en el hospital fue ensordecedor, pero no importaba. En ese momento, estábamos escapando juntos. Y aunque parte de mí sabía que esto estaba mal, que estaba cruzando una línea de la que jamás podría regresar, ya era demasiado tarde.

Había tomado mi decisión...

Y esa decisión estaba con el...