Capítulo 2 - Desesperado en medio de la nada sintiendo absolutamente todo.

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Megan esta viendo como el caos a su alrededor y atroz figura de su cuerpo, cómo es posible que este observando mí propio cuerpo en tercera persona. Eso solo me deja la opción de que estoy muerta y esto que soy ahora solo debe de ser el alma. Los paramédicos atraviesan mi cuerpo y la multitud ignora mí presencia así que debe de ser eso solo soy la presencia astral de algo que un día fui. Me acerco a mirarme a mí misma por muy raro que suene eso.
Rompe en lágrimas y la sorpresa la hizo retroceder, apenas se reconoce y su cuerpo ni siquiera parece tener forma, es totalmente atónito el hecho de tener que presenciar la forma en la que moriste y sobre todo si fue tan desgarradora como está, las náuseas se apoderan de sus sentidos y su estado, el mundo da vueltas y los colores se opacan, sentía que se moría por segunda vez , una clara paradoja, hasta que pudo sentir un roce en su cuerpo, una textura suave y peluda, cálida y electrizante, la sorpresa de que alguien la pueda palpar, de que la puedan notar la sorprendió tanto que sus dolores y malestares pasaron a segundo plano, esta vez la esperanza se mescla con el miedo y la cereza del pastel se la lleva la sorpresa cuando se da cuenta de que es un gato que se restriega en su pierna y maúlla de forma dulce mirándola directamente a los ojos. Esta vez no se puso paranoica y su mirada nublada con la esclerótica enrojecida y los parpados mojados pasaron a ser fríos y directos al punto de que puede observarse en la mirada del felino.
Eres tú, verdad.
Carga al gato y le mira directamente a los ojos de forma muy seria y tajante, fuiste tú todo este tiempo.- la muerte.
El supuesto gato de color negro y ojos zafiros se trasmuto por completo como una sombra que cambia de tamaño y forma en una simple silueta al ser proyectada por una luz manipulada, en este justo momento Megan le sujeta las mejillas a el rostro de la muerte por dentro de la máscara levantándola hasta dejar solo a la vista sus labios rojizos, pareciera que le robaría un bezo, pero solo es la casualidad a causa de la transformación, hace un momento sujetaba con sus manos a un gato y ahora, sujeta las mejilla de la parca. Ella procede a quitarle la máscara de cráneo de cabro con la que hasta ahora siempre se le presenta y se cree de ese derecho, si vas a tomar mi alma y arrebatar mí vida- al menos déjame verte a la cara y recordar al responsable por su verdadera forma.
Para su sorpresa es un chico alto y joven con una aparente edad de unos veinte algo, una larga cabellera que cae a sus hombros con pelos plateados como plata autentica, al igual que sus pestañas y sus cejas, es el color del tiempo y la sabiduría, es una referencia a las canas de los ansíanos y a la longevidad del tiempo en persona, su piel es tan suave como la de una chica asiática, ella lo tiene claro justo sostuvo sus mejillas que contrastan con un color ruborizado de carmesí así como sus labios de fuego atardecer, la pareja rojiza concentrada en equilibrio perfecto para adornar un rostro pálido como la nieve y unos ojos fríos que te congelan inmediatamente solo al verte, azules profundos como el abismo en las profundidades del mar y brillosos, más que los cristales de hielo al interactuar con la luz y rebotarla como iridiscencia, una expresión tan enigmática que pasa a ser inefable la interpretación de sus expresiones. Megan está totalmente atrapada en el rostro del príncipe de la guadaña, tanto así que por unos segundos olvido por completo todas esas atrocidades que invadieron su mente hace un rato.
Pero su introspección le aconseja y retrocede soltando su contacto físico y visual, su complexión se torna rígida y su voz se disfraza a la defensa, ella aprieta su entrecejo y le hace la pregunta del millón.
Y bien ¿Ahora qué, se pondrá todo oscuro para siempre, o existe eso de la vida después de la muerte?
Ahora te casaras conmigo.
-¿Pero qué estupideces balbuceas?- responde muy exaltada Megan.- Acaso tú lo consultaste conmigo. ¿Qué te hizo pensar que yo aceptaría esa propuesta tan absurda?-
-Mis disculpa pero no le estoy haciendo ninguna pregunta, es una afirmación-
- es absurdo, no, ¡no quiero casarme ahora, ni siquiera sé si me quiero casar algún día!-
- es tu destino.-
- Yo no creo en el destino.-
- Me da igual en que creas o no.-
Megan se siente muy indignada y molesta, como a la ves impotente, así que justo en el momento en el que él se le acerca para tomar su brazo y guiarla ella se suelta con un gesto de defensa y descortesía, su mirada filosa y lágrimas brotando hablan por sí sola. Está muy confundida y ha tenido muy poco tiempo para asimilar tanto en un solo día, al parecer la muerte esta recapacitando esa idea en su mente y le dialoga con cortesía.
Te dejare vagar sola y sin rumbo hasta que refecciones los hechos y despejes tu mente, pero hasta entonces serás solo un espíritu vagabundo, sin ningún valor alguno tú alma no pertenece más a este reino y tarde o temprano tú destino decidirá tú paradero, hasta entonces te esperaré, pero te advierto que las almas que deambulan sin propósito son vulnerables e indefensas.
La muerte suspiro un frio aliento que se trasformó en llamas azules refulgentes que abrazaban su cuerpo y calcina su presencia lentamente mientras observa inmaculadamente a Megan, inofensiva y solitaria huyendo de su destino posponiendo lo inevitable, al menos esa es su ideología con respecto a la situación.
Una vez desaparece Megan no puede aguantar más y se da la vuelta para continuar mirando la tragedia que roba sus mudos llantos en medio de la nada rodeada del todo.
Vio como su padre delante de los oficiales y forenses observaba el desmantelado cuerpo de su hija, los oficiales y bombero trataron de alejarlo de la escena del accidente pero ya era tarde, para sorpresa de estos señores el sujeto afirmo de forma ecuánime que sí era su hija, esas palabras sin ninguna muestra de tristeza, dado el asombro para la policía por la inesperada reacción tuvieron que verificar si lo que desea este sujeto ebrio era cierto y pues es verdad es su padre, ellos se miran entre si desconcertados por la frialdad de este señor, pero uno de los oficiales que también es padre y de una chica de la edad de la víctima se siente ofendido y aunque no sea para nada profesional le pregunto un poco irritado que si no se conduele por la muerte de su propia hija a lo que este contestó que ni siquiera sabe si en verdad será su hija pero aspecto darle su apellido.
Su madre era una puta, no sé ni si en verdad tengo una hija y nunca me hice la idea, además es una carga menos, esa chica era muy latosa, tampoco es que la fuera a extrañar.
Los compañeros del oficial que efectúa la pregunta tuvieron que contener a este para que no se peleara con el padre de la víctima. Y lo que menos sabían estas personas es que justamente dentro de la habitación invisible para sus ojos se encuentra el espíritu de la chica, escuchando cada atrocidad, que la verdad no le sorprende y en parte se lo esperaba, pero de todos modos duele y desgarra el alma literalmente hablando.

La dama de la Parca Donde viven las historias. Descúbrelo ahora