Capítulo 10: La boda del día de los muertos ( Parte2 )

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El emperador trata de mantener la compostura con la que es reconocido, solo la puede ver acercándose desde lo lejos en medio de la banda sonora que aumenta la intensidad del éxtasis con cada paso que se acerca a él, a cualquier otra persona con un ambiente y una bella como esta se le podría escapar el corazón por la boca, pero él se esfuerza por mantenerse ecuánime, aun así por la mirada se nota su espasmo, sus ojos brillan y sus cejas poco a poco se levantan delatándolo, uno de sus dedos reacciona como un tic del nervio y su garganta traga una espina de asombro, respira hondo por no delatarse como lo hacen todos los hombres aflojándose la corbata. Su fiel mayordomo como todo el mundo se ha quedado de piedra con la presencia de la chica, solo reza por que no derrumbe esta imagen como las otras veces, todo está saliendo tan perfecto como lo planeo, las cosas rumban bien, pero a pesar de deleitarse con la prometida y su dramática bienvenida al altar, también se fija en las expresiones de su amo, nunca se va aburrir de como el comportamiento de su joven amo se matiza cuando ella está cerca, y él se vuelve casi tan impredecible como ella, poco a poco ella le contamina a su predilecto de humanidad y sorpresas, Lucerno ve esto de forma negativa pero al autoevaluar su reconocimiento en realidad se alegra, lo que es muy contradictorio en sus emociones, -¿Qué está sucediendo en el ambiente dentro del palacio desde que ella llego a nuestras vidas?-
Megan camina mirando al frente de forma erguida como lo practico tantas veces, los modales de etiqueta que Lucerno le forjo, aunque en cuanto carácter no pudo moldear este hierro a su antojo, ella capto lo que se le vino en gana, el óseo le dio por aprender al menos para sucumbir con gracia antes un destino arreglado, aunque mira hacia al frente no ve nada, para mantener la compostura y no ser dominada por los nervios, prefiere mantener su mirada y su mente absolutamente en una meditación hacia la nada.
No todo podía sostener la perfección en un día tan polémico como este, algo inesperado pero no imprevisto esta por suceder y un cuerpo desconocido se acerca a gran velocidad al reino del limbo cayendo en picada como un halcón pelegrino, una estrella fugaz que rompe la barrera del sonido es abrazado por el intenso fuego en las alas de un fénix caído, un osado inconveniente que pretende interrumpir dicha celebración.
Los centinelas del purgatorio enseguida detectaron tal peculiaridad en el cielo y advirtieron a Lucerno quien le susurra a su alteza y el con un gesto en su expresión le dio la libertad de deshacerse de dicho inconveniente, Lucerno desaparece entre llamas azules pero todos los invitados están muy ocupados para percibir algún cambio, sus miradas solo se concentran en la bella de la alfombra.
Lucerno toma riendas en las tropas y convoca a todas las Parcas que están encargados de la seguridad de la ceremonia, todos aparecen su alrededor como nebulosas oscuras que construyen cuerpos voladores en medio del cielo formando las tropas de defensas de Lucerno quien está preparado para eventos como este, el uniforme de los espectros de defensa es un poco fiel a las fabulas de los mortales, la capa negra y rasgada con una guadaña más grande que sus propios cuerpos como arma y una máscara de cráneo de cuervo con ojos vacíos.
La estrella divergente se acerca más, atravesando los cinco casa de escudo que rodean el purgatorio como cúpulas que simulan las capas de ozono y la atmósfera, este cuerpo las ridiculizo atravesándola como un cohete a la tela de una araña, los espectros siguen incorporándose aumentando el número y ya pasaron del millón, la mirada tajante en Lucerno es tan directa que enfrenta directamente a este intruso solo con su presencia, levanta su mano izquierda apuntándolo para dar orden a la primeras tropas al ataque, los dos primeros millones se lanzan al ataque con grito de gloria que es inalcanzable a los oídos de la audiencia de la ceremonia por la dicha de los instrumentos retumbar el salón a la par con el coraje de los guerreros. El objeto veloz es un arcángel rebelde que con su lanza con punta cortante hecha con la propia carne del sol destroza de solo unos movimiento a miles de los que se interpongan, pero miles más y más se interponen como muros oscuros, el junto a su arma derrumban legiones y con cada movimiento que alza su lanza un destello ilumina al cielo como tormenta de tempestades y gritos de titanes. Lucerno levanta esta vez ambas manos y millones tras más millones se levantan a la guerra contra un solo hombre. -¿Un ángel acá?- Lucerno no entiende en lo más mínimo en que pude incumbirle o darle el derecho a un celestial de interrumpir la boda de su amo, pero ni siquiera es el mayor de sus problemas, la blasfemia para él no es más que una palabra y su deber siempre caminara al frente como la principal convicción, por encima de cualquier Dios siempre estará su joven amo.
Los millones de Parcas se hicieron tanto en su ataque en conjunto que un aglomerante montículo oscuro cubrió al importunado al punto de asfixiarlo, nos tanto no se detuvieron y muchos más se adhirieron a la enorme bola oscura de puñaladas al invasor y cuando una sonrisa de victoria presumida se iba a trazar en la expresión esquelética de Lucerno.
Un impacto de fuego dorado empujo a todos los parches negros, el ángel feroz rugiendo desato su furia y aclamo su coraje con una demostración de su poder, su cuerpo no contiene ni una minúscula herida y su armadura dorada sique impecable, su brillante rostro encara a Lucerno y lo apunta con su lanza demostrando su rivaliza, con solo un grito desvaneció a todas estas sombras y ahora se muestra como el sol presentándose de frente.

Pero si aun así pensó que había acabado con la mitad de millones de millones en solo unos segundos, solo demuestra lo vanidoso que pude vestirse un ingenuo, sucede que las Parcas nunca morirán al menos que la arena de su reloj llegue a su fin, mientras sigan muriendo personas en la tierra de los mortales la muerte seguirá respirando y la oscuridad reagrupándose como las sombras de la tarde al ponerse el sol y todas estas Parcas surgieron nuevamente de la nada rodeándolo entre todos con sus filosas guadañas en la mano.
-Serás fuerte pero eres uno solo, algún día tendrás que cansarte y algún día tú respiración se agitara así como tu armadura y armas se dañaran, pero mis hombres renacerán por cada ves que los elimines y vendrán con más ganas de venganza, eso sin contar que nos tenemos uno para el otro como átomos en cualquier partícula, si es una batalla de coraje estas perdido-

El ángel mira a su alrededor hacia todas partes y comprende que no será tan fácil como su convicción le susurra al oído y puede ver con la seguridad compacta que el cráneo de fuego azul le mira de brazos cruzados sin ninguna duda en su compostura, esta batalla se está alargando más de los que suele durar algún rival solo con pensar de forma hostil. Desato sus cuatro alas que y se extendieron como sabanas gigantes que cubren todo el cielo, después saco más y más pares de alas hasta contar diez alas doradas de plumas filosas esculpidas por celestiales con sangre divina y fuego del sol, bendecidas con los rezos de creyentes y pulidas por la eternidad con supremacía.
Esto solo acaba de comenzar.

La dama de la Parca Donde viven las historias. Descúbrelo ahora