Capítulo 23- El rostro de la locura.

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Otro día de trabajo para Megan, está ves la tensión que existe entre estos dos se hizo más delgada y antes de que cruzará el lago su esposo le beso la frente como despedida de buena suerte, ella muy anodadadada cruzó las aguas y traspaso un cristal, las ventanas de un edificio en los altos de la ciudad, es el cuarto de un hospital, un niño está acostado en la cama con muchos tratos médicos, su cabeza es calba y sus padres le toman la mano, al parecer su hijo está en las últimas, otro caso más de muertes lamentables para la planiya, algo está muy mal, su padre y madre aunque sonrian juntos y se den de la mano, claramente están triste, pero no es eso lo raro de la situación, sino como alrededor de sus cuellos se enredan unas serpientes con patas de insectos y aletas de pez, se enredan como collares entre si, desde ambos extremos de los sujetos, la misma serpiente es una a la ves que es dos, a sus extremos se desarollan cabezas, siendo una mutación alargada de una cabesa a principio y una segunda cabeza en lo que deveria de ser su cola. Cuando los padres se largan para hablar con los médicos Megan se presenta al niño, no está en sus manos decidir si se queda o se va, mejor que sea ella quien le confisca y tal vez ahora que tiene poderes pueda hacer algo por sus padres, Paganini se esconde en la sombra de su ama para no llamar la atención o asustar al niño.

-hola ! -saluda cariñosamente por sorpresa.
-hola, eeeem, quién eres?
Megan inclina su cabeza y acaricia con delicadeza el rostro del pequeño. -sabes quien soy!
-pero no e tenido tiempo de despedirme de mis padres.
-yo los protegeré, confía en mí, no tienes de que preocuparte.
-me lo prometes?
-te lo prometo.
El niño se rompe a llorar, le avergüenza y se cubre los ojos con sus manitos, a penas tiene 9 años. Ella los desplaza para la azotea del edificio, para el niño que hace un rato se encontraba en una fría habitación eso fue magia. En ese momento Donde el niño se distrae y sorprende, acaba de morir, el monitor pota con la línea roja ensordesedora y los doctores tiran los guantes, las enfermeras tratan de controlar al padre y consolar a la madre, hay mucho ruido en la planta, por suerte ellos están lejos, lejos de los llantos y la línea roja. Se sientan los dos juntos en el verilito del edificio, meneando los pies como niños que comen helado en el banco de un parque, contemplan el horisonte con su bella puesta de sol, una escena conmovedora y ya muy familiar para ella, lugar donde se formulan las despedidas, otra vez el sol se lleva sus suspiros junto a sus quejas. -maldigo al sol cada vez que llega está hora, pero las nubes coloreadas de inocencia siempre me consuelan, no es culpa sulla la necedad de su padre sol-

El niño está más tranquilo.
-no tuve oportunidad de vivir, no de envejecer, no tuve...
-no te pierdes de nada, la vida de ser adulto es un completo asco. -menciona ella para distraerlo.
-tienes razón, como mis padres, ellos no son felices.
Megan toma su manito y le recalca que todo estará bien. Entonces el sol se llevó a un nuevo niño para su jardín infantil, dónde margaritas esperan ser olidas por los espectros que ansiaron tener una vida al igual que ellos anhelaron terminar de crecer.

Megan persiguió a los padres del niño y cuando estos estaban al punto de golpearce, de erirse y culpar de forma insensata, cuando su razón se esfumó y su amor fue devorado por estos invertebrados, Megan la aló fuertemente de su cuello y mientras la bestia se retorcía en sus manos, huía el contacto visual con la dama de la muerte, no tenía el valor de enfrentar esta mirada fulminante que acabo por exterminar a la bestia con un destello naciente en su estómago que reventó su tripa y la combirtio en polvo de olvido. Ahora estarán bien, mientras lloran abrazados en el suelo, buscan consolación entre ellos, nunca llenarán ese vacío, pero ara menos fríos si se abrazan juntos.

Megan baga por la ciudad con su mascota en medio de la noche por una carretera desolada apresiando un sendero de estrellas en el cielo, pero en este ambiente tan tranquilo algo cambio, se siente observada, tiene una mirada clavada en ella como una estaca y cuando voltea a ver nota que una silueta oscura e inusual la mira a escondidas detrás de una construcción y cuando ella le pide valientemente que se muestre la criatura se esconde, ella manda a Paganini a capturarlo y él corre detrás de la presencia oscura con olfato presiso. En cuanto el canino se aleja de ella la criatura oscura se le presenta sorpresivamente detrás de ella.

La dama de la Parca Donde viven las historias. Descúbrelo ahora